Hace unas semanas os conté que volvíamos a tener urban picnic en bici organizado por Moritz. Esta vez aprovechando el buen tiempo la ruta era por el frente marítimo de Barcelona y rematábamos la excursión dando una vuelta en catamarán.
Empezamos como siempre en la Fábrica Moritz, en Ronda Sant Antoni. Desde allí subimos hasta Diagonal para recorrer gran parte de la misma hasta llegar a la Rambla de Poblenou.
Este tramo de ruta es muy agradable pues tiene carril bici prácticamente en todo el recorrido y no hay casi desnivel. Además pasas por varias zonas turísticas de Barcelona que hacen la ruta muy interesante. Entre estos, a la altura de Diagonal con Paseo Sant Joan, está el rótulo del “búho amarillo”, de la antigua fábrica de Rótulos Roura. En el 2004 se aprobó una ordenanza en Barcelona que eliminaba todos los rótulos antiguos de la ciudad, sin embargo este fue indultado. Ahora es un símbolo más del paisaje de Barcelona.
Se pasa también por delante de la Torre Agbar, sede de la empresa Aguas de Barcelona, inaugurada en el año 2005 y de 145 metros de altura.
Y podemos ver también el nuevo edificio donde se ubicarán los Encantes de Barcelona. Realmente impresionante por la estructura y diseño de la cubierta (ahora ya famosa por haberse inundado antes de haber sido inaugurada).
Llegamos a la Rambla de Poblenou. El tramo de la Rambla lo hicimos por el carril de los coches dado que está en gran parte cerrada al tráfico. Pasamos delante del restaurante Papas & The Mamas, restaurante 100% family welcome del que os hablamos en este post.
Pasamos por delante del puerto olímpico, del hotel Arts y la torre Mapfre, y una vez allí decidimos hacer un cambio de ruta dada la cantidad de gente que había en el paseo. Pensad que éramos unas 70 bicicletas por lo que en los tramos donde había mucha gente no era del todo fácil circular. Cogimos entonces un carril bici muy cómodo, aunque no tan bonito como hasta el momento, que va rodeando la estación de Francia hasta llegar al Maremagnum.
Desde el Maremagnum hasta Colón es también muy rápido y se puede circular bien porque hay un carril bici muy amplio. Una vez en Colón, dejamos las bicicletas para subir al barco. Si algo tienen algo especial las Brompton es que su plegado es fácil y quedan tan pequeñas que mirad cómo quedaban las casi 70 bicicletas.
¡Y subimos al barco! La verdad es que teníamos muchas ganas pues a pesar de que la ruta era muy light el calor hizo que fuera más dura de lo esperado.
Una vez arriba nos pusimos cómodos y !a comer¡. En el picnic no está incluida la comida de los niños por lo que tengo que llevarlo de casa y mirad que tupper tan mono encontré el otro día en IKEA.
El paseo en Catamarán fue muy agradable a pesar de que había algo de neblina y no podíamos ver el skyline de la ciudad como nos hubiera gustado, pero tuvimos la gran suerte de poder ver delfines. No es muy habitual, según dicen, ver delfines tan cerca de Barcelona así que fue toda una sorpresa para nosotros. Las fotos no son muy buenas pues entre controlar que los niños se no cayeran del barco, la emoción y que no sabías por dónde iban a salir, no pude sacar muy buenas, pero estaban y los vimos, y fue espectacular.
Así que después de la emoción seguimos disfrutando del paseo como siempre muy bien acompañados de nuestro amigo Vicente y su música de Bossa Nova. Y como no, Pablo también “colaboró” en el tema musical animándose a cantar.
Tip. Como quiera que el calor ahora empieza a apretar recomendaría dejar esta ruta para septiembre o hacerla a última hora de la tarde.
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