Rubén darío fernández

Por Acalvogalan



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Bio-bibliografía
Rubén Darío Fernández (Madrid, 1978) Soy Doctor en Neurociencias y cuando el tiempo lo permite, dejo libre mi vena literaria. En cuanto a lo relacionado con literatura, he publicado la novela Puzzle -Alma ha muerto-, los relatos cortos Locura luz en la antología "Tic, tac, cuentos y poemas contra el tiempo" y Prueba de saliva en la Revista Cáñamo. También expuse el cuento 33 en el Real Círculo Artístico de Barcelona. Dirijo la revista de literatura y otras artes Revista Excodra (http://www.excodra.com) y organizo las Jams de Poesía Embriáguense en la Asociación Cultural Castells de la Muntanya.
Poética
La poesía es una arma cargada futuro de Gabriel Celaya, recitada por Joan Manuel Serrat con Paco Ibáñez a la guitarra. Así es como siento la poesía. Venga ¡a googlear!
Poemas
1
A veces dudo de si siempre estamos en un continuo andar o si siempre somos continuo estanque, es decir, no hay movimiento alguno, siempre es hoy. No hay manera de buscar algo porque siempre estamos y sólo estamos en un mismo momento que siempre es diferente y aunque lo queramos cambiar o lo queramos mantener igual, es imposible, el hecho de haber realizado un movimiento o tenido un pensamiento ya cambia el instante de antes y me veo inmerso en otro momento que va a volver a cambiar, y no a mi antojo y una mosca se cruzó y ya nada es igual que antes y el antes ya es un recuerdo. Sigo masturbándome a contra pelo como buen marinero del falso infierno: Las caricias son de piedra cuando las da un ser odiado, lo mismo que una aguja clavada entre los huevos. Pongamos los puntos sobre las ies, las cabezas cortadas sobre las esbeltas lanzas doradas de la victoria y los besos sobre las bocas. Las horas no pasan en balde, pasan a fuego quemando las hiedras del tiempo que jamás volverá. Jamás volveré a los rincones donde el dolor fue eterno. No hay nada de que enterarse, cierra los ojos y sueña y vuela adonde nunca estuviste y siempre deseaste estar, igual amaneces allí, sin penas. El diario de un onanista se escribe como un orgasmo entrecortado: en pequeños pedazos de suspiros negros: Al abrir la puerta de atrás de los sueños se extendió ante mí una pesadilla de tamañas dimensiones. Cerré la puerta. Y qué raro saben los segundos bebidos en el infierno de una cama sola. Nunca estaré solo mientras yo exista y la barba me acompañe en el recorrido del amor a estar vivo. Es lo único que a fin de mes nos queda: pelos por afeitar, camas vacías que llenar de ti, tinieblas soleadas, ceniceros llenos de pensamientos y bolsillos vacíos. En el muelle me espera el barco de la derrota, el barco de la boca rota, o la cuchilla de afeitar segundos. Rasurando el tiempo uno se queda desnudo y lo único que me hace bien es follarte y amarte. Se trata de sentir sin interpretar, de pajearse sin cesar, no hay línea argumental, sólo versos como manos haciendo un buen trabajo de, de relax. Lo grande, lo más grande cabe en lo más pequeño, dicen, no sé si será un comentario sexual o tal vez lo inmenso de lo diminuto nos eleve por el ojo del alfiler hasta el del huracán y veamos el mundo en su esplendor, desde el cielo, apagándose. Veremos que hay a quien le golpearon la cabeza contra la pared en el silencio del odio a sí mismo y a quien le besaron en una noche que se moría de miedo, tanto da, nada prevalece. Todo cae en el olvido, agoniza y finalmente, fin.
2
Saura ha gritado con sus pinceles, Saura ha meado en la papelera y la papelera gritó nauseabunda, y gritó con arcos cáusticos de flechas de mil grises que mi lengua versó así, porque yo, ¡también grité!:
¡A mi puta, a mi puta loca! a la más guarra de entre todas las mujeres que por corazón tiene una colmena, un laberinto o una piedra negra, caliente, triste y desolada. Mi loca. Mi puta. ¡Mi guarra! La más jodida guarra de entre todas las mujeres que por cabeza tiene una selva monstruosa, una duda existencial, una pena de vivir sin puerto fijo. Mi puta. Mi guarra. Mi loca que es marinera y a cada nueva ciudad llega más perdida y con más pena. Mi eterna ¡la más guarra! que por mirada tiene cristales rotos de una infancia de pura mierda. Mi niña solitaria, mi puta triste y rota. Mi amada. Mi loca tan perdida que por coño tiene lava y su lengua es una llama que me deja sin pasado y sin razón. Mi tremenda guarra y loca, y triste, y sola que por alma tiene una muerte en vida anunciada y una existencia tan quebrada que las cenizas de sus cenizas, aún arden donde ya nada vale nada en el fondo del olvido. A mi puta, a mi puta loca, a la más guarra de entre todas las mujeres que le entregué mi vida y mi más negra y ancha alma, para que con ella hiciera, lo que a ella le diera, la puta gana. Guarra. ¡Más qué guarra! Brindemos por el miedo que le tengo a volver a verme solo tras perder a un ser querido. ¡Alza la copa! ¡Salud, compañeros de la sombra! ¡Salud!
3
Se podría en un poema resumir todas las almasConquistar en veinte frases los silencios más rotundosAlejar en conjugados y por siempre los fantasmasSi pudiera...Con la fuerza de conceptos, abstracciones y monemasEmbeber cada serena, tierna y dulce...Embeber cada recuerdo de armonía con oloresRebasar lo más concreto y darle forma a la tristezaSi pudiera no podría con mis dedos darle formaSe podría en un poema resumir todas las vidasConquistar en veinte frases los rincones más profundosAlejar en alejandros concentrando los minutosSi pudiera...A las horas devolverle ya por siempre toda historiaA las horas devolverle ya por siempre la memoriaA las horas devolverle ya por siempre un casi nuncaSi pudiera no podría con mis venas darle vidaAl torrente que me acecha de visiones que se ocultanA los ojos de los gatos que en las noches se desvirganTreintaitrés son las maneras de morir de un alquimistaSe podría mas no puedo intentar un imposibleQue se aleja en cada verso acelerando los azulesSe podría en un poema resumir todas las almasSi éstas fueran a mis ojos de verdad tan cristalinas¡Mas no, a mis ojos, no lo son! ¡Son misterio y melodía!¿O es que acaso yo podría en veinte versosResumir toda una vida?Mas no me llegan quinientosDonde poder expresarLo que aquel día sentíaCuando morir te morías.