Rumores

Publicado el 08 febrero 2013 por Nereilla25 @Nereilla25
Todos los hemos oído. Llegan a nuestros oídos desde cualquier fuente más o menos fiable, que de eso todo depende, y se extienden como la pólvora. Son cosas que nos cuentan, a veces sobre gente que nos importa, a veces sobre conocidos, y otras de supuestos famosos cuya única meta y función en la vida es vivir del cuento. Son rumores, habladurías y chismes varios que, en nuestra vida social diaria, todos nos hemos encontrado. Su credibilidad y difusión depende de nosotros mismos, de la que queramos darle. Y si bien esta estudiado que algo de cotilleo sobre los demás no es tan malo, y es más, es casi indespensable en nuestra vida social, a veces, un rumor malintencionado que alguien lance puede hacer mucho daño aunque no lo parezca. La cosa consiste en que extienden con muchísima facilidad, y la mayoría de la gente tiende a creerlos. Todos hemos oído alguna historia de este tipo, y algunas noticias, sobre todo en el mundo del espectáculo, comienzan por ser rumores. Se supone que el periodismo serio debe confirmarlas contrastando sus fuentes, y ya sabemos que hay cierto tipo de programas llenos de supuestos "periodistas" que ni se molestan en ello. Igualmente, cuando un rumor llega a nuestros oídos, deberíamos hacer lo mismo: tratar de averiguar su origen y saber si es cierto o no, en especial si puede afectarnos a nosotros, o a alguien que conozcamos. Es muy difícil librarse de los rumores, algunos pueden continuar extendiéndose aún después de haberlos desmentido, y algunos parecen tener tanta vida propia que  van cambiando con cada vez que se cuentan, como un juego de teléfono escacharrado, e incluso aún sin haber sido nunca ciertos, existen supuestos testigos que los confirman (todos recordamos el mítico caso de Ricky Martin, el perro y la mermelada en el programa Sorpresa sorpresa, cosa que nunca fue verdad)
Y es que hay rumores que pueden llegar a tener tanta solera e historia que pueden terminar convertidos en auténticas leyendas urbanas. Eso por no hablar de la cantidad de famosos de pacotilla, fabricados en serie y patrocinados por los realities más variados y cutres que se imaginen, y dedicados por entero a la industria del rumor más casposo. Todo con tal de que no se les acabe el chollo, incluso a consta del buen gusto, la educación y la mismísima dignidad humana. Sabe mucho de esto nuestra "princesa del pueblo" Belén Esteban, que lo único que ha hecho en la vida es tener una hija con un torero, hombre que, aunque tuvo su momento en todo este rollo del colorín y el famoseo de cuarta, desde su segundo matrimonio se haya afortunadamente, retirado de todo el asunto, y viviendo una vida mucho más discreta. Igualmente, ahí tenemos a los Grandes Hermanos (¡¡Y aún nos amenazan con una catorceava edición!! Increíble...) expertos igual en el tema la mayoría de ellos, y famosetes de quita y pon, o aquellos otros que participan en realities estilo supervivencia, o granjas, para que no se apague su estrella de supuestas "celebrities". Y en lo más bajo de la cadena, tenemos al conjunto de cachas y guarrillas sin cerebro de "Hombres Mujeres y viceversa", o peor aún, "Gandía Shore" (que ya los "shores" extranjeros eran de vergüenza, pero al menos, ajena coñe)

Fuera del mundo del famoseo cutre, podemos encontrar rumores, por supuesto. Y son casi peores, puesto que, mientras que no nos afecta lo que le pase a ellos, en la vida real hay rumores que pueden afectarnos muy negativamente. Un rumor que se salga de madre y escape a todo control puede arruinar la vida de alguien, su trabajo o su relación de pareja. Y puede llegar a ser muy difícil luchar contra ellos. ¿Pero cómo puede llegar a pasar algo así? ¿Somos acaso tan poco críticos, tan poco razonables, que estamos dispuestos a creernos todo lo que nos cuenten? El boca a boca es un arma poderosa, lo ha sido siempre. Alguien malintencionado puede usarla contra otra persona fácilmente, y a menos que se pueda demostrar fuera de toda duda la poca consistencia de ese rumor, es posible que haya que enfrentarse a cosas muy duras. Una reflexión así es la que hace la película "Gossip" , con James Marsden (X-Men) y Norman Reedus (actualmente matando zombies en The Walking Dead) En ella, un grupo de estudiantes de periodismo dan con una curiosa idea para realizar un trabajo sobre este tema: harán correr un rumor sobre alguien, un rumor sencillo, que pueda ser creíble, para estudiar su evolución. Su intención es poder ir viendo como ese rumor crece, se extiende y cambia con el tiempo, y ver el final de la historia (si el rumor llega a tal que tienen que confesar que fueron ellos los que lo iniciaron, o si se detiene por sí mismo) Pero todo se complica cuando ese rumor termina afectando de manera muy real y terrible a los estudiantes implicados en él. Os recomiendo la peli, no es magnífica pero te mantiene en vilo y entretenida hasta el final, tratando de averiguar que pasará al final.

Por supuesto Internet es un terreno perfecto en el que los rumores pueden crearse, expandirse y crecer, así como toda clase de historias extrañas y raras. Y aquí vamos a llegar a lo que me inspiró esta entrada, en breves momentos. Y es que todos hemos recibido en nuestro correo esas cadenas sobre niños enfermos pidiendo donaciones, o advirtiendo de todo tipo de peligros sacados de las más típicas leyendas urbanas. O hemos leído en páginas webs o en las Redes Sociales, junto a noticias serias, veraces e interesantes, algunas otras que son, como díria Homer cuando fue el reportero internauta conocido como "Señor X", auténticas cagarrutas de primera. O bien son bromas (conocidas en inglés como "Hoax") o bien manipulaciones más falsas que un billete de 3 euros. Por ejemplo una broma reciente es la que aseguraba que un joven actor africano había muerto de verdad en el rodaje de la última película del director Quentin Tarantino "Django desencadenado". Obviamente, no era cierto. Pero lo que de verdad me llevó a escribir esta entrada fue el ser víctima no de un rumor, sino de un dato supuestamente científico, y verdaderamente fascinante, que me encontré la semana pasada. Veréis todo empezó como no, en Facebook. Como todos, en la Red Social soy seguidora de muchas paginas de temas que me gustan o interesan. Sabéis que últimamente, me ha subido al carro de "Juego de Tronos"; la fascinante saga fantástica y medieval de George R. Martin. Pues bien, en dicha ficción, el autor da descripciones físicas de los personajes, normalmente, por casas familiares (que si los Stark son robustos y de cabello castaño, los Lannister rubios y de ojos verdes, los Baratheon fuertes y morenos, los Florent tienen orejas de soplillo... ) Por lo que parece, una de las casas creadas por Martin, los Targaryen, exhiben, fruto sin duda de la endogamia que practicaron durante siglos, unos curiosos rasgos genéticamente recesivos: son de piel muy clara, cabello rubio platino casi blanco, y muestran el poco común color de ojos violeta. Todo ellos son rasgos que hablan, sin duda, de un gen de albinismo en la familia. Pero a lo que vamos: en una página web de Facebook dedicada a la saga, un usuario compartió, a raíz de los bellos y poco comunes rasgos de los Targaryen, el siguiente cartel

Creo que no era exactamente el mismo, pero muy parecido. Como yo soy curiosa por naturaleza, y además, he aprendido mucho leyendo e investigando en Internet por mi cuenta, se me ocurrió investigar esa supuesta "mutación genética" de ojos violeta llamada "Génesis de Alexandría". Lo primero que encontré fue la curiosa historia de su supuesto origen, del supuesto primer caso reportado en la historia. Hablaba de que, aparte de los ojos de ese extraño color, la supuesta mutación dotaba a quienes la tenían de una serie de virtudes que tan solo podrían considerarse como superpoderes al más puro estilo X-Men. Según parece, estas personas, además de bellos ojos violeta, poseían cabellos oscuro, en contraste todo con una piel clara, inmaculada, pero sorprendentemente, resistente al bronceado y al sol. Su sistema inmune y su metabolismo eran tan eficientes y perfectos, que jamás estaban enfermos, y sus cuerpos no producían residuos (ni orina ni heces) y encima nunca engordaban ni adelgazaban, manteníendose siempre en un peso metabólicamente adecuado. Además poseían un alto coeficiente intelectual, una visión perfecta y nada de vello corporal (solo pelo en la cabeza) Y para rematar la cosa, oid bien, las mujeres no menstruaban, y a pesar de ello, eran fértiles y capaces de dar a luz hijos sanos que llevaran adelante semejante ventajosa mutación. ¡Ah, y se me olvidaba! Al no enfermar jamás, su esperanza de vida rondaba los 170 años. Algo tan bueno no podía ser verdad. De ser así, las simples leyes de la genética y de la naturaleza habrían beneficiado a estos individuos, y a estas alturas ya seríamos todos así. Sin embargo y no sé porqué, lo creí por un momento... hasta que los comentarios de varios usuarios en la web donde leí esta leyenda me condujeron a la cruda realidad... la mutación no existía. Tan solo era el fruto de la mente adolescente, y llena de imaginación y creatividad, de una joven autora de fanfictions. Incluso pude encontrar, por si los que sabéis inglés queréis leerlo, la confesión de la autora, ya más madura en su blog actual. Y para los que no sabéis, lo resumo: según confiesa la creadora del tema, esta mutación es algo que se inventó cuando era una jovencita, en torno a 1998, para jugar a crear historias en el mundo del fanfiction. Parece que fue sacando datos de diferentes enfermedades poco comunes y mutaciones conocidas, y las mezcló con sus propias ansiedades adolescentes, así como con otros detalles de personajes y series que le gustaban en aquel momento. Así nació un personaje con el que ella creaba historias bajo un pseudonimo masculino, un personaje que, según nos cuenta, tenía la perfección física, mental y social que ella anhelaba en esa época tan complicada de la adolescencia. Como su idea de una mutación que produce semejantes efectos, y de su legendario origen, escaparon del mundo del fanfiction para llegar a todo Internet, donde muchos la dieron por cierta, es algo que no se explica. Escapó totalmente a su control, y es todo cuanto sabe. Se trata pues de un dato sin fundamento ni crédito alguno que sin embargo, muchas personas, incluso yo durante unos momentos, han llegado a dar por cierta.
La conclusión es pues, la siguiente: no creas todo lo que oyes por ahí, ni todo lo que leas en ciertos medios poco fiables o en Internet. Vivimos en la era de la información, y estamos rodeados de todo tipo de estímulos que nos bombardean. Conviene pues, que desarrollemos el sentido crítico, que nos cuestionemos las cosas, y sobre todo, que analicemos de donde nos viene la información, para ver si podemos confiar en ella o no. Es importante que lo hagamos, y que enseñemos a hacerlo a los más pequeños, para que sepamos así distinguir entre la información fiable y de interés... ¡¡Y las cagarrutas de primera del Señor X!! Video para finalizar