N-135
Olía a hierba por la mañana. Fresco a pesar de ser el mes de julio. El hotel de carretera (El Mirador) me acogió la noche anterior cuando ningún otro disponía de habitaciones, es lo que pasa cuando viajas a Navarra en pleno San Fermín y sin haberlo planificado.
Me desperté sin ruidos, con ganas de montarme en la moto y salir a recorrer carreteras nacionales, comarcales, adentrarme en bosques y subir algún puerto.
Aprovechando unos días me había lanzado a la carretera para descubrir la Comunidad Foral de Navarra. Más allá del tópico de San Fermín ( que sí, que hay que vivirlos al menos una vez) esperaba encontrarme paisajes, naturaleza exuberante, cultura y buena gastronomía…
Unos kilómetros atravesando La Rioja y nos metemos en materia, entraba en la Comunidad Foral de Navarra.
La N121 que el día anterior me había traído por Olite y Tafalla, esta vez me iba a llevar más hacia el norte. Extensiones de campos de cultivo y viñedos me escoltaban a medida que el paisaje se iba transformando en frondosos bosques de robles, pinos, álamos y hayedos.
La ruta me llevaba por el valle de Baztán, atravesando Pirineos y hasta el pueblo de Saint-Etienne de Baigorry en Francia.
Salí de Pamplona siguiendo la N121-A hacia Buratáin y Echaide, desde donde está el desvío hacia el Bosque de Orgi, un robledal húmedo milenario. Ésta es una de esas carreteras de asfalto perfecto, curvas suaves, bien señalizada y con paisaje de naturaleza explosiva a ambos lados. La verdad es que daban ganas de pararse continuamente para hacer fotografías.
En la localidad de Arizcun dejaba la N121-B para iniciar subida a Pirineos y puerto de Izpegi por la NA-2600. Una carretera local sin señalizar, con una sucesión de curvas realmente divertidas. Como era de esperar las vistas a medida que iba subiendo crecían en espectacularidad.
Qué decir de los Pirineos, pues que no defraudan nunca a los moteros. Aunque te reciba un día nublado lo imponente de sus montañas hace que desees recorrer una y otra vez la carretera, porque en cada pasada descubres un nuevo ángulo que fotografiar, algún detalle que se te ha pasado inadvertido.
El pueblo de Saint-Etienne de Baigorry cumple con todos los requisitos que necesita un pueblo único de montaña, con sus casas perfectas, decoradas, limpio, cuidado. Pequeños restaurantes acogedores con terrazas y toda clase de indicaciones para rutas de senderismo.
De regreso a España por la D948. Disfrutando y mucho. Carretera perfecta para bailar con la moto, en cada curva, enlazadas, abiertas y alguna cerrada. Pero además un paisaje de nuevo hipnotizador.
Creo que la N138 se ha convertido en una de mis carreteras favoritas, para disfrutar de una agradable y tranquila ruta entre las sombras, algunas tupidas, de los robles que buscan la luz peleando entre ellos por subir lo más alto posible. Pasado el pueblo de Eugi, que da nombre al embalse, seguía el desvío hacia la N135, que me llevó hasta la localidad de Erro. De nuevo curvas divertidas y cerradas, pero esta ocasión además aproveché para adentrarme por un camino, el camino a Sorogain, por el barranco Sorabil (en el pk35, en el desvío a Iruña) hasta llegar a un merendero y al albergue. Allí tanto la moto como yo nos tomamos un tiempo a la sombra escuchando el correr del agua. La N135 te lleva hasta la localidad de Roncesvalles y desde ahí de nuevo entrada a Francia.
Datos técnicos.
Ruta de 250km. Consumo medio 4,8l/100
Gasolineras, ojo con el precio en Francia.
Para comer. Hostal Rural Arrobi Borda.
Para dormir. Hostal El Mirador.