Imaginad durante unos segundos la artificialidad de un anuncio tan brillante como rígido, jugando con sus manidas bazas para conseguir que el consumidor se crea sus tributos y termine comprando el producto. Tenedlo presente, porque este paralelismo se me antoja como acertado en el caso de ‘Runner, Runner‘, thriller dirigido por Brad Furman, es decir, el mismo director que con ‘El inocente‘ conseguía recuperar a Matthew McConaughey de la inmundicia hollywoodiense (‘Como locos… a por el oro‘). Furman no deja entrever ni un atisbo de su calidad en la prescindible ‘Runner, Runner‘.
¿”Arriesgarse a apostar”? El guión de Brian Koppelman y David Levien, así como la nefasta dirección de Brad Furman, no toman ningún tipo de riesgo durante la película, y me resulta paradójico al relatar una trama de altos vuelos con el póker online y las tarjetas de créditos como principales ejes del desarrollo argumentativo. “Runner, Runner” es la historia de un estudiante de la Universidad de Princeton que pierde el dinero de su matrícula en una estafa de póker online, y decide enfrentarse al dueño de la web donde ha sufrido la estafa (Ivan Block). Ambos terminarán trabajando codo con codo a pesar de que se desarrolla una investigación para dar caza al millonario Ivan Block.
Un producto de manual, que es consciente de que sigue un esquema de A+B=C. Por consiguiente, el espectador atento tiene la oportunidad de ir 30 minutos por delante del argumento, comprobando lo “fantásticos” y “cools” que son los personajes que habitan este mundo irreal que pretende recrear Brad Furman. La predecible progresión de los acontecimientos me provocó reiterados bostezos, no logrando que los personajes me lleguen a importar, dado que sus 90 minutos de duración actúan como pasarela de múltiples rostros tópicos, cuyo denominador común es el olvido.
El desarrollo dramático que propone la película carece de la tensión necesaria, configurando a un enemigo, interpretado correctamente por Ben Affleck, que conecta más con el espectador que el protagonista (estad atentos a su forma de matar, todo un homenaje innecesario a los icónicos antagonistas de James Bond). No obstante, Justin Timberlake no tiene el margen necesario para aportar matices a su personaje (como podíamos ver en ‘In Time‘). Igualmente, Gema Artenton encarna al eterno objeto de deseo capaz de desatar crueles giros del destino, aunque en ‘Runner, Runner‘ la torpeza de su personaje me deja atónito.
‘Runner, Runner‘ trata de hablarnos sobre el destino, la importancia de elegir lo correcto, y de dotar a nuestras vidas de un sentido de la responsabilidad; y repito que lo trata, porque la película desprende el inconfundible aroma del thriller prefabricado para amasar dinero a costa del público joven. Un vacío eterno sustentando en su inexistente dinamismo que tiene como base el guión, problema primordial de una película con un planteamiento interesante en un principio, pero cuyo enfoque aparta al espectador de una historia trabada artificialmente con aspiraciones a lograr una profundidad dramática infundada. Tengo que hacer hincapié en dos aspectos del film: sus abismales fallos de raccord, y la utilización de música latina durante el metraje (única unión existente con el traslado de la trama hasta Costa Rica).
Así pues, dejando de lado su presunto entretenimiento, la cinta podría tener su público en las generaciones jóvenes a pesar de que Justin Timberlake como estudiante resulta irrisorio. En definitiva, una propuesta que tenemos la sensación de haber visto en innumerables ocasiones, pero que seguramente tendrá una entrada decente en las taquillas españolas.
Reseña por Antonio Cabello Ruiz-Barruecos de www.ensenciacine.com.