No pensaba dedicar un post al tomo nº 3 de la 4ª serie deste peculiar supergrupo. Pero es que es muy bueno. Runaways es desde luego lo mejor con mucha diferencia de la Marvel del siglo XXI. Diferente, original, divertido, profundo y en general muy bien guionizado y dibujado. No es mero entretenimiento sino una sutil mirada subversiva a la maduración, la familia, ntra. sociedad y los Superhéroes. O sea esto es un buen y gran cómic para adolescentes que puede satisfacer también a los adultos. Es quizás le mejor mezcla de slice of life con Superhéroes quexiste (es diferente a eso de los Hernandez).La verdad es que no puedo añadir nada a lo que dije en el post sobre los tomos precedentes puesto que en este R. Rowell y K. Anka nos dan más de lo mismo: un trabajo fabuloso, si bien mucho más la guionisto. Así pues esto plantea 2 serias preguntas. Por qué esta serie no la compra ni diso?? (se venderá como churros en digital?) Por qué Marvel no coloca esta serie como ejemplar?? La pobreza de las ventas (ni 9 mil estadounidenses se interesan por ella en papel), todo apunta que todo se acabará en el 2020 :(, responde a la 2ª pregunta; y a la 1ª quizás responda que es una serie juvenil que, aunque sale en la tele, no aparece en el Cine. O sea, que ni interesa a los jóvenes ni a los maduros. Puede que a los 1ºs porque los están educando para que dejen el papel y a los 2ºs porque son personajes nuevos (del 2003), marginales (creo que en el último evento en el que participaron fue la absurda Invasión Secreta) y no son típicos. Pero lo delirante deste caso es que el guión de Rowell es, además de muy bueno -así que es algo que va a gustar a cualquiera que le guste leer-, totalmente clásico, aunque evidentemente escrito para ahora. Por tanto Runaways satisfacería a los que les gusta la forma clásica de guionizar Superhéroes, es decir, a los maduros. Es culpa de Marvel que venda tan poco. Lo cual es una pena porque Rowell, una escritora talentosa (una novelista juvenil déxito) que creció leyendo cómics de superhéroes, demuestra que la forma clásica de escribir Superhéroes sigue funcionando siempre que no descanse todo en clichés, lugares comunes y tópicos. Rowell mete aquí Continuidad por un tubo sin alienar a nadie 1º porque no hay notas a pie de página (una pena, por qué los editores ya no se lo toman como autopromoción?) y 2º porque son referencias sutiles de tal modo que pasan desapercibidas a aquellos que no están entrenados a leer cómics mainstream, es decir, que saben distinguir una referencia al pasado de una referencia a acontecimientos del pasado. Rowell recurre mucho al humor como es obligación, pero no se burla de los Superhéroes ni su objetivo es evitar que los lectores piensen questán leyendo cosas infantiles. Rowell se toma en serio al género y a sus personajes, y no pretende inventar la rueda. Rowell cambia a los personajes, aquí Nico, pero partiendo de su pasado y sin adulterarlo o transformándolo en otro. Rowell sabe armonizar perfectamente la obligación de escribir aventuras de 6 grapas con la costumbre añeja pero no por ella estúpida u obsoleta de que cada una dellas tenga entidad por sí misma. O sea, sus tomos no son la típica historia de 6 partes donde todo ocurre en la 1ª y última grapa. Rowell sabe que hay que crear tensión, que tienen que ocurrir novedades, que hay que traicionar expectativas y que al final hay que salirse por la tangente. Este tomo es magistral en ese sentido. Rowell escribe superhéroes de verdad, es decir, que no matan bajo ninguna circunstancia con la novedad de que son amables con todos, Rainbow (ese es el nombre de pila de Rowell el cual dice todo sobre su crianza) es desos que cree en el poder de los abrazos, lo cual, tal como está escrito, no resulta gilipollesco sino otro elemento idealista que aporta tensión a la característica historia de un género que cuenta como se crea paz mediante tortas y se reparte justicia con la mano abierta. En fin, los guiones de Rowell tienen de todo. Son de Superhéroes pero a la vez son distintos porque, aunque son tan moralistas como los de Lee&Kirby, la suya no es la moral tradicional maniquea, ya caduca, que es la propia daquellos. En definitiva Rowell soluciona con calidad el problema de actualizar la vieja fórmula de la cual no se puede prescindir si se quiere permanecer dentro del género.
No pensaba dedicar un post al tomo nº 3 de la 4ª serie deste peculiar supergrupo. Pero es que es muy bueno. Runaways es desde luego lo mejor con mucha diferencia de la Marvel del siglo XXI. Diferente, original, divertido, profundo y en general muy bien guionizado y dibujado. No es mero entretenimiento sino una sutil mirada subversiva a la maduración, la familia, ntra. sociedad y los Superhéroes. O sea esto es un buen y gran cómic para adolescentes que puede satisfacer también a los adultos. Es quizás le mejor mezcla de slice of life con Superhéroes quexiste (es diferente a eso de los Hernandez).La verdad es que no puedo añadir nada a lo que dije en el post sobre los tomos precedentes puesto que en este R. Rowell y K. Anka nos dan más de lo mismo: un trabajo fabuloso, si bien mucho más la guionisto. Así pues esto plantea 2 serias preguntas. Por qué esta serie no la compra ni diso?? (se venderá como churros en digital?) Por qué Marvel no coloca esta serie como ejemplar?? La pobreza de las ventas (ni 9 mil estadounidenses se interesan por ella en papel), todo apunta que todo se acabará en el 2020 :(, responde a la 2ª pregunta; y a la 1ª quizás responda que es una serie juvenil que, aunque sale en la tele, no aparece en el Cine. O sea, que ni interesa a los jóvenes ni a los maduros. Puede que a los 1ºs porque los están educando para que dejen el papel y a los 2ºs porque son personajes nuevos (del 2003), marginales (creo que en el último evento en el que participaron fue la absurda Invasión Secreta) y no son típicos. Pero lo delirante deste caso es que el guión de Rowell es, además de muy bueno -así que es algo que va a gustar a cualquiera que le guste leer-, totalmente clásico, aunque evidentemente escrito para ahora. Por tanto Runaways satisfacería a los que les gusta la forma clásica de guionizar Superhéroes, es decir, a los maduros. Es culpa de Marvel que venda tan poco. Lo cual es una pena porque Rowell, una escritora talentosa (una novelista juvenil déxito) que creció leyendo cómics de superhéroes, demuestra que la forma clásica de escribir Superhéroes sigue funcionando siempre que no descanse todo en clichés, lugares comunes y tópicos. Rowell mete aquí Continuidad por un tubo sin alienar a nadie 1º porque no hay notas a pie de página (una pena, por qué los editores ya no se lo toman como autopromoción?) y 2º porque son referencias sutiles de tal modo que pasan desapercibidas a aquellos que no están entrenados a leer cómics mainstream, es decir, que saben distinguir una referencia al pasado de una referencia a acontecimientos del pasado. Rowell recurre mucho al humor como es obligación, pero no se burla de los Superhéroes ni su objetivo es evitar que los lectores piensen questán leyendo cosas infantiles. Rowell se toma en serio al género y a sus personajes, y no pretende inventar la rueda. Rowell cambia a los personajes, aquí Nico, pero partiendo de su pasado y sin adulterarlo o transformándolo en otro. Rowell sabe armonizar perfectamente la obligación de escribir aventuras de 6 grapas con la costumbre añeja pero no por ella estúpida u obsoleta de que cada una dellas tenga entidad por sí misma. O sea, sus tomos no son la típica historia de 6 partes donde todo ocurre en la 1ª y última grapa. Rowell sabe que hay que crear tensión, que tienen que ocurrir novedades, que hay que traicionar expectativas y que al final hay que salirse por la tangente. Este tomo es magistral en ese sentido. Rowell escribe superhéroes de verdad, es decir, que no matan bajo ninguna circunstancia con la novedad de que son amables con todos, Rainbow (ese es el nombre de pila de Rowell el cual dice todo sobre su crianza) es desos que cree en el poder de los abrazos, lo cual, tal como está escrito, no resulta gilipollesco sino otro elemento idealista que aporta tensión a la característica historia de un género que cuenta como se crea paz mediante tortas y se reparte justicia con la mano abierta. En fin, los guiones de Rowell tienen de todo. Son de Superhéroes pero a la vez son distintos porque, aunque son tan moralistas como los de Lee&Kirby, la suya no es la moral tradicional maniquea, ya caduca, que es la propia daquellos. En definitiva Rowell soluciona con calidad el problema de actualizar la vieja fórmula de la cual no se puede prescindir si se quiere permanecer dentro del género.