Este macho se posaba en ramas de duraznillo o tallos de otras plantas como espartillos o juncos, que usaba de atalaya para observar insectos voladores, salir volando, atraparlos y luego volver a su sitio de observación.
Viendo el comportamiento del ave me agaché para pasar desapercibido entre la vegetación y esperé a que llegara a su posadero, allí le tomé varias fotos hasta que finalmente cruzó la calle y se fue a un juncal inaccesible.
Este ejemplar lo encontré cerca de la Guardia del Juncal, en Cañuelas.