Este verano, como colofón a los días que pasamos en Portugal, nos pegamos una escapada ultra rápida de 4 días a Granada (contando el viaje de ida y de vuelta), y una de las cosas que teníamos prevista hacer, era esta ruta por el Cañón del Río Verde, bastante conocida por las pozas y cascadas que se van encontrando por el camino. Esta ruta se encuentra en el término municipal de Otívar, y se accede por la antigua Carretera de la Cabra, que era la que en su día se utilizaba para llegar a la costa desde la capital granadina. Esta carretera es de montaña y los paisajes son alucinantes, y llegado el momento, se puede ver la costa en la lejanía y algunos pueblos, como Almuñécar.
Para acceder al Cañón del Río Verde hay dos opciones:
- Dejar el coche en la parte alta y bajar a pie, lo que supone una caminata bastante larga, pero eso si, el acceso es gratuito.
- Bajar hasta los aparcamientos, tres en total, con el consiguiente pago de 5 € por persona y 5 € por vehículo.
Una vez recorres el camino de tierra (por donde te vas cruzando con coches y furgonetas de transporte de empresas de barranquismo), llegas al inicio de la ruta propiamente dicha, y en esa zona ya hay varias pozas donde la gente se está bañando y saltando desde las rocas. Fuimos un sábado, y tengo que decir que había bastante gente, para mi demasiada, aunque al parecer suele estar aun mas masificado. Justo entre estas pozas, discurría un puente colgante que cruzaba el río.
Dada la hora y el hambre que había, dimos buena cuenta (de común acuerdo) de los bocadillos que llevábamos en las mochilas en una zona apartada, mientras observábamos el discurrir de gente por todos los rincones, así como algunos saltos triple mortales a la poza mas profunda que había a nuestra derecha.
Con el bocata ya liquidado, recogimos todo y nos dirigimos al puente colgante, y una vez alcanzada la otra parte, es donde empieza lo bueno. Te topas con un escarpado camino de apenas un metro de anchura y que discurre montaña arriba. No es que haya que estar en perfecta forma física, pero algo de fondo si que viene bien, y como no era el caso, tuvimos que parar varias veces para coger aire y bajar pulsaciones. Hay muy poca sombra en este trayecto, y tras un rato subiendo, se llega a un mirador desde el cual se ve el cañón por el que discurre el río.
Vistas desde el camino de subida pasado el puente colgante.
Durante toda este camino de subida, nos fuimos cruzando con gente que bajaba, y con otros que nos adelantaban, y al final, debido al calor que hacía y a un "pequeño" problema técnico que tuvimos (que mas adelante comentaré), decidimos darnos la vuelta y no llegar a la parte que todo el mundo catalogaba como lo mejor de toda la ruta, las mejores pozas y las cascadas.
Así es la subida por el pequeño camino.
Ya de vuelta a la parte baja, volvimos a cruzar el puente colgante, y entre la sudada de la subida y el calor que hacía, decidimos que había llegado el momento de pegarse un baño. El sitio, hay que decir, era muy chulo, pero como digo, había mucha gente, así que dejamos las cosas en la zona donde nos comimos el bocata, y nos turnamos para bañarnos y para controlar las mochilas.
Una vez refrescados, nos secamos y decidimos dar por terminada la "ruta", así que recogimos y volvimos los pasos andados hasta llegar al coche, la verdad, ya con muchas ganas de llegar y de encontrar agua en cualquier sitio.
CONSEJOS PARA HACER ESTA RUTA
Y aquí es cuando voy a dar varios consejos que seguramente ya sepáis, pero bueno, a mi me pilló el toro y como son gratis...
Cuando me platearon hacer esta ruta me pasaron un enlace donde se explicaba con detalle todo lo necesario, pero por falta de tiempo no pude leerlo, solo me limité a bajar la ruta de Wikiloc (aquí la tenéis) y pasarla al GPS. Miré por encima los datos y listo, no me pareció que hubiese nada complicado. De hecho, la podría haber terminado, con los descansos oportunos, pero no iba yo solo, y entre todos decidimos volver.
El primer problema que se me presentó fue el calzado. Como había que alternar entre andar y también cruzar el rio por algunas partes, y tampoco me habían dicho claramente el tipo de terreno que íbamos a encontrarnos, fui con mis sandalias huaraches Pies Sucios, que están diseñadas para andar por terrenos pedregosos y además se pueden mojar, pero por seguridad, llevé unos escarpines que compré a última hora (menos mal) en Decathlon.
Efectivamente, con las huaraches todo fue perfecto, incluso el vadear los tramos que nos íbamos encontrando, pero para lo que no están diseñadas es para subir terrenos escarpados, ya que tienen sólo tres puntos de sujeción, y son claramente insuficientes. Así que cuando vi que era imposible seguir con ellas, saqué los escarpines y aunque tampoco eran adecuados, si que resultaron mucho mas efectivos que las sandalias.
PRIMER CONSEJO: Si no vas exclusivamente a bañarte a las primeras pozas y vas a hacer la ruta completa, lleva calzado adecuado para andar, y si de camino te sirve para cruzar el rio sin necesidad de cambiártelo, mucho mejor.
Y por último, y quizás el punto mas importante para mi: EL AGUA. Erróneamente y en base a lo que nos habían dicho sobre la dificultad casi inexistente de la ruta, pensé que con un litro y medio de agua tendría suficiente. Craso error.
Terminando de comer, casi me había bebido la mitad de toda la que llevaba, así que cuando empezamos a subir, ya estaba en modo "ahorro", procurando beber lo mínimo posible, y eso en mi caso, es un problema ya que necesito beber mucho cuando estoy en situaciones de calor como era el caso. de ahí el ...
SEGUNDO CONSEJO: si vas a hacer una ruta en una zona calurosa, no salgas de casa a las 10 de la mañana teniendo por delante casi una hora y media hasta comenzar la ruta. Madruga y aprovecha las primeras horas del día que son mucho menos calurosas. Y LLEVA AGUA SUFICIENTE.
El resto estaba en la misma situación, así que uno de los motivos que, en mi caso, me hizo dar la vuelta y no terminar la ruta, fue la falta de agua. Lo mas gracioso de todo es que en casa dejé mi filtro de agua que me hubiera venido como anillo al dedo, porque en la zona faltaría otra cosa, pero no agua. Cuando llegamos al coche, me bebí media botella de litro y medio que llevaban en el maletero desde hacía un par de años lo menos, caliente como una sopa, pero cuando se tiene sed, no te puedes andar con delicadezas.
Resumiendo para ir dando por finalizada la entrada, de todo se aprende, y lo que en un principio me pareció una exageración (el llevar el filtro del agua), tened por seguro que no me volverá a pasar.
Por lo demás, tengo que decir que el sitio era espectacular y que yendo bien preparado, es perfecto para pasar un día y darte unos chapuzones contra el calor.