Ruta en moto por Jaén, atravesando el Parque Natural de Cazorla y Segura

El atardecer por Jaen

Salí de Úbeda, por la N322 buscando la carretera A-315 que me llevaría a la localidad de Cazorla. Atravesar la provincia de Jaén te asegura encontrar patrimonio histórico y cultural, bosques de olivos y parajes naturales. Os puedo asegurar que no me defraudó.

Una vez llegaba a Peal de Becerro me desvié por la A-319, una carretera que no abandonaría hasta dejar el Parque Natural Sierras de Cazorla y Segura. Para llegar a Cazorla (826 metros sobre el mar) subes por una sinuosa carretera desde la que se divisan infinitas extensiones de olivos. Cuando te sumerges entre estos históricos y a veces desgarbados árboles te das cuenta de las dificultades que supone su trabajo, porque es tan considerado no solo como símbolo de paz y fertilidad sino también un manjar de nuestra dieta mediterránea. Me quedé con ganas de recorrer con más calma la ciudad de Cazorla. Tanto por su situación, entorno y arquitectura que prometía muchas y buenas fotografías, pero quería atravesar la Sierra antes de que anocheciera. 

Emprendí ruta desde la Plaza de la Constitución, después de comer un bocadillo de jamón en uno de los numerosos bares de la plaza. Continuaba hacia los pueblos de La Iruela y Burunchel por la A-319 que me introducía de lleno en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Este Parque, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO (1983) es el mayor espacio protegido en la Península y el segundo de Europa. Aquí además nace uno de los ríos más primordiales, el Guadalquivir. Se puede llegar hasta su nacimiento por una ruta que podéis coger en la A-319.

A lo largo de todo el camino abundan los campings, hoteles rurales y actividades de aventura, que si bien son una fuente de ingresos más que necesaria para el mantenimiento del Parque, la sobreexplotación provoca efectos contrarios a los que se pretenden tanto en el entorno, como en la fauna y la flora. Así que seamos cuidadosos con este hábitat, para que puedan disfrutarlo las siguientes generaciones (y recorrerlo en moto!). Este es el principal punto de conservación de las cabras montesas, que han sufrido un acoso y derribo debido a la caza y las epidemias, quedando ahora unos pocos cientos de ejemplares. Ciervos, jabalís, águila real, buitre leonado y quebrantahuesos son otros ejemplares únicos que abundan en esta zona. Uno de nuestros mayores defensores de la naturaleza, y que tanto nos enseñó durante años, Félix Rodríguez de la Fuente, entendió la transcendencia de esta región y la situó en el centro de sus documentales. Hoy existe una ruta en su nombre, que parte desde el Mirador (km 63 de la A-319) y durante 20km rodea parte del embalse del Tranco, ofreciendo fantásticas vistas en sus 5 miradores.

La carretera A-319 es de esas por las que deseas conducir tu moto, con tranquilidad, disfrutando de cada curva, de cada imagen que te regala la naturaleza que ha estado ahí desde hace millones de años. Un asfalto perfecto, suave, que no te sorprenderá con sobresaltos. Unas curvas cerradas, ciegas y otras abiertas que te permiten moverte de forma armoniosa sobre la moto. Hay que tener cuidado e ir atento porque en cualquier momento puede salir algún animal en la carretera, no olvidemos que estamos en un Parque, aquí los atropellos son una de las causas principales de muerte de animales y accidentes.

Hice varias paradas para fotografiar los paisajes, las vistas desde los miradores del embalse, la Isla Cabeza de la Viña o el Castillo de Bujaraiza, eran sólo algunas de las muchas posibilidades que tenía. Hay espacio más que suficiente para aparcar tu moto sin entorpecer el paso, así que libertad total para eso.

Parate y mira los campos de olivos

Mi objetivo era llegar a Madrid en ese día, así que procuré no entretenerme demasiado, cosa que me resulta bastante difícil… Así que en el desvío hacia el pueblo de Hornos, tomé la A-317 dirección La Puerta de Segura, durante este trayecto son muchos las bifurcaciones que vuelven a meterte en la Sierra. Continué hacia Puente de Génave por la N-322 dirección Albacete, hasta tomar la J-630. Se ponía el sol cuando me adentraba en Castilla La Mancha por la CR-630 dirección Albaladejo, campos de cereales, una carretera solitaria (creo que me crucé con 5 coches) y buen asfalto que me permitían disfrutar sobre la GS. Siguiendo la CM-3127 llegué a Villanueva de los Infantes que me conectó con la A4 para entrar en Madrid. Esta carretera es recta y aburrida, nada que ver con lo que había rodado unas horas antes, y ya estaba lleno de morriña, echaba de menos las montañas y las curvas.

Para los más curiosos de los datos, os diré que este día fueron 613km con un consumo medio de 5L. La GS se estaba portando de maravilla, con un consumo muy, muy controlado.