Y no solo Rush es grandiosa por las carreras, Chris Hemsworth y Daniel Brühl no están nada mal en la piel del playboy inglés y del metódico alemán. Vayamos nosotros a saber si hubo tantísimo espíritu deportivo y competencia leal entre ellos como Howard nos quiere hacer ver en un guión en el que, como el ángel y el demonio, cada protagonista necesita a su gran rival para justificar su triunfo.
Si queréis dejaros inundar por la heroicidad, la descarga de adrenalina y la locura de las carreras de coches, ya podéis ir viéndola.