Ruta de castillos cátaros en Francia. Datos del viaje y Día 1

Por Diario De Viaje De Kiana @ViajeKiana

A principios de junio dos amigas y yo decidimos realizar una escapada de tres días por Francia visitando algunos de los castillos que conforman la ruta de castillos cátaros.
En tres días es imposible verlos todos así que tuvimos que seleccionar algunos y dejar a los siguientes para la siguiente ocasión porque nos gustó tanto que nos quedaron ganas de volver y seguir haciendo rutas y disfrutar de los bonitos paisajes que se obtienen desde lo alto de algunas fortalezas.

Planning: 
Viernes 5 junio: Girona - Castillo de Quéribus - Castillo de Peyrepertuse – GruissanSábado 6 junio: Gruissan - CarcassonneDomingo 7 junio: Carcassonne - Lastours – Girona
Alojamiento: Studio Plage du Grazel en Gruissan. Se trata de un apartamento sencillo con salón-comedor con un sofá cama que se convierte en una cama doble; una habitación individual, una pequeña cocina integrada en salón con algunos productos de gentileza (café, azúcar, etc.), un baño y una terraza. Dispone también de párquing. 



Fue perfecto para nosotras tres. Llegamos el viernes por la tarde, pasamos la noche y nos fuimos al día siguiente después de desayunar. Destaco la amabilidad de la propietaria quien nos vino a buscar a una plaza cercana, se preocupó de que no nos faltara nada y fue muy amable a la hora de recomendarnos sitios donde cenar y lugares a visitar.   Hotel Octroi en Carcassonne. Un hotel 3 estrellas muy moderno a pocos metros de la entrada de la Cité de Carcassone. Nos alojamos en una habitación triple con baño y disfrutamos del bar, la piscina desde la que podíamos ver alguna de las torres de la Cité, y alquilamos una plaza de párquing privado. Repetiría en este hotel si volviera a Carcassone. 








Transporte: Vivir a 1h en coche de la frontera francesa hace que nos sea fácil viajar al sur del país vecino en coche y ahorrarnos así billetes de avión. Para mí, viajar en coche supone muchas ventajas respecto al avión o a otro tipo de transporte en el que tú no eres el piloto (aunque tengamos que asumir algunos riesgos y para esto los comparadores deseguros nos pueden facilitar la búsqueda de un seguro que nos cubra en caso de imprevisto en el extranjero). Viajando en coche puedes hacer las paradas que prefieras, dormir en algún sitio que te haya gustado más y organizarte la ruta a tu manera. Pero al contrario que cuando se viaja en tren o avión se debe tener en cuenta previamente factores como una puesta a punto de ruedas u otros elementos mecánicos para ir tranquilos y seleccionar las mejores compañías de seguros para estar cubierto durante el viaje para no llevarnos sorpresas en caso de tener algún percance, ya que nunca se sabe... Una vez tuvimos esto controlado y el depósito lleno estábamos listas para el viaje!  
Viernes 5 junio: Girona - Castillo de Quéribus - Castillo de Peyrepertuse - Gruissan
Castillo de Quéribus
El viernes por la mañana salimos de Girona en coche y al cabo de unas 2h llegamos a Cucugnan, muy cerca de donde se encuentra el castillo de Quéribus, nuestra primera parada. Aparcamos en el párquing, compramos las entradas al castillo (6 euros por persona) y subimos unos metros de cuesta hasta llegar al castillo. 
Existe un pasaporte (cuesta 2 euros) que te van sellando cada vez que visitas un castillo de la ruta cátara y te hacen un descuento de un euro en la entrada de cada castillo. Decidimos no comprarlo porque en esta ocasión visitaríamos sólo tres castillos.
Al ser un viernes por la mañana había poca afluencia de gente con lo que visitamos Quéribus con cierta tranquilidad y pudimos disfrutar más de las increíbles vistas de los alrededores, puesto que está situado en un punto elevado que nos regala una buena panorámica desde el mirador. 



Bajando del castillo aprovechamos para comer. Llevábamos unos bocadillos y ensaladas preparados de casa con la intención de no perder mucho tiempo durante el primer día y aprovechar para visitar los dos castillos sin tener que desviarnos para buscar un sitio donde comer y así llegar a Gruissan antes de que anocheciera. 
El entorno nos permitió disfrutar enormemente de nuestra sencilla comida, ningún restaurante cercano tenía esas vistas. 
Montamos en el coche de nuevo y nos dirigimos al castillo de Peyrepertuse al que tardamos poco más de 15-20 minuto en llegar. 


Castillo de Peyrepertuse  
Una vez en el párquing ya vimos la silueta del castillo que se confunde con las rocas y le da un aspecto único. Tomamos el camino que nos acercaría al castillo, un paseo con algunas cuestas que transcurre entre vegetación y sombras que se agradecen cuando el sol aprieta. El acceso es bastante más largo que el camino hasta Quéribus, ya que encontramos esta fortaleza sobre una cresta de 800m de altitud, sobre viñas. Pero es apto para todo el mundo. 


El castillo tiene tres partes: la muralla baja y el torreón, la muralla media y el torreón de san Jorge. 
Vale la pena visitar la totalidad de Peyrepertuse, aunque para hacerlo tengamos que subir bastantes escaleras y cuestas. Las vistas desde la parte más alta son espectaculares, no os las perdáis. 
Durante nuestra visita pudimos observar como unos chicos estaban practicando parapente en las cercanías y unos cámaras les realizaban un reportaje en vídeo. Realmente, hacerlo en este entorno viendo el paisaje y las vistas tiene que ser una experiencia muy gratificante. 



Pasamos un buen rato disfrutando de la murallas, la iglesia, los miradores, los torreones y decidimos regresar al coche para recorrer los 85km hasta Gruissan, un precioso pueblo costero en el que pasaríamos la noche.

Una vez en Gruissan fuimos hasta nuestro alojamiento y sólo nos quedó tiempo para ducharnos, dar un paseo por el paseo martítimo y buscar un sitio para cenar. Al día siguiente visitaríamos con calma este pueblo con encanto que ya nos había dado muy buena impresión.