Durante la Primera Guerra Mundial, prestó servicio en el ejército y al finalizar el conflicto se dedicó al periodismo. Regresó a Augsburg donde practicó su profesión y después viajó a Berlín donde se convirtió en crítico literario. Durante mucho tiempo alternó en el ambiente periodístico y artístico relacionándose con muchos escritores y artistas. Entre sus más dilectos amigos se encontraban el laureado novelista Thomas Mann y el poeta Stefan George, los que más tarde fueron puestos en la lista negra de Adolf Hitler. Las obras de ambos personajes fueron quemados y ellos mismos tachados como enemigos del Tercer Reich.
Cuando la República de Weimar colapsó por las presiones del Tratado de Versalles, sumiendo a Alemania en el caos económico y Hitler surge en 1933 como líder de Alemania, Roessler, que detesta a los nacionalsocialistas, se muda a Lucerna en Suiza, donde funda Vita Nova Verlag, una casa editorial de libros y documentos. Para entonces, Roessler tenía 36 años de edad, era un hombre delgado, de baja estatura, muy poco pelo y anteojos, que podía pasar desapercibido en cualquier lugar. A pesar de ser asmático, nervioso e inquieto, fumaba cigarrillo tras cigarrillo, costumbre que se convirtió en una característica de su personalidad.
En esos tiempos los opositores al Nacionalsocialismo eran en su inmensa mayoría comunistas, pero Roessler no lo era, pues detestaba a los regímenes dictatoriales. Más bien, quienes lo conocían, lo catalogaban como un conservador y sobre todo como un patriota.
Su pequeña empresa editora le permitía vivir cómodamente y viajar constantemente sobre todo entre Alemania y Suiza. Durante esos viajes frecuentaba a muchas personas que pensaban de Hitler lo mismo que él, algunas de ellas que ocupaban altos cargos de gobierno y que ejercían una oposición, no abierta, pero sí más o menos permanente en contra de Hitler. Las actividades de esas personas estaban bajo las sospechas de la Gestapo de ser miembros de la organización Orquesta Roja.
A pesar de proceder de una familia protestante, Roessler editaba Die Entscheidung (La Decisión), una publicación con auspicio católico, en la cual escribía una columna con el pseudónimo "Arbitro". Curiosamente, uno de los auspiciadores de la revista católica, era el opositor extremista Xavier Schnieper, un conocido marxista de la época.
Schnieper y otros allegados a él, observaron que Roessler tenía el don de retener con lujo de detalles toda la información que pasaba por sus manos y que le interesaba, especialmente la de carácter político y militar. Era capaz de recordar con lujo, casi clasificado de detalles, los movimientos de tropas, hasta a nivel de compañía, incluso con datos pormenorizados de armamento y municiones, aparecidos en documentos a los que él simplemente les había dado una rápida mirada. La Inteligencia Británica hizo contacto con Roessler para convertirlo en su informante, actividad que realizó durante un tiempo.
A comienzos de agosto de 1939, Roessler visitó a Schnieper y le contó que acababa de regresar de Berlín y que se había enterado por boca de altos funcionarios del gobierno de Hitler, sobre los planes de la inminente invasión de Polonia. Según Roessler los informantes le había depositado su confianza para que hiciera con esa información lo que él creyera era lo mejor para el futuro de Alemania. Por supuesto que esa confesión no fue vana para Schnieper quien trabajaba para la Oficina Ha, la agencia de inteligencia suiza, que procesaba los informes relacionados con Alemania.
Una vez que comenzó la invasión de Polonia, Roessler se convirtió en el informante regular de Schnieper y de la Oficina Ha, estableciendo la asociación de espías conocido como Círculo de Lucy. Los Aliados obtenían de los suizos toda la información detallada que Roessler les proporcionaba con detalles pormenorizados de las operaciones militares que estaban por realizarse. Cuando los alemanes comenzaron a desarrollar los planes de invasión de Francia y los Países Bajos, Roessler le comunicó a los suizos todos los planes militares para Francia, Holanda y Bélgica y más tarde suministró detalles sobre la Operación Barbarossa, que fue retransmitida a Alexander Rado, director de la sociedad Géo-Presse de Suiza y que trabajaba para la Inteligencia Soviética con el nombre codificado de "Dora". Durante años, Stalin no quiso creer en esos informes, como tampoco creía en los que le enviaba desde Japón el agente Richard Sorge, pues el pensaba que nadie puede traicionar a su patria a no ser por dinero y Roessler, no pedía nada a cambio.
Pero, Roessler, nunca se comunicó directamente con "Dora". Roessler utilizaba como intermediario a su amigo Christian Schneider quien a su vez empleaba a Rachel Duebendorfer para comunicarse con "Dora". Rachel sólo conocía la existencia de Roessler por el pseudónimo "Lucy" y Christian conocía a Alexander Rado por su pseudónimo "Dora". Inicialmente, la Stavka y sobre todo Stalin, desestimaban la información proporcionada por "Lucy", pero poco a poco, en la medida que iban sucediendo los hechos, llegaron a depender de los informes que Roessler proporcionaba.
Gracias a los informes de "Lucy", la Stavka llegó a conocer la fuerza y composición de los ejércitos alemanes en el Frente del Este, su ubicación, los planes de batalla y la estrategia de Hitler. Además, "Dora" le trasmitía a Moscú los informes que "Lucy" le proporcionaba, sobre lo que la Abwehr sabía acerca de la composición de las fuerzas soviéticas, los planes y demás información militar que sólo podía provenir de Oster o del propio Canaris. Estas acciones fueron en especial decisivas, por ejemplo, en el plan de Hoth para rescatar al 6º Ejército en Stalingrado o en el resultado de la Batalla de Kursk, aunque parte de la culpa de esos desastres, si no toda, la tuvo Hitler por demorar los ataques, en contra de la opinión de sus generales.
Los agentes alemanes en Suiza, sabían que las operaciones clandestinas de emisoras de radio dirigidas a Moscú se originaban de la red de espionaje de Rado en Suiza y cuando recolectaron suficientes pruebas, presentaron una enérgica protesta ante el gobierno suizo. Para salvar las apariencias ante Alemania, de quien dependían para el abastecimiento de combustibles y energía, el gobierno suizo ordenó el arresto de los agentes de Rado, cuya red fue desmantelada en 1943. Rado pudo escapar, pero la mayoría de sus agentes fueron capturados y encarcelados, cayendo en la redada el propio Roessler que fue encarcelado por un tiempo, luego enjuiciado y declarado inocente de los cargos de espionaje. Para entonces ya Alemania había colapsado y los suizos dependían ya de los Aliados.
Después de la guerra, el negocio de Roessler se vino abajo y para poder sobrevivir ganó algún dinero vendiendo información sobre la ocupación Aliada en Europa, información que el conseguía básicamente en revistas y periódicos de París, Londres o Washington. Arrestado nuevamente por las autoridades suizas fue nuevamente enjuiciado por espionaje y esta vez sí fue encontrado culpable. La pena fue de un año en prisión al cabo del cual regresó a su empresa editora. El periodista y espía, Rudolf Roessler el cerebro del "Círculo Lucy", murió en Suiza en 1958.
Fuentes:
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/espionaje/roessler.html
http://www.spymuseum.com/pages/spyrings-lucy.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Rudolf_Roessler