El monte Saint Michel pertenece a la región de Normandia limitando con la Bretaña Francesa a unos treinta Kilómetros de Saint Malo donde teníamos nuestro alojamiento.
Teníamos programada la visita a este monumento para hoy, ya que uno de los principales atractivos de este lugar son las subidas y bajadas de marea que dejan al monte convertido en un islote rodeado de agua.
"Googleando", vimos que este día a las 10:00 de la mañana estaba prevista la subida de marea, por lo que esta fecha la teníamos señalada en rojo en el calendario de nuestra ruta.
A las diez de la mañana llegamos y aparcamos el coche en uno de los parking habilitados (hasta hace no mucho permitían llegar hasta el mismo monte con el coche, pero después de algún problema con algún vehículo en las subidas de marea, habilitaron varios parking a unos dos kilómetros del Monte), y una vez allí disponen de un servicio de autobuses gratuitos que te llevan hasta la entrada del Monte.
Mont Saint Michel
Ya en el interior, nos dispusimos a recorrer cada una de las calles adoquinadas con sus casas medievales muchas de ellas reconvertidas en tiendas de souvenir y restaurantes, a la vez que paseábamos por la muralla para poder apreciar como lentamente iba subiendo la marea rodeando de agua el monte.
Después de esta primera toma de contacto con semejante monumento historio, buscamos un lugar para comer para coger fuerzas para la subida a la abadía.
Después de interminables cuestas por fin llegamos al punto mas alto del monte. La abadía. La entrada cuesta 9 euros, pero aun desconozco la razón por la que no nos cobraron nada a ninguno de nosotros. Debió ser que íbamos con el atuendo de turistas y nos debieron de confundir con algún grupo guiado.
Dicho lo cual, continuamos hacia el interior de la abadía, donde podemos ver el claustro, la sala de reuniones y muchas mas salas impresionantes, pero lo que mas me fascinó fue la primera piedra a partir de la cual se construyo la abadía y posteriormente el Monte. Es increíble que en aquella época el hombre pudiera construir cosas de tal magnitud sin prácticamente medios a su alcance.
Claustro de la Abadía
Sala de reuniones
La abadía da a una terraza donde podemos contemplar unas espectaculares vistas de la zona.
Una finalizado el recorrido, decidimos regresar al hotel a descansar, ya que los días de marea el Monte Saint Michel esta muy concurrido de turistas y se hace cansado caminar entre tanta gente por calles tan estrechas así que al día siguiente después de comer, visitaríamos de nuevo el Monte ya con mas tranquilidad y pudiendo disfrutar mas de cada uno de los rincones que esconde este lugar.
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