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Bio-bibliografía
Rubén Rodríguez (Oviedo,1972). Fue miembro del consejo de redacción de la desaparecida revista literaria Pretexto. En la actualidad trabaja en un centro de enseñanza de secundaria en Asturias como profesor de Historia. Ha colaborado en numerosas revistas literarias como crítico y creador, publicando hasta la fecha una plaquette de poesía bajo el título Una llave en Salónica (Taller de Letras, Oviedo, 1999) y el libro de poesía Anatomía Perfecta (Arpa Editorial, Oviedo,2003). En Octubre de 2001 participa en Oviedo en el I Encuentro Internacional de Jóvenes Escritores donde publica un pequeño ensayo (“Hacia el lugar del canto: Apuntes para una futura poética”) y da a conocer varios poemas inéditos de sus dos nuevos poemarios (“Parque de Ídolos” y “Carnívoros”). En el año 2007 aparece varios de sus poemas en la antología: A quién conmigo va (Círculo Cultural Valdediós, Junio 2007). Para este año 2009 (octubre) sale a la calle su nuevo poemario: Parque de Ídolos (Editorial Difácil, Valladolid) un homenaje a uno de sus maestros literarios: Constantino Cavafis. Publica un blog en el que da rienda suelta a todas sus ocurrencias bajo el título: Rufián Rodríguez http://rufianrodriguez.blogspot.com/
Poética
HACIA EL LUGAR DEL CANTO. REFLEXIONES LITERARIAS.
Hablar de poesía en estos tiempos que corren no es tarea fácil, y si preguntamos a un poeta joven mucho menos. Pero que es tarea obligatoria del escritor que empieza su andadura literaria como aquel que lleva mucho años en esto de reflexionar sobre el quehacer literario es cosa clara; las técnicas creativas propias y ajenas, sus gustos y mecanismos para desarrollar un artefacto literario son estas reflexiones literarias a las que deberemos detenernos. El campo que nos ocupa es extenso, y por mi propia trayectoria literaria que es corta, me detendré en el campo de la poesía, pues aunque tenga que ver este género con la narrativa, creo en mi opinión que los matices y modos de creación y desarrollo de la obra literaria son bien distintos.
La pregunta que una persona ajena al mundo de la poesía podría hacer sería: ¿Cómo surge un poema? ¿De dónde surge la inspiración? El poema se conforma a partir de experiencias vividas, de lecturas mágicas que el autor con el paso de los días va adquiriendo, muchas veces sin darse cuenta de ello. Otras de manera consciente, en definitiva, el material se encuentra en muchos casos larvado, esperando que el poeta lo utilice en cualquier momento. El poeta juega a ver, a intuir en ese primer proceso, como dice Valente: “una palabra, una frase, quizá un verso entero (ese verso que según se ha dicho nos regalan los dioses y que a veces, debemos devolverles intacto). Ese es el comienzo.” Coincido con W. H. Auden cuando afirma. “¿Cómo puedo conocer lo que pienso hasta que no veo lo que digo?”. Por lo tanto ese proceso creativo viene por medio del tanteo, la aparición de cada nuevo elemento corrige o modifica los anteriores, pero entiendo que esa corrección esencial no va más allá que ese proceso, coincido con otro gran poeta, Blas de Otero cuando dice: “Corrijo, casi exclusivamente en el momento de la creación: por contención, por eliminación, por búsqueda y por espera”. Con esta afirmación no quiere decir que no haya posteriores correcciones pero estas ya no serán esenciales. Pero para que un poema tenga recorrido, cale en el futuro lector, esto que anteriormente he comentado no basta. Existen elementos esenciales que no debemos pasar por alto, entre ellos se encuentra una triada esencial: El ritmo, la emoción y el silencio.
Entendemos el ritmo como forma en movimiento, la palabra es elemento sustancial para que exista ritmo, y ese ritmo se erige en creador del sentido del poema. En palabras de Johannes Preiffer: “El metro es lo exterior, el ritmo lo interior; el metro es la regla abstracta, el ritmo la vibración que confiere la vida”. Así, el poema escrito es la masa, la lectura lo transforma en energía y ese ritmo puede modificar o dar origen a la idea y la imagen primigenia del poema. Por lo tanto no es posible separar ritmo y sentido.
La emoción es otro elemento irrenunciable, la famosa reflexión de Fernando Pessoa:” El poeta es un fingidor”, tiene un fondo de verdad, contar una experiencia, un hecho histórico, plasmar un sentimiento de angustia, todo ello tiene que ir íntimamente unido a la emoción, pues no debemos olvidar el papel fundamental que juega el lector, ya que reconstruye, vuelve a crear el poema, y una de las claves del éxito, radica en que ese lector encuentre en esa poesía la emoción. Un elemento que puede perder al lector, es el uso que el poeta hace de la metáfora, pues como dice Borges: “el escritor trabaja con metáforas. Las metáforas no exigen ser creídas. Lo que verdaderamente importa es que pensemos que responden a la emoción del escritor”. Saber que detrás de las palabras se encuentra una emoción verdadera, ese es uno de los elementos que el poeta nunca debe perder de vista en su modo de crear un material poético.
El tercer elemento en liza, el silencio, aspecto a priori formal, pero que tiene mucho que ver con el contenido y con la argamasa del poema. Guy Gauthier crítico de cine reflexiona al respecto cuando dice: “Elegir (…) no es únicamente decidir lo que va a ser visible, sino también lo que debe quedar escondido.” Si a esto unimos la frase de Valente: “Paradójicamente, lo indecible busca el decir”. El exceso de contenido puede matar al poema, la búsqueda del equilibrio entre lo dicho y no dicho radica en otro de los éxitos del poema, relacionado de manera clara con la sugerencia, pues el poeta no es un historiador o un cronista, la sugerencia tiene mucho que ver por lo tanto con el silencio, y a su vez el silencio con el contenido y el ritmo, lo no dicho siempre complementa a lo dicho, y ahí el lector también juega un papel fundamental como constructor creador de esos vacíos y esos silencios que dicen a modo de sugerencia las verdades del poema.
Poemas
Según cuenta el historiador Suetonio,
el emperador Domiciano al comienzo
de su sangriento reinado se encerraba solo
todos los días durante horas enteras
para cazar moscas.
Quién reclama ahora el mando
de este Imperio,
decir que todo fue un sueño,
que el fin perpetuo de Roma
justifica
todos los actos —y sus temores—;
cruel es la lucha
en este mundo dominado
por las bestias,
cazadores de desdichas,
defensores de la paz eterna,
el orden, en esta ciudad
de asustados ciudadanos se impone,
y aquí ni tan siquiera
se mueve
_____una mosca.
(Del poemario Parque de Ídolos).
***
EN LAS TABERNAS
Perdido en las tabernas
y en los burdeles
de Beirut malvivo.
No quise quedarme en Alejandría,
sus calles me embargaron:
tertulias, cafés noctámbulos…
Aquí todo lo tuve.
Amé sus noches demasiado.
Pero ahora huyo de todo eso
buscando nuevas caras,
nuevos nombres
para el amor y sus palabras.
Beirut, ciudad del desconsuelo,
eres mi sombra, la urbe de lo opuesto,
así, a pesar de mi empeño
y nuevo trabajo hacia el esfuerzo,
a ti siempre, Alejandría,
llego y te recuerdo.
(Del poemario Parque de Ídolos).
***
Estás acostumbrada
a vivir en los sepulcros,
a ser siempre mirada,
a devorar conversaciones humanas
de cadáveres nocturnos
que pululan esta barra:
Seres castigados
por el fracaso de sus sueños,
animales noctámbulos
cuya palabra pasión
ha sido ya desgastada
por la memoria desértica
de un beso no consumado.
Lo sabes, ellos viven de ti,
de verte,
noche tras noche,
devorar un cuerpo ajeno.
Como hienas observan siempre:
El devastado amor que las contempla.
(Del poemario inédito: Carnívoros).