FORTALEZAS ARTILLADAS EN RUMANÍA
Esa inmensa rodilla que forman los Cárpatos en Rumanía ha sido escenario de continuas luchas en la historia. De ocupaciones, sobresaltos. Si a este territorio dacio lo conquistaron los romanos, a ellos los desalojarán los godos y después irán llegando los hunos, gépidos, ávaros, con el transcurrir de la Edad Media. Hasta que por el oeste irrumpen los húngaros, que se instalarán en Transilvania desde el siglo XI hasta el XVI, en que se formó un principado autónomo, vasallo del Imperio otomano; a principios del siglo XVIII, sufre una nueva ocupación húngara, que durará hasta la Edad Contemporánea.La otra gran región de los Cárpatos rumanos, Moldavia, también pasará de dominio húngaro a otomano, con incursiones rusas y nuevamente húngaras, hasta que consigue la independencia en el siglo XIX, formando el Reino de Rumanía, junto a Valaquia (al sur).Todo ello ha hecho que las fortificaciones ocupen un lugar esencial en la conformación de las ciudades. Y que, dado el arraigo religioso ortodoxo de la zona, las iglesias y monasterios hayan sido igualmente lugares fortificados y de refugio poblacional.Esto es lo que he visto en mi viaje a Rumanía, por esas dos bellísimas regiones de los Cárpatos que son Transilvania (al oeste) y Moldavia (al este). Y me ha sorprendido lo recio de las construcciones defensivas y en especial los refuerzos y modificaciones artilleras introducidos en el comienzo de la Edad Moderna, cuando a los asaltos de la infantería y la caballería se va a unir la presencia destructiva de la artillería.