Esta salida estaba pendiente desde hacía tiempo. En mi caso, no visitaba este paraje desde hacía más de 7 años y los otros dos integrantes de la escapada (Jorge y Sámuel) no lo conocían.
El Torcal se encuentra a poco más de hora y media de Sevilla, entre las localidades de Villanueva de la Concepción y Antequera (a 12 km de ésta). Este lugar fue el primer Espacio Natural Protegido en Andalucía en 1929, tanto por su flora, fauna, geomorfología y su expectacular paisaje.
Las rutas están perfectamente señalizadas: la Verde no tiene ninguna dificultad y sólo se emplean unos 45 minutos en recorrerla. Nosotros hicimos la Amarilla, que es una ruta fácil que sólo exige un buen calzado. Se emplea algo más de hora y media en recorrerla, aunque merece mucho la pena recrearse en los laberintos calizos y dejarse llevar en este paisaje "de otro mundo"...
A nosotros nos tocó un día bastante frío; al llegar (sobre las 10:30), la temperatura no sobrepasaba los 5ºC, y la niebla era tan espesa que apenas teníamos 10 - 15 metros de visibilidad. Estuvimos pensando en regresar a casa mientras visitábamos el bonito Centro de Visitantes, pero al final desafiamos al frío y a la niebla y nos pusimos en marcha.
Disfrutamos a cada paso con las extrañas formaciones kársticas, con sus fantasmagóricas formas acentuadas por la espesa niebla...parece que estemos en la peli de Sleepy hollow...La única pega es que las fotos no plasman el ambiente que allí se respiraba.
Durante el camino se alternaban zonas más abiertas con húmedos laberintos repletos de musgos y helechos. Las aves también buscaban cobijo en estas zonas. Detectamos, entre otras: Carbonero común (Parus major), Petirrojo (Erithacus rubecula), Escribano montesino (Emberiza cia), Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)...escuchamos varios reclamos de Mirlo capiblanco (Turdus torquatus), pero el gran atractivo invernal de esta sierra no se dejó ver.
La observación de la jornada en esta ocasión no tuvo plumas, más bien patas y muy bien adaptadas al terreno que pisaba: la Cabra Montés (Capra pyrenaica hispanica). Pudimos observar una hembra (?) y posteriormente Jorge a ésta acompañada de otra hembra.
Al poco llegamos de nuevo al centro de visitantes (la ruta es circular) y comentamos con el chaval de información lo que nos había gustado todo lo que habíamos visto. Antes de poner rumbo a Sevilla nos decidimos a subir a una de las lomas más altas en busca del fósil de Ammonites que aparecía en alguna página web de la zona. Después de 20 minutos llegamos arriba. El frío era considerable, acercándose a los 0ºC (al menos la sensación térmica). Estuvimos casi media hora buscando el fósil, hasta que Jorge dio con él. Al final no fue para tanto, pues su estado de conservación era bastante peor del esperado. Cuando llegamos de nuevo al centro nos dimos cuenta que en la exposición de fotografía del Torcal había una foto del citado Ammonites y entendimos que...habíamos encontrado otro fosil que no era el conocido!!!! Los sentimientos eran contradictorios: por un lado habíamos encontrado algo nuevo, pero por otro nos íbamos sin contemplar aquel resto tan bien conservado de un animal extinguido hace 65 millones de años...
Irnos?? Qué vaaa!!!!!! Una coca cola y parriba otra vez!!!!!!
Alberto Plata