Ruta del Gumial en Felechosa (Asturias)

Por Evarogado
[StylER of life Eva Rogado] Todas las estaciones del año tienen su encanto, y las rutas de monte en el otoño son uno de esos lujos que nos brinda la "madre naturaleza". Si a eso le unimos que estamos en Asturias Paraíso Natural el resultado resulta espectacular.
En el post de hoy, quiero enseñar un pequeño rinconcito de este paraíso, la Ruta del Gumial, que se encuentra pasando Felechosa, en el Concejo de Aller.
Si bien internet es una gran fuente de información para todo, por experiencia, diré que en el tema de las rutas sigue siendo más importante la sapiencia de los lugareños. Nuestra idea era subir hasta la cima, El Fielato, pero ya nos advirtió la señora del bar, donde paramos a desayunar, que iba a bajar la niebla, que era una ruta muy dura y que nos iba a ser muy complicado hacerla. Pensamos viendo los mapas que habíamos sacado del Wikirutas, que no tenía ni idea, pero no se equivocó ni lo más mínimo. La dejamos encargada que si al anochecer no aparecíamos mandara alguien a buscarnos.
Dejamos el coche en un aparcamiento que hay justo antes de empezar la caminta. La mezcla de colores verdes, marrones, amarillos y ocres que nos presenta la montaña en esta época son un lujo para la vista, difícil de conseguir de forma artificial por el hombre.

Siguiendo las señales del sendero pasamos el puente sobre el río San Isidro y empezamos el ascenso, pisando la hojarasca, que hacía  las veces de alfombra.
Pronto nos encontramos sumergidos en el bosque que da nombre a la ruta: El Gumial. Un bosque de hayas con un encanto especial, en el que es un placer indescriptible perderse. Te envuelve una sensación mágica de cuento.

Esa vegetación y esa luz  acompañada por el susurro del agua del río descubren un paraje que te llena de paz.

¿Y si esta fuera esta la casa de algún pitufo?

Seguimos caminando y llegamos a la majada de las Llanas, con su ganado y sus cabañas a pleno rendimiento echando humo.

Como comenté anteriormente,  los lugareños al igual que las madres, siempre suelen tener la razón, así que  decidimos no seguir. El Pico Fielato nos espera para la próxima vez.

Pico Fielato 
A la vuelta paramos a tomar una cervecita para que se quedaran tranquilos en el pueblo y  no “movilizaran al servicio de rescate” ;-)

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