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La idea que teníamos era buscar una ruta para estrenar los maillots de superheroes que compramos en la oficina todos juntos. Mi compañero Esteban propuso una ruta a la que tenemos el ojo echado desde primavera: Cercedilla – Segovia, cochinillo mediante, y volvernos en tren.
Esa era la idea, pero el tiempo en la zona norte de la sierra de Madrid es bastante duro y cabía la posibilidad de encontrar nieve en el recorrido, lo que echó para atrás a todos los invitados :-(. No obstante, hay que decir que Esteban es un valiente y acabó esa ruta, acompañado de un amigo. Los principios están para algo, ¿no?.
A última hora del viernes surgió una alternativa un poco más light. Goyo proponía una salida más tranquila por su zona de influencia: Miraflores de la Sierra – Hoya de San Blas. Prometía unas vistas espectaculares, así como un ritmo más tranquilo. Yo tenía que estar en casa pronto (antes de las 15:00), así que hicieron el favor de adelantar la salida a las 10:00 para que pudiese apuntarme. Se me acabaron las excusas
Salida desde Miraflores de la Sierra
Miraflores de la Sierra es un pueblo situado a unos 50 kilómetros de Madrid. Fue fundado por pobladores segovianos allá por el siglo XIII. Su peculiaridad para el ciclista es estar situado entre dos grandes elevaciones: el puerto de Canencia y el de La Morcuera.
Nuestras intenciones eran bastante más modestas: llegar hasta La Hoya de San Blas. Nada de puertos. Así, en el Área Recreativa de “La Fuente del Cura” aparecimos a las 10:00 cuatro valientes: Goyo (que nos haría las veces de guía), Jose Pablo (que trajo a su amiga Eli) y un servidor.
La pequeña subida por la zona de Las Bayonas nos sirve para empezar a entrar en calor. Atravesamos Puerta Lobera, Vallejo del Conjuro, Las Majadillas y Los Eriales para entrar en el término municipal de Soto del Real (o Soto del Relax, como le llaman algunos).El camino es muy bonito, discurriendo por pinares muy poblados. Goyo nos iba explicando todos los sitios por los que pasábamos y por donde transcurrían sus trialeras favoritas (es de los que se despeñan desde lo alto de las montañas
Primera parada
Miraflores de la Sierra – Hoya de San Blas
Justo en el límite con el término municipal de Manzanares el Real hay un bonito mirador en el que se pueden ver los primeros picos nevados del Parque Nacional del Guadarrama. Aprovechamos para hacer la primera parada y sacarnos unas fotillos. El tiempo era fresco, lo que nos engañó e hizo que nos abrigáramos en exceso en la salida. Aprovechamos esta pausa para adecuar la vestimenta.
A partir de aquí, subida constante. Tendida, pero larga. Vamos bordeando la zona conocida como Ladera de la Plata, atravesando algún que otro arroyo que pasa por el camino y continuando la ascensión.
La nota cachonda la pone Goyo, cuando se para en plena subida porque había visto unas setas :-). Aprovechamos para reagruparnos y seguimos hasta el destino.
Llegada al mirador de Fuente Grande
El punto más alejado de nuestra ruta es el mirador que se sitúa en la zona conocida como Fuente Grande. Desde allí se contempla una panorámica excepcional de la Comunidad de Madrid.
Situado en el comienzo de La Pedriza, desde este lugar podemos ver al frente el embalse de Santillana (o de Manzanares), Colmenar Viejo, Soto del Real… Al fondo, controlándono, las Cuatro Torres de Madrid. La Cuerda Larga está a nuestra derecha, con el Risco de San Pedro y el Risco del Nevado en primer término.
Después de un buen rato disfrutando de las vistas, hablando del precio de los alquileres y lo bueno que está el pulpo en Galicia, decidimos volver sobre nuestros pasos. El recorrido ahora es de bajada, así que Goyo se gusta un poco en esas bajadas kamikaze que tanto disfruta.
Al as 14:00 ya estábamos de nuevo en La Fuente del Cura. Yo tengo toque de queda en casa y no me puedo quedar a las cervezas, pero Eli, Jose Pablo y Goyo seguro que dieron buena cuenta de ellas.
Próxima salida: Segovia. Veremos quién se apunta