Rufus T. Firefly: "Queremos transmitir el mensaje de defensa del arte, el amor y la naturaleza"

Rufus T. Firefly iniciaron días atrás en Murcia y Huesca la gira de presentación de 'Magnolia', su reciente nuevo disco y que el vocalista y guitarrista Víctor Cabezuelo define como "un alegato en defensa del arte, el amor y la naturaleza".
"Queríamos hacer un disco sobre esos tres valores porque son muy básicos, pero en realidad últimamente están muy descuidados y maltratados", plantea a Mercadeo Pop el músico, quien aún añade que el objetivo del álbum es poner esos valores "donde les corresponde".
En esta línea, recalca que hasta ahora se quejaban de todo pero no han "conseguido cambiar absolutamente nada" de ese modo, por lo que pensaron que "igual era mejor" defenderse en lugar de "plantear el disco como un ataque".
"Quejarse es inevitable, una manera de soltar la frustración que tenemos por todo lo que pasa, pero es verdad que igual debemos parar y pensar cual es la mejor manera de cambiar las cosas. Creo que quejarse no es, sinceramente, y lo creo porque llevo mucho tiempo haciéndolo", sentencia Cabezuelo.

Para llevar a cabo la mencionada misión, Víctor y su compinche en la batería Julia Martín-Maestro han facturado un disco que bien podría definirse como de rock progresivo sideral, con "psicodelia y rock clásico mirando hacia el futuro".
"Hemos intentado juntar una base orgánica muy setentera de bajo y batería y mezclarla con sonido más actuales y sintetizadores más modernos. Es como un homenaje a todo lo que hemos escuchado a lo largo de nuestras vidas", explica Víctor.
Para dar forma a Magnolia han contado con la inestimable ayuda de Miguel de Lucas al bajo y Martí Perarnau IV en los teclados, ambos compañeros del propio Cabezuelo en la banda Mucho, así como con Manuel Cabezalí de Havalina en las labores de producción.
Un equipo al que Víctor se refiere así: "Miguel y Martí son más que compañeros, son hermanos. Este disco tiene mucho de Mucho y seguro que el siguiente de Mucho va a tener mucho de Rufus. Es una retroalimentación, casi un pique. Martí siempre mira hacia adelante, ya sabe cual es su camino y no tiene miedo de recorrerlo. Tengo mucha suerte de tocar con él".
La guinda la pone Manuel Cabezalí, que es "como un miembro más del grupo" que entiende siempre hasta donde quieren "llegar y lo supera" para hacerles "ir unos pasos más allá". "No contemplo un disco de Rufus sin su presencia. Es una manera de entenderse sin palabras", subraya.

Ante la inminencia del comienzo de la gira, Víctor Cabezuelo asegura sentirse "muy ilusionado" porque este disco es "divertido y difícil de tocar", algo que les obliga a "estar al cien por cien todo el rato" para que todo suene igual o mejor que en la grabación.
"La primera vez en el local fue un poco desastre, porque todos nos sabíamos nuestra parte pero eso no sonaba del todo bien. Fue duro, había que palmar en la primera tocata, pero ya está sonando muy bien. Mola mucho eso, te das cuenta de que si te lo curras de otra manera puedes llegar a un sitio incluso más alto que el disco", plantea.
Esta reflexión le lleva a confesar que para él "la música está en el directo, que es donde fluye todo y puedes transmitir", más que en el disco. "Por eso hay que defenderlo a muerte y hacerlo muy bien. Tocar en una sala y poder transmitir cosas es lo que me flipa", asegura.

FOTO DE IRIS BANEGAS
Los planes del grupo pasan ahora, por tanto, por tocar en "todas" las salas que puedan: "Es algo que tenemos que defender mucho los músicos porque la música pasa por ahí, pasa por los conciertos en las salas. Los festivales son geniales pero no deben ser nunca el objetivo".
"Cuando empecé en esto hace quince años se decía que los festivales eran ideales porque te podía ver mucha gente que luego podía comprar una entrada para verte en sala. Pero ahora parece que es el objetivo. Parece que un grupo está acabado musicalmente si no entra en los festivales, cuando es justo lo contrario porque llenan las salas", explica.
Por todo ello, afirma Víctor que "los festivales son como los centros comerciales de la música y nada más". "Te vas a una tienda, luego a otra y te vuelves a casa. Los grupos tampoco pueden desarrollar su propuesta porque tienen poco tiempo, se prueba sonido muy rápido... están muy bien, de todos modos, de verdad, pero definitivamente no tienen que ser el objetivo", insiste.
A modo de conclusión, Cabezuelo afirma que con esta etapa del grupo le gustaría "transmitir el mensaje de defensa del arte, el amor y la naturaleza, que la gente piense en las cosas que le han emocionado durante toda su vida". "Y que sea como una pequeña anestesia y esa gente hable de eso con otra gente", sentencia.