Detrás de ese nombre artístico tan de película ochentera del Schwache, se esconde el dibujante Fedde Carroza, valenciano, jovencete todavía, a mitad de camino entre la vieja escuela y la nueva ola. Le conoceréis por cómics como ‘La Legión del Espacio’ o por las viñetas que publica en su blog homónimo.
El primero es un tomo recopilatorio que apareció allá por el 2007 (Para cuando otro? Se pregunta la muchedumbre) que aglutinaba los más de tres años de publicaciones periódicas de la tira en internet y algunas cosas más. En sí mismo no terminó ahí, las tiras se siguen publicando en internet y es uno de los webcómics más prolíficos.
Una historia de ciencia-ficción íntimamente ligada a un espíritu referencial, en cuanto a guiños y gags basados en grandes historias precedentes del cine, la literatura y los cómics.
Respeto reverencial a los mitos para aplicar el mejor humor ácido e irónico a cada página, con un toque clasicote de estilo americano.
El segundo, su blog, es un compendio de tiras más o menos consecutivas, trabajos varios y frikadas dispersas, pero que mantiene con muy buen tono, especialmente en aquellas en las que incluso se auto caricaturiza, un estilo simple pero concienzudo y con mucha expresividad.
Si os fijáis bien, está en la línea de Raúl Salazar, Mike Bonales, Miquel Casals o Jesús Martínez, arrejuntados todos ellos en la blogosfera y el mundo de los webcómics.
Pero no le tenemos aquí por su desarrollo en viñeta (que bien podría estarlo por eso), sino porque hace algunos meses comenzó un experimento sociológico gráfico, en plan jíbaro del cómic, reduciendo cabezas por doquier a todo bicho viviente del mundo de los tebeos que se le pusiera por delante (o que se lo pidiese amablemente). Incluido Buenafuente, que nada tiene que ver pero que pinta bien en todas partes…
El jueguecito estuvo a punto de costarle caro (se habla de empleados de Correos pidiendo la baja por todo tipo de molestias provocadas por cargar el gran peso de las peticiones que le tenían que entregar a este señor) y lo que fueron unos cuantos avatares cambiados a la vez en redes sociales, se convirtió pronto en una colección en la que todos querían estar presentes y que casi llega a las 300 piezas…
Como un Hall of Fame del mundo del cómic, pero en versión Groeningniana. Os recomendamos que visitéis sus trabajos, tanto la Legión, como el blog de RuNNiNmen, pero si queréis ver cómo le están quedando sus cabezas parlantes, visitar su Feisbúk, que las tiene prácticamente todas.