Ruggles, Mann y Gabel

Tras unas vacaciones sin cine me estoy dando grandes atracones, algunas de las películas que hoy reseño quizás no merezcan estar en ningún listado, es más, yo diría que en alguno de sus momentos son hasta mediocres, pero también merecen ser descubiertas y apuntar los aspectos positivos que, por supuesto, también los tienen. La que realmente ha sido un gran descubrimiento ha sido la última que reseño: "The lost moment" , digna de un Dieterle en plena forma y que recomiendo encarecidamente. No voy a cargar con muchas fotos, debido a que igual tengo problemas para editar el post.

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Wesley Ruggles

Somewhere I'll find you - 1942

Ruggles realizador mal conocido entre nosotros (Ruggles fue uno de los directores de cine más importantes de Hollywood en los años 1930 y 40.El cineasta se inició en el cine en 1914 con las Keystone Cop en las comedias de Mack Sennett.Ruuggles obtuvo una nominación al Oscar al mejor director por la película "Cimarron" Yo he tenido la suerte de ver algun que otro trabajo suyo comedias y westerns, sobre todo, "No soy ningún Angel", "Arizona", "Slighty Dangerous" o esa primeriza versión de "Cimarrón") cuenta en principio una historia que no se distingue por su gran originalidad: Dos hermanos están enamorados de la misma mujer, ambos son periodistas y trabajan como corresponsales de guerra para un periódico Neoyorkino; la mujer a la que aman también es periodista y piensa que ser destinada a la Indochina podría ser un gran paso para ella. La historia de esa relación se cuenta a través de cuatro capítulos que constituyen otros tantos reencuentros del trio protagonista: el primero con referencias al pasado sucede en Nueva York y tiene un tono de comedia, el segundo en Hanoi (agridulce), el tercero en Manila (melodrama) y el último en Batann con un trasfondo de melodrama bélico. El problema es que uno del los hermanos Johny (Clark Gable) tiene tanta posibilidad y acapara tanta pantalla que se come a los otros dos personajes Paula Lane (Lana Turner) y Jr. (Robert Sterling), el papel de la Turner da la sensación de que lo interesa es su peinado y su vestuario, y el personaje de Jr. posee poca entidad. Cabe apuntar que durante el rodaje, pocos dias antes de inicarse, ocurrió el accidente en el que falleció Carole Lombard, esposa de Gable (lo que motivó la suspensión del rodaje varias semanas), quizás sea por eso que Gable no tuvo que esforzarse demasiado para ser el actor más convincente del reparto. Otro elemento extracinematográfico que confiere cierto interés como documento es su labor Hollywoodiense en favor de la causa bélica, como bien se hace notar en el discurso final de Johnny clausurando la película "Recuerda Tokio, continuará" y el cartel animando al espectador a comprar bonos de guerra. Somewhere I'll found you está concebido y ejecutado tanto como simple asentamiento de sus estrellas como una aportación a la ofensiva moral del pueblo americano contra el fascismo, es un film digno de aparecer en una lista de "películas propagandísticas" aunque sería mezquino por mi parte no admitir que la película posee tres o cuatros momentos brillantes.

Reparto:

Clark Gable...Jonathon 'Jonny' Davis

Lana Turner...Paula Lane

Robert Sterling...Kirk 'Junior' Davis

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Anthony Mann

Two o'clock courage - 1945 - (Dos en la oscuridad)

Dos en la oscuridad pertenece a ese subgénero normalmente pegado al noir de "películas de amnésicos", que normalmente me gustan mucho (Hace poco comenté por aquí "Solo en la noche " de Mankiewicz.). Dos en la oscuridad no es un excelente film noir, sino un simpático thriller en cierta medida deudor de las intrigas Hichcockianas, que fusiona a lo largo de unas horas y en torno al asesinato de un individuo que trabaja en el mundo del teatro el tema del falso culpable, la amnesia y la búsqueda de la identidad, los pasos de una intrépida taxista rubia (Anne Rutheford), un policía de toscos modales, un periodista metomentodo y a una pequeña galería de secundarios, alguno de los cuales alcanza relieve en el tramo final. Sin duda el comienzo es la parte más brillante: En una noche de espesa niebla, un hombre camina por la calle de espaldas a la cámara que sigue sus pasos, vemos su sien izquierda ensangrentada, y nos muestra el rostro del hombre ( Tom Conway ), a punto de ser atropellado por un taxi. Es el punto de partida de un thriller que se distingue por resolver las situaciones tensas con bastante sentido del humor, pasmosa tranquilidad y gran desparpajo. A medida que transcurre la noche, y tras verse inmiscuido en un asesinato, el amnésico se va haciendo cada vez "menos sospechoso", un falso culpable sobre el que se posan las miradas ante su desconcierto, desconfianza de gente que saben tan poco sobre él como él mismo. La película, de bajo presupuesto se hace notar rápidamente sobre todo en la economía de medios que con que aparecen descritos algunos personajes. El hecho de que nuestro amnésico recupere la memoria al ser golpeado en "la otra sien" es la muestra de uno de los muchos apuntes burlones, o frases como "olvidelo, yo ya lo he hecho": Los fervorosos de Retorno al pasado podemos ver a Jane Greer en un papel secundario. Lo que más puede llamar la atención a los que siguen el cine de Mann es la presencia casi continua de ese sentido del humor al que me refiero más arriba, más infrecuente en sus obras posteriores.

Reparto:

Tom Conway...Ted 'Step' Allison

Ann Rutherford...Patty Mitchell

Richard Lane...Al Haley

Lester Matthews

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Martin Gabel

The lost moment - 1947Inspirandose en "Los papeles de Aspern", un relato de Henry James, Martin Gabel, director del que apenas tengo referencias, y del que encuentro que Lost moment es su única película, nos ofrece una deliciosa comedia romántica sobre la fascinación por el arte, el paso del tiempo y los descensos oníricos de pasado a presente, que como digo arriba no habría desdeñado el Dieterle de Portrait of Jennie.

Un editor norteamericano, Lewis Venable (Robert Cummings), viaja a Venecia con el propósito de satisfacer una de sus mayores aspiraciones: encontrar las cartas que el poeta Jeffrey Ashton escribió a su amada Juliana Bordereau ( y en el futuro poder publicarlas en su editorial). Lewis, fascinado por la literatura del pasado se hospeda en la casa de Juliana, un lobrego palacete al borde de los canales, venciendo la reticencia inicial de Juiana -que cuenta con 105 años de edad- y de su sobrina Tina Bordereau (Susan Hayward). Con objeto de no despertar sospechas Lewis no se presenta como un editor, sino como un novelista que está escribiendo una obra, y se ve obligado a pagar una cantidad desorbitada por alquilar una habitación el ese palacio decadente y oscuro. Lewis no se arredra ante los gastos, pues su sueño tiene que estar depositado en alguna parte del palacete, en el que por otra parte no encuentra nada más que la hostilidad que le muestran todas las mujeres que allí se encuentran, la anciana (Agnes Moorehead, maquillada), su sobrina, y las sirvientas. Los grandes aciertos de la película están en la recreación de la atmósfera, la habilidad para disgregar barreras temporales y crear todo un ambiente de ensoñación en el que todo es posible, en una Venecia de cartón piedra. La cámara se pasea elegante por los pasillos, las escaleras, los salones del viejo palacio que durante el día cierra sus cortinas para impedir que los rayos de sol entren en sus habitaciones, algunas cargadas de recuerdos, otras vacias. Lo primero que Lewis ve de la anciana son unas manos arrugadas y un anillo que luce como una reliquia del pasado; para Lewis, la estancia en la que Juliana, más que vivir se diluye lentamente en su sillon axfisiada por los recuerdos, es una especie de santurario. Esa atmósfera irrreal es la que va atrapando cada vez más a Lewis, quién llegado cierto momento ya se siente incapaz de separar sueño y realidad, pasado y presente: esa mujer a la que ve por las noches tocando el piano es Tina (Susan Hayward) la sobrina de Juliana, o es ésta misma fantasmagóricamente recuperada de su juventud, o cuando ella se arroja a sus brazos está abrazando al editor Lewis Venable o acaso al poeta Jeffrey Ashton. Cada gesto, cada mirada, cada movimiento de los personajes tiende un puente armonioso al presente de Lewis y el pasado de Juliana, invocado por esas manos y piel arrugadas, por los acordes de un piano, por ese anilo que resalta en esa mano esquelética, por el humo de las velas , por las telarañas que penden de techos y galerias o por la fotografía de un viejo medallón del poeta y el reflejo de Tina en un espejo por un cambio de peinado. Lewis cegado por el afán de poseer las cartas del poeta,no se da cuenta de que está viviendo en una casa con vida propia, que le habla en lenguaje que no comprende, y cuando se da cuenta de ello deja de ser un intruso para formar parte del ambiente del pasado, cuando es llamado a través de la música que lo introduce en un marco de desolación y desamor. Muy recomendable.Reparto:

Robert Cummings...Lewis Venable

Susan Hayward...Tina Bordereau

Agnes Moorehead...Juliana Borderau

Joan Lorring...Amelia