El ex astronauta y administrador de la NASA Charles Bolden estuvo en Buenos Aires, en una visita de promoción de la enseñanza de las ciencias y fue reporteado por el diario “La Nación”. Del reportaje, seleccionamos una serie de interesantes reflexiones sobre el programa espacial de la NASA y la posibilidad de un viaje humano al planeta Marte.
(El viaje a Marte) lo decidió el presidente Obama, basado en nuestra recomendación. Y lo elegimos porque es el lugar de nuestro sistema solar donde tenemos más chances de encontrar signos de vida. Es muy improbable que haya algo como los seres humanos, pues no hubieran podido esconderse, pero podemos hallar microorganismos. Cualquier cosa que descubramos que esté viva será extremadamente importante. Probará que no estamos solos en el universo.
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Hay dos preguntas que nos hacemos todo el tiempo. La primera es ¿cómo se creó todo esto? ¿Cómo se formaron el sistema solar, la Tierra, la Vía Láctea? Es lo que estudia la astrofísica. Pero la segunda, y tal vez la más intrigante, es si estamos solos. Todavía no tenemos la respuesta, pero hay indicios de que no lo estamos, porque ya descubrimos literalmente miles de planetas que orbitan otras estrellas en otras galaxias. Y es difícil imaginar que hay otros sistemas planetarios despojados de todo tipo de vida. Marte es el planeta [cercano] que más posibilidades tiene de haber sostenido la vida, podría tenerla ahora mismo. Y definitivamente creo que los humanos pueden encontrar una manera de sobrevivir allí. Probablemente construiremos debajo de la superficie para protegernos de la radiación. Haremos un número de cosas para que Marte sea habitable para los seres humanos.
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Mucho de lo que hacemos en el sistema solar, mirando otros planetas, asteroides y cometas nos ayuda a entender más acerca de la Tierra y de los efectos que el sol, los vientos solares y el clima espacial tuvieron en algunos de los planetas más externos, que no son tan afortunados como nosotros y no tienen atmósfera. Creemos que Marte puede haber sido como la Tierra, pero que en algún momento perdió su magnetosfera, su atmósfera se evaporó y perdió su protección contra la radiación solar. Nos gustaría llegar a respuestas definitivas a estas preguntas.
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Usted me preguntó acerca de nuestra forma de planificar: lo hacemos muy meticulosamente. Sabemos que hay limitaciones físicas, hay impactos humanos que todavía no entendemos bien. La visión, la pérdida ósea, la atrofia muscular. Ya pensamos cómo contrarrestarlas, con ejercicio, dieta, medicación. Tenemos una batería de tests que tenemos que hacer en la EEI. Algunos los dejamos para cuando vayamos al “campo de pruebas”, cuando movamos a humanos de órbitas bajas hacia la Luna en alrededor de cinco o 10 años. Completaremos todo el trabajo que tenemos que hacer para evitar riesgos al cuerpo humano, pero quedan desafíos tecnológicos. Por ejemplo, propulsión solar de alta energía, para llevar grandes cargas de aquí a Marte. Los sistemas que proveerán oxígeno, agua, tienen que ser mucho más robustos que los de la EEI. Porque si tenemos un problema en la estación, algo catastrófico, podemos traer a la tripulación de vuelta a casa en horas. O, si es algo que simplemente hay que arreglar, les enviamos un repuesto. Pero en Marte no se puede hacer eso: está a ocho meses de distancia.
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Nosotros estamos preparando un viaje de ida y vuelta. El presidente Obama dejó en claro que queremos vivir en otros lugares del sistema solar por largos períodos de tiempo, pero con la capacidad de volver.
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Dadas las tecnologías de propulsión de que disponemos y la distancia que hay que viajar, una misión a Marte ronda los tres años. Toma 16 meses ir y volver, y después uno tiene que quedarse alrededor de un año antes de que Marte y la Tierra se alineen de nuevo en el punto más cercano. Una de las cosas que estamos analizando, entre muchas otras, es lo que llamamos tecnologías disruptivas. Algo que sea diferente de la propulsión química que usamos hoy. Usted simplemente no puede ir a lugares distantes si depende de la propulsión química, porque necesita un enorme espacio de almacenamiento. La propulsión es uno de los desafíos que tenemos por delante. Encontrar un sistema que pueda llevarnos a Marte mucho más rápido que hoy. Será nuclear o iónica... algo así.. La energía solar es buena para mover grandes masas, pero no para mover personas, porque es muy lenta.
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Bueno, nadie sabe muy bien qué es lo que buscan los psicólogos cuando te hacen las entrevistas durante una semana. Cuando me tocó a mí, usaban la técnica del buen policía y el mal policía. Tienen tests para asegurarse de que la persona pueda sobrevivir en largos períodos de soledad en el espacio. Ahora estamos eligiendo personas para ir al espacio profundo, que van a operar en situaciones psicológicamente mucho más exigentes que las que enfrentamos nosotros. Marte está a ocho meses de distancia. Fuimos a la Luna, pero está a dos días [de viaje], y para comunicarse está a segundos, de modo que casi no se nota que hay un retraso. Marte está a siete minutos, sólo de ida. Entonces, si alguien quiere comunicarse con su hijo, en la Tierra, tendrá que esperar 14 minutos antes de recibir la respuesta. Es un desafío psicológico y todavía no sabemos cómo preparar para esto.
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Estuve 14 años en el programa del transbordador y volé cuatro veces. Para ser muy honesto, el ambiente en el que uno vive es como este cuarto: se respira aire normal, la presión en la cabina es igual que ésta, de 14,7 libras por pulgada cuadrada. Pero uno está flotando por la falta de gravedad, hay ciertas cosas que le pasan al cuerpo humano. Su mecanismo de equilibrio se duerme, no hay arriba ni abajo, pero el cerebro es increíble, porque se ajusta a la ingravidez, puede leer con la cabeza para abajo o de costado..
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Usamos cohetes reutilizables durante 30 años. El transbordador espacial fue el primero. Volvíamos a usar todos sus componentes, excepto el tanque externo. El shuttle fue construido para usarse cincuenta veces o más. Los motores eran tan complejos que queríamos inspeccionarlos a fondo entre cada vuelo. El transbordador aterrizaba y se le sacaban los tres motores principales, los mandaban al taller y se los desarmaba por completo. Eso era tremendamente caro. Las tejas: estábamos constantemente reparándolas. Las ventanas se iban rallando todo el tiempo por los micrometeoritos. Al principio, pensamos que la mejor manera de mantenerlas era pulirlas, pero al final el mecánico dijo que pasaban tanto tiempo puliendo las ventanas que era mejor cambiarlas. Eso es caro. La reutilización es algo deseable, si uno puede volver a usar su vehículo sin tener que prácticamente volver a construirlo. Elon Musk y Space X creen que pueden lograrlo. Pero es más fácil de decir que de hacer.
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Nosotros tendemos a ser mucho más agresivos en la variabilidad de lo que podremos hacer con la nave, y eso cuesta mucho más. También construimos con un cierto grado de confiabilidad y seguridad en nuestros vehículos que no todos tienen. Hacemos todos los esfuerzos posibles por disminuir el riesgo, incluso en los vehículos robóticos. Hacemos de más. Tal vez uno de estos días descubramos que no es necesario que sean tan seguros. ¿Cuánto es suficientemente seguro? Pero dudo seriamente de que NASA cambie de opinión acerca del nivel de seguridad que demandamos. Así que nuestras misiones serán probablemente un poco más caras que las de otras agencias. Por eso decidimos transferir a empresas privadas los vuelos rutinarios a y desde la EEI. Ellos simplemente construyen un vehículo de un solo propósito: transportar personas y cargas. Nosotros no hacemos eso, siempre queremos que [nuestras naves] hagan múltiples tareas.
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Me impresionó mucho (el proyecto argentino Tronador). En particular que se esté haciendo en colaboración con una universidad, donde los estudiantes tienen la oportunidad de ser parte del equipo que está construyendo un vehículo de lanzamiento. No hacemos eso muy frecuentemente en los Estados Unidos. Me impactó.
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NORA BÄR
“Los humanos podremos encontrar la forma de sobrevivir en Marte”
(la nación, 22.02.15)