Ruta en moto por Almería

Por Oscar Oscar López Castedo @oscarcastedo

La potencia del mar es algo que siempre me ha maravillado. Ya sea por la sensación que produce de insignificancia, como por ser una de las mayores fuerzas de la naturaleza a la que estamos sometidos. Salía del faro de Cabo de Gata desde donde se divisa la larga línea de la costa de Almería.

Mi destino, el interior. Hacia la Sierra de Filabres. Un fuerte viento retumbaba en mis oídos, dentro del casco. El ruido salvaje de las olas que prácticamente no me dejaban oír el motor.

Recorrí la costa hasta el pueblo de San Miguel de Cabo de Gata. Desde ahí tomaba la AL3115 hasta Retamar, donde accedía a la aburrida A7 hasta Viator, desviándome por la A92 en dirección al pueblo de Gérgal.

Desde ahí curvas por la A1178 que ofrecían unas vistas espectaculares del Desierto de Tabernas. Esta serpenteante carretera, estrecha, sin marcar y con asfalto irregular se divide en un punto hacia la AL4406 que me llevó al pueblo de Olula de Castro.

El pueblo de Olula con sus calles estrechas y casas blancas es un reducto de paz en un entorno natural único. Yo entraba con la moto y claro, los pocos vecinos que veían pasar el tiempo en los bancos del pueblo me miraban como si fuera un extraterrestre (los entiendo la verdad).

Volví sobre mis pasos para retomar la A1178. Empezaba a anochecer y la temperatura, a pesar de estar en Almería, descendía hasta los 2º. Pensaba; “esto me pasa por no planificar dónde pasar la noche”. Y es que irse a la aventura tiene sus cosas buenas y no tan buenas

En cuanto encontré un desvío hacia Bacares, la perla oculta de la Sierra de los Filabres, no dude en tomarlo. Ya de noche y a una altitud de 1.200msnm, bajo cero y menos mal que encontré una habitación en el único hostal del pueblo, porque no me apetecía nada enfrentarme de noche a esa carretera de montaña.

Un rápido paseo por sus calles, desiertas, sin el menor ruido ni rastro de habitantes. Así que después de una buena cena y su correspondiente cerveza, me fui a leer y recuperar energías para el día siguiente.

Dejé Bacares por la AL3102, las curvas de esta carretera son cerradas, estrechas, sin línea divisoria y la mayor parte del tiempo con un simple quitamiedos como única protección hacia un precipicio nada despreciable. Diversión a tope con la BMW GS!

Llegué a Tijola dirección Serón por la A334, y de ahí hasta la localidad de Baza. Un descanso rápido para estirar las piernas. El reconfortante café caliente para los moteros, cuando no puede ser la deseada cerveza.

Mi destino era la Sierra de Segura. Así que fui en busca de la A315, que enganché al dejar la N342 destino Zújar.

Las vistas desde algunos puntos de la A315 son realmente espectaculares, abarcas desde la Sierra de Segura al norte, hasta la Sierra de Baza al sur.

Atravesé el embalse de Negratín, por su lado oeste. Construido en 1.984 supuso que diversos cortijos, pueblos y hasta un balneario quedaran sumergidos. Sin embargo ahora ofrece, a menos de 1 hora de Granada, actividades de aventura en un precioso entorno natural.

Donde la A315 se convierte en la A6206, empieza la diversión de las curvas. Volvía a la Sierra de Segura, una carretera estrecha, encorvada y sinuosa. Rodeada de naturaleza a ambos lados, monte mediterráneo y pinares, rocas y formaciones calizas. A medida que iba avanzando me iba asombrando cada vez más de la belleza de esta región de Jaén. En esta carretera se encuentran los desvíos al Santuario de Tiscar y la Cueva del Agua.

Finalizaba en Quesada, ya encarando dirección Madrid. De nuevo me despedía de una comarca de España que me gusta especialmente, la Sierra de Cazorla.

Me gusta viajar, me gusta la moto, me gusta perderme y no tener un rumbo fijo…