Dentro del Parque Regional del Sureste de la Comunidad de Madrid se encuentra el Soto del Grillo, un recóndito paraje natural que alberga imponentes cortados, un denso bosque de ribera y numeras lagunas habitadas por una gran variedad de aves, todo ello es posible gracias al majestuoso río Jarama que con sus aguas da forma al terreno y dota de vida a este rincón único. Partiendo desde Madrid, tenemos que dirigirnos hacia Mejora del Campo, para ello tomaremos la carretera M-203 la cual nos conducirá hasta el puente que cruza el río Jarama, a tan solo unos metros más adelante nos encontramos con los pilares que sustentan el trazado del R-3, en la aproximación a este punto debemos reducir la velocidad ya que nada mas atravesar los últimos pilares de hormigón nos desviaremos a mano derecha para coger la pista de tierra, circulando con precaución llegaremos hasta una bifurcación donde elegiremos el camino de la derecha hasta llegar a un centro de acogida de animales, allí hay una explanada donde podremos estacionar el vehículo.
Las dos lagunas están separadas entre sí por un ancho dique de tierra, el paso del tiempo y la inactividad humana han conseguido que las lagunas se naturalizaren y se hayan convertido en todo un oasis para la avifauna.
El día que tuve la ocasión de recorrer estos caminos y observar las dos lagunas pude atisbar entre las ramas de los arboles cercanos a las orillas de las lagunas un numeroso grupo de cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), que estaban posados en las ramas más inaccesibles de los arboles secando sus plumas después de realizar numerosas inmersiones en búsqueda de su alimento, los peces.Un enigma guardan estas dos lagunas tan próximas entres si pero a la vez tan diferentes, todo ello es debido a la disimilitud de la tonalidad de las aguas de cada laguna, las aguas de la laguna de la izquierda son de un color verde oscuro en cambio las aguas de la laguna de la derecha son de un color verde blanquecino muy peculiar, los sustratos del fondo son los responsables de la gran diferencia de tonalidades en las aguas de estas dos lagunas.Reanudamos la marcha y a nuestra izquierda contemplamos tres pequeñas lagunas, nada más dejar atrás la última de las tres reducidas lagunas en mitad del camino nos encontramos con una isla vegetal compuesta por diversos arboles y una pista que sale a nuestra izquierda que no cogeremos, nuestros pasos continúan por el camino que sale de frente y paralelo al río Jarama.La marcada curva a izquierdas que marca el río nos permite observar un paisaje marcado por los cortados, la campiña madrileña y cinco lagunas, cuatro de ellas de grandes dimensiones, estos cinco ecosistemas acuáticos reciben el nombre de Lagunas del Raso.Al salir de la curva una gran isla fluvial surge de las aguas del Jarama, ecosistema ideal tanto para las aves acuáticas como limícolas, tras dejar atrás la isla surge a nuestra izquierda un camino el cual no tomaremos en estos momentos, lo reservaremos para más tarde volver por él.Las veleidosas aguas del Jarama marcan una vez más el trazado del camino, en esta ocasión ante nosotros una nueva curva hacia la derecha y como en la anterior curva a su salida vemos una gran isla fluvial lo que nos indica que en la salida de ambos meandros la corriente deposita gran cantidad de sedimentos que dan lugar a la formación de islas fluviales colonizadas por la vegetación y habitadas por diversas especies de animales que encuentran en estas islas inaccesibles la tranquilidad y el refugio necesario para pasar la noche.El camino nos dirige hasta un pequeño merendero a orillas de una de las lagunas que componen el conjunto de las Lagunas del Raso, este escenario es el idóneo para realizar una parada para almorzar y relajarse observando la laguna y toda la biodiversidad que alberga.Una vez repuestas las energías es hora de iniciar el camino de regreso, lo haremos por el mismo camino por el cual vinimos, el río Jarama lo tendremos a nuestra izquierdas y las lagunas a nuestra derecha, una vez dejemos atrás la primera laguna sale un sendero a nuestra derecha que nos permite realizar el perímetro de la laguna donde almorzamos, en esta ocasión continuamos por el camino principal y una vez superada la segunda laguna giramos por el camino que sale a nuestra derecha y que recorre el dique de tierra que separa dos lagunas, este camino nos permite ver las cinco lagunas que constituyen las Lagunas del Raso.Este camino confluye en otro el cual tomaremos hacia nuestra izquierda, tras andar unos pocos cientos de metros llegamos a la isla vegetal situada en el cruce de caminos que ya vimos con anterioridad en el camino de ida, en este punto haremos un giro de 90º para tomar el camino de nuestra derecha.Regresaremos por el mismo camino que vinimos disfrutando de los imponentes cortados y del río Jarama que durante toda la jornada nos ha acompañado, mientras volvemos al punto de partida podemos observar la fauna y flora que habitan en este paraje natural al igual que las edificaciones y restos de infraestructuras utilizadas en un pasado no muy lejano para la explotación y transporte de los áridos y cantos rodados extraídos en esta zona donde el río Jarama se encuentra en su tramo medio-bajo y donde su caudal se muestra más abundante al recibir las aguas del río Henares tan solo unos kilómetros aguas arriba.Si desean realizar esta ruta les recomiendo que la estudien bien antes de realizarla en un mapa ya que durante la ruta surgen diferentes bifurcaciones y multitud de senderos, si desean realizar la ruta de la mano de un guía pueden contactar conmigo que estaré encantado de poder ser su guía: danielmedioambiente@gmail.com