Circular a la Patana por el Collado la Cruz y Rebollada, techo del Concejo de Tineo.
Desde nuestra última visita, la cosa cambió bastante. La subida por el Collado la Cruz hace seis años había sido un infierno por la densa vegetación, pero actualmente se encuentra desbrozada y con paso suficientemente abierto. El descenso ahora está algo peor que en aquella ocasión, aunque no llega a ser un problema para completarlo, al menos si se realiza en un época donde la vegetación no esté en su esplendor.
Datos Técnicos de la Ruta:
- Inicio: Robledo, Somiedo. Para llegar a este lugar desde Oviedo, puedes consultar el siguiente itinerario.
- Aparcamiento: A la entrada del pueblo, al borde de la carretera se pueden dejar varios coches.
- Fecha de realización: Marzo 2019
- Tipo de ruta: Circular
- Tiempo total: Aproximadamente 6 horas y 30 min. (se incluyen paradas)
- Altura máxima: 1.529 m. (cima de la Patana o Escuriu)
- Altura mínima: 640 m. (Molino de Pigüeña)
- Desnivel acumulado: Unos 1.030 m. aproximadamente.
- Pendiente media: Sobre un 13%
- Distancia recorrida: Aproximadamente 16 Kms
- Recorrido seguido: Robledo - Collado de la Cruz - Collado de los Cadavales - Pico la Patana - Collado de los Cadavales - Collado del Muñón - Brañas el Tornu - Rebollada - Robledo
- A tener en cuenta: Los caminos pueden tener algo de vegetación, sobretodo en la zona alta tanto de la bajada como de la subida. La ruta no se encuentra señalizada.
- Otras rutas por la zona: Brañas de la Pornacal
- Track de la ruta:
Datos M.I.D.E. de la Ruta:
Fotos de la Ruta:
Partiremos de Robledo (Robleu), uno de los pueblos mejor cuidados y más bonitos de esta zona de Asturias. A pie de coche, no se nos puede pasar una preciosa talla de un castaño donde se incrustan una madreñas y sobretodo, una osa con un esbardo realmente precioso. Tras subir por las calles de Robledo disfrutando de las cuidadas casas, tomamos un sendero a la derecha entre castaños y robles que nos subirá a la Braña de Cortinas. Desde esta zona tenemos una vista impresionante del valle de Pigüeña.Por encima de la braña llegaremos a una campera donde el camino se bifurca. Debemos irnos a la izquierda en dirección al Collado de la Cruz, pasando por la zona baja de una zona boscosa.
Desde el collado perdemos unos metros para iniciar la subida hasta el Collado de los Cadavales. Esta zona hace años era un auténtico infierno por las cotoyas y brezo que cerraban el camino prácticamente en su totalidad. A día de hoy se desbrozó y el camino está bastante bien.
Desde el Collado de los Cadavales ya tenemos a la derecha la cima de La Patana. Nos restan algo más de 150 metros para llegar a su cumbre. El repecho es corto pero pronunciado.
360º en la Patata o Escuriu
Desde la cima tenemos a la vista Tineo. Tambien Peña Manteca y la Fana de Xenestaza.
Hacia el Sur llegamos a ver Peña Ubiña, en Lena, Peña Michu por Teverga y el Mocoso y Cornón en Somiedo.
Hacia el centro, logramos ver la Sierra del Aramo y La Loral entre otros.
Comemos y disfrutamos de las vistas antes de descender. Para bajar optamos por volver al Collado de los Cadavales. Desde este punto, buscamos un sendero que nos sube al Collado Muñón. Este será el punto de inicio de una larga bajada que culmina en la localidad de Rebollada, pasando antes por la Braña El Tornu. Este sendero actualmente está un poco abandonado y en algunos puntos, cortado por multitud de ramas que el inicio del invierno dejó en la totalidad de los bosques asturianos.
Al llegar a la zona de El Tornu, el camino nos regala una corta pero intensa subida, que a estas alturas, ya nos pasará factura. Una vez subidos los metros de desnivel, conectamos con una pista que nos deja ya en el mismo pueblo.
En Rebollada cogimos un atajo de esos que nunca sabes si te quitan algo o te ponen. Para evitar unas vueltas que da la carretera, nos vamos por un sendero que está bastante embarrado y con algo de vegetación. Creo que puedo asegurar que no merece la pena, y que sería mejor opción bajar por la propia carretera.
Una vez salimos al asfalto, nos restan unos kilómetros para regresar a Robledo, que intuimos al fondo. Allí pondremos fin a esta visita a la Patana o Escuriu, que nos deja un sabor de boca más agradable que en la última ocasión.