Rusia dio su primer aviso

Publicado el 09 junio 2012 por Marianofusco

Rusia enfrentó a la República Checa en el encuentro que cerró el primer día de acción de esta Eurocopa 2012 que tuvo su puntapié inicial con el choque que Polonia y Grecia protagonizaron en Varsovia y firmando una goleada excepcional (4-1) comenzó a ratificar el poderío por el cual se la marca como la principal candidata a ser la gran revelación del torneo.

No representaron un obstáculo ni la presión ni los nervios, siempre tan presentes cuando en el marco de una gran competición llega el momento del debut. El equipo funcionó de forma muy convincente y teniendo a Andrei Arshavin y Alan Dzagoev como principales figuras ejerció una superioridad notoria, la cual República Checa solo pudo contrarestar en momentos muy puntuales del juego.

Un claro indicativo terminó resultando el tanteador, que aunque Rusia terminó por redondear recién en los últimos diez minutos de juego producto su impericia para hacerlo mucho tiempo antes reflejó cabalmente las grandes diferencias que existieron entre un seleccionado y el otro y no fue para nada exagerado.

Imponer su presencia y hacerse del control no le costó demasiado al cuadro conducido por Dick Advocaat, que tras sobreponerse a un inicio en el que de la mano de Tomas Rosicky República Checa disfrutó de un leve dominio sacó provecho de la precisión exhibida por sus centrocampistas y delanteros y comenzó a enviar mensajes muy claros, traducidos en situaciones propicias para marcar.

Originadas en base a combinaciones fluidas y acertadas, las mismas tuvieron siempre como principal impulsor a Arshavin, que recuperó la brillantez perdida en el Arsenal y se calzó el traje de comandante que tan bien vistió en Austria y Suiza 2008, certamen en el que dio a conocer su fútbol completando acuaciones brillantes.

Como consecuencia de ese dominio colectivo que fue haciéndose cada vez más evidente llegó el primer gol, materializado a los 15 minutos de juego por Dzagoev luego de un centro de Kostantin Ziryanov que derivó en un cabezazo al poste de Alexander Kerzhakov, de participaciones buenas pero de desacertada noche de cara al arco.

Lejos estuvo ese tanto de calmar la saciedad de Rusia, que posteriormente siguió aprovechando las grietas abiertas en el centro del campo checo, en el que la contención fue absolutamente deficiente, y tras desperdiciar un par de opciones alcanzó el segundo mediante Roman Shirikov, uno de los componentes del mediocampo made in Zenit, quien definió con delicadeza ante Petr Cech tras recibir un notable pase entre lineas de Arshavin.

Esa ventaja de dos goles que tranquilamente pudo haberse visto ampliada si Kerzhakov no hubiera fallado tanto trajo aparejado un cierto relajo en Rusia, que iniciado el complemento fue sorprendido por el gol anotado por el joven Vaclav Pilar, que llenó de confianza y optimismo a República Checa y pareció alterar el trámite.

Sin embargo no se trató más que de un simple momento, que el once comandado por Michael Bilek no fue capaz de hacer perdurar por mostrarse demasiado carente de ideas y que a Rusia le sirvió para dejar de pensar en que todo estaba resuelto, recuperar la intensidad y volver a retomar el control del juego.

De mucha ayuda fue el ingreso de Roman Pavlyuchenko, que minutos después de pisar el césped le sirvió el tercero a Dzagoev y rubricó una autentica obra de arte, gestada en base a jerarquía y fortaleza física, que acabó en el cuarto, que sin lugar a dudas fue el mejor de todos.

Iniciada la Eurocopa, Rusia ya dio su primer aviso. De la mano de Arshavin y Dzagoev. Y de un fútbol que pendiente de verse afianzado con el correr de la competencia invita a la ilusión. Como hace cuatro años. Ni más ni menos.