Pero también es un día donde se ha puesto en escena la ruptura del mundo sindical con el proyecto reformista de este gobierno neoliberal. Suenan muchas gargantas pidiendo “Zapatero dimisión“. Y no es tanto lo que le pueda llegar al inquilino de la Moncloa, que hace rato que bajó las persianas para oír sólo la voz de “los mercados” (aka, Botin). Ni tampoco a su camarilla más inmediata, pretas las filas en ese sainete de pimpinella en que han convertido el partido, disputándose abiertamente no ya unas primarias, sino el post zapaterismo.
No.
El valor de la imagen es el ánimo que debe haberles quedado a miles de socialistas que hacen de tripas corazón a todo lo que venga de arriba justificando lo injustificable, pero viendo como la cruda realidad de 16.000 voces piden a gritos una rectificación en toda regla. Miles de socialistas con doble militancia en UGT y en el psoe que andan con el corazón partido deshojando margaritas. Es la base social del partido a la que esa imagen le habrá hecho mella.
Se acabó la fiesta.
Curioso como los medios (algunos) han rectificando corriendo sus encuestas de cartón. Gabilondo hablando de que es posible que la huelga sea un éxito cuando hace pocos días el periódico de su grupo hacía apología del desánimo.
Y este es el preludio.
Hablan. Hablamos:
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