Ruta por el Parrizal de Beceite

Por Travelphotobox @travelphotobox

El Parrizal de Beceite es un gran desfiladero calcáreo en la cabecera del río Matarraña, dentro del Parque de los Puertos de Tortosa y Beceite. Seguimos una ruta hacia los Estrechos del Parrizal; un gran cañón, de 200 metros de longitud y 60 metros de altura, excavado por el curso del río Matarraña.

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Desde Beceite tomamos una pista en dirección al Parrizal. Son unos seis kilómetros hasta una gran zona de aparcamiento donde dejamos el coche. Empezamos a andar. En pocos minutos, llegamos a las pinturas rupestres de la Fenellasa, donde se aprecian figuras humanas montando a caballo. Para ver estas pinturas hay que cruzar el río.
Pinturas rupestres de la Fenellasa
Regresamos al camino y pasamos junto a la Cova de la Dona. Más adelante se llega al Pla de Mina, unas antiguas instalaciones mineras acondicionadas como zona de pícnic. Aquí empieza la senda del Parrizal de Beceite. A lo largo de la senda varias pasarelas nos permiten avanzar sobre el río. También hay algún tramo un poco más complicado donde es necesario trepar un poco.
El agua del río Matarraña es muy cristalina y podemos observar ejemplares de Barbos colirrojos (Barbus haasi).


El camino termina en los Estrechos del Parrizal. Es un lugar espectacular donde el río ha tallado en la roca caliza un gran cañón de 200 metros de longitud y 60 metros de altura. Nosotros no pudimos avanzar más porque el río bajaba con bastante agua y no había más pasarelas. En épocas de sequía se puede avanzar a través del cañón hasta el nacimiento del río Matarraña conocido como Font del Teix.
Estrechos del Parrizal
Antes de regresar decidimos ver los Estrechos del Parrizal desde las alturas. Seguimos las indicaciones del sendero del Pas del Romeret, que coincide con un tramo de la ruta Estels del Sud (estrellas azules). Este sendero está equipado en algunos tramos como vía ferrata con grapas y alguna cadena, por lo que hay que ir con cuidado.
El camino de vuelta lo realizamos por el mismo sendero. Regresamos a Beceite al anochecer y tuvimos la suerte de encontrarnos con un grupo de cabras cerca de la pista.