El resultado de las elecciones andaluzas ha supuesto la primera evidencia de la ruptura del bipartidismo en España, reemplazado por un tetrapartidismo en el que dos formaciones de nuevo cuño devoran a dos existentes, IU y UPyD, e irrumpen con una fuerza desconocida para sus antecesoras.A pesar de la victoria en minoría, el resultado, menos fragmentado e ingobernable de lo que cabría esperar, es un éxito indudable para la líder socialista, que se jugó su carrera emergente en un órdago a la grande sin mirar las cartas. Falta por ver cómo resultará en el conjunto de la nación, con un electorado menos inmovilista que el andaluz.En otro orden de cosas, Pablo Iglesias y Tania Sánchez rompen en las redes sociales, una escenificación propia del SXXI, en el que los divorcios, dentro de unos años, se realizarán eliminando a tu pareja de la lista de contactos. La duda que queda es si se trata de una ruptura de opereta, mero fingimiento y representación, o la pareja es de veras tan fría y desalmada que anteponen su ambición política a los sentimientos.Aunque puede que ambas hipótesis sean ciertas.