Running y pulpo en la Isla de Ons (Galicia)

Por Fermín Fermin Fernandez @ferminffaviles

Vuelta running turistica a la Isla de Ons, dentro del Parque Nacional de las Islas Atlánticas en Pontevedra (Galicia). Un lugar ideal para correr por la naturaleza, disfrutar de las vistas, comer una buena caldeirada de pulpo y relajarse un rato en sus playas de arena blanca.
Julio 2016
Fue un día del pasado mes de Julio. Ya habíamos estado en las Islas Cies, teníamos ganas de conocer y correr por su hermana pequeña la Isla de Ons, también en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. En el mes de mayo se corre en la isla una media maratón trail, pero no nos encajaban las fechas, así que aprovechamos las vacaciones de verano en Galicia para acercarnos hasta allí y pasar un buen día en la isla.

La ruta:

La Isla de Ons es una isla pequeña, más larga (5,6 km.) que ancha (1,3 km.). Queríamos hacer una ruta circular costeando alrededor de la isla. Partimos desde el puerto, atravesando la aldea y siguiendo caminos que bordean la isla en el sentido que siguen las agujas del reloj. Primero hacia el sur por la parte oriental, recorrer la parte occidental desde la punta sur hasta la norte pasando por el faro, para volver otra vez al puerto desde el norte por la cara oriental.
El terreno es principalmente camino de tierra y, aunque la isla no tiene mucha altitud, la mayor parte del recorrido es subiendo o bajando.
Nos salió una distancia de poco más de 12 km. La ruta se pueden hacer al gusto, más larga o más corta, combinando los caminos y rutas señalizadas que hay.

La ruta y tracks para descargar de wikiloc --> aquí

La ida: Ruta sur

Como es obvio, a la isla solo se puede llegar en barco. Hay diferentes compañías navieras de transporte público que dan ese servicio desde varios puertos. El viaje dura menos de una hora (recomendable reservar porque suelen ir llenos los barcos). Nosotros salimos desde el puerto de Sanxenxo en el primer barco del día.

Puerto de Sanxenxo


Sandalias y mochila de hidratación. What else?


En barco acercándonos a la isla


El faro desde el barco


El trayecto se hizo agradable, había buena mar, buena temperatura (de momento) y el sol brillaba todavía sin fuerza.
Al llegar a la isla, encuentras junto al puerto la pequeña aldea de O Curro donde están ubicados los 3 o 4 restaurantes de la isla, algunas casas de los lugareños (unos 70 habitantes) y un centro de información al turista donde se puede coger mapas de las rutas de la isla.

Llegando a la aldea


El objetivo era dar la vuelta a la isla corriendo durante la mañana, sin prisa, parando en los sitios que nos apeteciera. 
Cruzamos la pequeña aldea entre la "multitud" fijándonos donde estaba ubicado el restaurante del que nos había hablado para, a la vuelta, pasar a comer la típica calderaida de pulpo de la isla.
Salimos de la aldea por su calle principal y enseguida vemos los indicadores de la ruta sur (verdes). Cogemos la senda más cercana a la costa, contemplando en todo momento la costa de las Rías Baixas al otro lado del mar.
Pasamos por dos de las playas de la isla: Praia dos Cans, la más pegada a la aldea y Praia de Canexol y, en medio de ellas, un hórreo, para que no se nos olvide que aunque los colores de la arena y del agua pudieran trasladar nuestra mente al Caribe, esto es Galicia.

Praia dos Cans


Hórreo de Ons


Sobre el kilómetro y medio de recorrido, el camino se adentra para rodear un campamento juvenil donde vienen los chavales de acampada. El tramo es en subida, entre arboleda, por lo que dejamos de ver el mar. Uno de los pocos tramos arbolados que queda en la isla, en otras épocas totalmente cubierta la isla de rebollos.

Campamento


Enseguida salimos del pequeño bosque y desde lo alto podemos observar una de las puntas sur de la isla. Merece la pena desviarse unos metros hasta el mirador y contemplar la panorámica.

Punta da Porta


Es la Punta Da Porta, donde está el Miradoiro de Fedorentos. Nos detenemos un rato para beber, ya está empezando a picar el sol, ycontemplar las vistas de la Isla de Onza en primer plano, detrás las Islas Cies y más al fondo tierra firma, la Costa Da Vela.

Isla de Onza, detras Islas Cies


Corredora en Miradoiro de Fedorentos


Volvemos al camino y a los pocos metros nos volvemos a desviar para bajar hasta otro puntal, el de Fedorento (mismo nombre del mirador), desde donde también hay unas espectaculares vistas de la Isla de Onza y, si llegas hasta abajo (luego hay que subir, jejeje), dependiendo de cómo esté el mar, también puedes ver un espectáculo de olas rompiendo contra la roca.

Corredor subiendo


Corredora subiendo


Por este tramo, como en las Islas Cies, se ven bastantes gaviotas patiamarillas (cuidado con ellas en la playa que a lo tonto a lo tonto se van a cercando y como te descuides que has quedado sin bocadillo, gafas de sol, cámara o lo que pillen).

Gaviota patiamarilla amenazando (debía tener el nido cerca)


Pues subimos y seguimos costeando. 

Acantilados


Sobre el km 4 de nuestro recorrido hacemos un nuevo desvío del camino principal para bajar hasta el “Burato do Inferno” o “la boca del infierno”. Una cueva marina, la más grande de Pontevedra, escavada por la fuerza del mar y donde, como todo en Galicia, tiene su leyenda. Se dice que es una entrada al infierno, y en los días de mala mar, los sonidos del agua son espectaculares, dice la leyenda que lo que se oye son quejidos de las ánimas que están en el infierno.

Cueva del infierno y turistas observadores


Cruces da mala morte


Cartel explicativo


Volvemos al camino principal y seguimos la ruta con vistas al Atlántico. El camino bordea los acantilados verticales de la costa occidental hasta llegar a la ensenada de Caniveliñas. Al final de la ensenada, km 6,5 más o menos de nuestro recorrido, estamos en el parte más estrecha de la isla. Tenemos dos alternativas, o seguir la ruta sur (señales verdes) para volver al puerto, o seguir por el camino de fuerte subida que sigue la costa para enlazar con las rutas del faro (amarilla) y norte (azul). Elegimos la segunda opción y subimos.

Ensenada de Caniveliñas (antes) ,  se ve la parte más estrecha de la isla


Ensenada de Caniveliñas (durante) al fondo el camino al faro


Ensenada de Caniveliñas (despues) al fondo Illote As Freitosas


Subida al Faro: Ruta del Faro

Desde la ensenada subimos como podemos (ya hace mucho calor y la noche anterior no es que descansáramos mucho) hasta el Faro de Ons.
Este faro es de los pocos que siguen atendidos por fareros, desde 1926 que se construyó (diferentes fareros claro, no siempre los mismos). La torre es hexagonal y forrada de azulejo blanco.

A la izquierda el antiguo faro, a la derecha los modernos radares


La torre del faro, alicatada hasta el techo


En este punto es donde se alcanza la máxima altura de la isla, 126 m. sobre el nivel del mar. Las vistas casi alcanza los 360 grados.

Vistas por el Norte


Vistas por el Este


La vuelta: ruta Norte

Llevamos 8,5 km. Estamos en el punto más alto de la isla, toca volver. Bajamos por un camino entre toxo y matorral hasta enlazar con el camino más ancho de la ruta norte.
A lo largo de este camino, ahora una larga bajada, seguimos manteniendo las vistas a toda la costa de la Rías Baixas: isla de Sálvora, Riveira, Playa de la Lanzada, … Y mucho más cerca, el extremo norte de la isla, punta do Centolo.

Rías Baixas al fondo, Punta do Centolo al frente


Seguimos bajando hasta llegar al inicio del camino que nos llevaría hasta la punta do Centolo pero no se puede entrar. Al ser época de cría, la zona está protegida y no se debe pasar. Lo respetamos y seguimos por el camino de vuelta, ya dirección sur, estamos en el km 10,5 de nuestra ruta. Mucho calor, ya pensando en el cerveza que nos vamos a tomar al llegar.


Punta do Centolo, no podemos llegar hasta el mirador


Lo primero que nos encontramos en esta nueva dirección es la playa de Melide. Me parece la más bonita de la isla, arena blanca en contraste con el azul intenso del mar, una de las primeras playas nudistas de Galicia.

Veleros acercándose a la playa


Playa de Melide


Este tramo, desde el faro hasta la playa de Melide, es prácticamente todo bajada, desde el punto más alto (el faro) hasta el más bajo (nivel del mar).
Dejamos atrás la playa y seguimos por una subida cruzando un pequeño tramo de eucaliptos para bajar después y terminar el kilómetro que nos queda para entrar en nuevo en la aldea de O Curro y finalizar la ruta.

Tronco y eucaliptos


Llegamos justo a tiempo para entrar al restaurante sin agobios, antes de que se llene (aquí no reservan), para poder recuperar sales tranquilamente con unas cervecitas y después probar la ansiada caldeirada de pulpo.

Desde 1906, antes que el faro ya estaba Estrella Galicia


Caldeirada de pulpo, buenísima


Para la digestión, la siesta y unos baños relajantes, nos acercamos a terminar la tarde a una playita.

Playa y relax


Después solo nos queda volver al puerto a esperar el barco y regresar,

bye bye Ons


Ay señor, jubílame pronto.