Revista Cultura y Ocio

Ruta de viaje: Santillana del Mar, el encanto de cada detalle

Publicado el 27 febrero 2012 por Ruta42 @ruta42

Ruta de viaje: Santillana del Mar, el encanto de cada detalle

Vista del pueblo

Un pueblo que huele a lumbre y a lluvia, que sabe conservar su belleza natural, que te recibe con su asombroso paisaje y con el encanto de sus calles. Esto es Santillana del Mar, un lugar que no deja indiferente a nadie.

 

Entramos en Cantabria y nos dirigimos a la parte noroccidental, allí encontramos Santillana del Mar. Algo que muchos visitantes no saben es que Santillana del Mar es la capital de una comarca que comparte el mismo nombre. Además, la capital, unida a las poblaciones de Cartes y Reocín forma la mancomunidad Altamira-Los Valles.

Al entrar en el pueblo llama la atención la buena conservación de las casas, pero enseguida se nota que no es algo predispuesto a dar una imagen a los visitantes, se trata de un pueblo habitado y en concreto por unas 4000 personas. Todo lo que se ve es fruto de la actividad cotidiana, las sábanas tendidas, los maceteros en los balcones y la vida dentro de sus casas.

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Típica casa de Santillana

Se dice que en Santillana del Mar existen tres mentiras: que ni es santa, ni es llana ni tiene mar. Pero sus habitantes lo desmienten y convierten estos tres factores en las tres verdades sobre Santillana. Es Santa, su patrona es Santa Jualiana. Tiene Mar, hay que ir a buscarlo porque no se encuentra en el mismo pueblo, pero muy cerca nos topamos con la playa de Santa Justa. Y es Llana, está claro que no en su totalidad, pero al menos sí lo es la Plaza Mayor de la villa mirada desde una perspectiva concreta.

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Plaza Mayor

Una vez conocidos los aspectos básicos de Santillana del Mar, nos preguntamos ¿Qué lugares no nos debemos perder?

Pues bien, podríamos decir que toda Santillana del Mar está llena de sitios de interés, así que si se dispone de tiempo lo mejor es pararse en todo aquel pequeño detalle de este pueblo. Pero desde aquí queremos destacar algunos de los lugares de visita obligatoria por su belleza y por su interés cultural.

El más conocido es la Colegiata, declarada Monumento Histórico Nacional en 1889. Se sitúa en la plaza del Abad Francisco Navarro y alberga los restos de la patrona Santa Juliana. Por el lateral de esta iglesia se puede acceder al claustro, un lugar en el que la riqueza cultural e histórica se extiende por cada esquina.

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La Colegiata

El museo Diocesano alberga la mayor exposición de arte sacro de toda Cantabria. Lo podemos encontrar dentro del convento de los dominicos “Regina Coeli”, una iglesia que en la actualidad no está operativa pero que hasta hace poco tiempo acogía actos, festivales y exposiciones.

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Museo Diocesano "Regina Coeli"

Muchas de las casonas de la villa tienen nombre propio como por ejemplo la Torre de Don Borja, donde se encuentra la Fundación Santillana y es sede honorífica de la empresa de comunicación Prisa. La Casa del Águila y la Parra, un espacio cultural con exposiciones durante todo el año. Además, al lado de la Colegiata encontramos el Museo Jesús Otero, un espacio en el que comparten protagonismo la biblioteca, salas de conferencias y las esculturas del Jesús Otero, un artista que trabajaba la piedra. Sus creaciones están situadas tanto en el interior del museo como en el jardín, en este caso las de mayor volumen.

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Museo Jesús Otero

Como podemos comprobar Santillana del Mar tiene tras de sí un enorme paraguas cultural que aprovecha a la perfección, mostrándolo a los visitantes de diferentes maneras.

Aparte de estos espacios, fuera del casco histórico encontramos las famosísimas Cuevas de Altamira, Patrimonio de la humanidad y sin duda uno de los lugares más visitados de Cantabria. También, a pocos minutos de la villa está el Zoo de Santillana, un sitio siempre divertido para pequeños y mayores pero además en este caso un lugar involucrado en salvar la especie mediante numerosos programas de investigación.

Depende de la época en la que el visitante se acerque a Santillana del Mar podrá disfrutar de sus dos fiestas más importantes: la cabalgata de Reyes y las procesiones de Semana Santa.

En Semana Santa se sacan 5 pasos que son transportados por los Caballeros del Santo Sepulcro. La elección de los mismos sigue un proceso. El último en formar parte de ellos ha sido el propio abad de la villa.

La cabalgata de Reyes y el Auto Sacramental son los actos de los que más presumen y se sienten orgullosos los habitantes de Santillana, y no es para menos, está declarada fiesta de interés Turístico Regional, participan en ella más de 500 personas y se prepara con dos meses de antelación.

Las calles del pueblo son uno de los aspectos que más atraen a los visitantes. El gris asfalto está ausente, aquí predomina el encachado, lo que hace que las vías transitables sean empedradas e irregulares. A pesar de su encanto, la restauración, cuando hay problemas de averías, es más dificultosa ya que la reparación se hace por cuadrantes rellenándolos piedra a piedra. Como no podía ser de otra manera, para garantizar su conservación se impide el acceso por norma general a cualquier tipo de vehículo al casco histórico del pueblo, solamente pueden circular los vecinos y algunos vehículos que tengan permiso.

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Empedrado de las calles

Paseando llegamos o deberíamos llegar siempre a uno de los lugares más llamativos del pueblo. Se trata del abrevadero, siempre rebosante de agua en la que se refleja la colegiata creando así una de las estampas más bonitas de Santillana del Mar. Se encuentra en la unión de dos calles y siempre que llueve se hacen pozas. Cuentan los habitantes del pueblo que hace mucho tiempo se decía que las doncellas casaderas tenían que beber agua de allí para poder encontrar novio.

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En frente del abrevadero nos encontramos con la Casa Quevedo, un lugar donde se puede comprar uno de los productos más típicos de la villa, la Tableta de Santillana. Una especie de bizcocho que muchos visitantes toman allí mismo acompañado de un vaso de leche.

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Casa Quevedo

Pero en Santillana no todo son casonas antiguas, aunque el estilo siempre se intenta mantener. En la Plaza del Rey podemos encontrar un reflejo de que el pueblo se adapta a los tiempos y lo hace integrando lo antiguo con lo moderno. Aquí podemos encontrar la principal zona comercial. No solo este lugar, sino la villa entera está llena de soportales que ahora son tiendas pero que antes eran cuadras. Los establecimientos son en su mayoría negocios en los que venden productos artesanales.

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Varias tiendas del pueblo

Todo buen visitante debe ver todo lo que tiene ante sus ojos pero también tiene que saber buscar aquellos rincones escondidos que muestran diferentes vistas pero imprescindibles para completar la visión del pueblo. Pues bien, desde aquí os queremos recomendar dos de esos lugares. El primero se sitúa al final de la calle Río del Canto, y el segundo en la calle Ricardo León, muy cerca de la Colegiata. Desde estos dos lugares se puede admirar la naturaleza en todo su esplendor y dejar atrás la contaminación  y el ruido de las ciudades.

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En definitiva, podemos hablar de una villa medieval en la que su encanto puede que esté en sus calles y sus peculiares piedras, en la riqueza cultural e histórica, en el paisaje en el que está inmersa, en sus viejas casonas, en su gastronomía, en sus gentes, o muy posiblemente lo que la haga tan especial sea la mezcla de todo ello y la admiración de los visitantes que no dudan en volve


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