Semana santa, Abril 2014
La pasada Semana Santa estuve de vacaciones en Almuñécar, y aunque han pasado unos meses y estamos ya en verano, voy a compartir la ruta que hice corriendo por toda la costa, por si algún runner forastero va por allí y no sabe por dónde mover las piernas. Al menos lo que recuerdo de ella y las fotos que hice.
El origen de este pueblo es fenicio, lo llamaban “Sexi”, de ahí que a los de Almuñécar se les llama “sexitanos”, aunque luego los árabes cambiaron el nombre por حصنالمنكّر (ḥiṣn al-munakkar), «fortaleza flanqueada orodeada [de montañas]» (todo esto según Wikipedia). Pues vamos a por un recorrido “sexi”.
La ruta en wikiloc: aquí
Esta ruta recorre prácticamente toda la costa de Almuñécar, desde la localidad de Velilla-Taramay (donde está el hotel en el que me alojo) hasta la localidad de la Herradura. Todo dentro del municipio de Almuñécar y atravesando sus playas y/o paseos marítimos y alguna senda.
El principio porque el hotel se encuentra en una zona de barrancos y hay que subir y bajar algunas cuestas en el primerkilómetro, y el final del trayecto (la mitad del camino, luego queda volver) porque al llegar a la herradura me dio por subir y bajar a varios puntos de “interés” con sus cuestas de algunos kilómetros como se detalla más adelante.
Me salieron más de 27 km. pero cada uno la puede adecuar a sus necesidades y darse la vuelta en la distancia que le parezca.
Tramo 1: Taramay – Playa del Muerto (8 kilómetros)
Como decía, estábamos alojados en un hotel a las afueras de Almuñécar y aquí comencé la ruta, aún con la mirada de la luna, no había nadie más subiendo y bajando las calles de las urbanizaciones que hay en esta zona.
Otra alternativa en la parte inicial hubiera sido cruzar el Parque del Mediterráneo (curioso parque con diferentes zonas de arboleda) hasta llegar al barrio de Taramayo bajar hasta la playa de Calabajio y cruzar por las rocas a la playa de El Pozuelo, pero esto lo dejamos para la vuelta.
Desde el barrio de Taramay toca subir una calle más para bajar después a la playa de El Tesorillo, donde nos encontramos con la primera torre de vigía, la de Punta Jesús.
Estas torres de vigilancia están a lo largo de toda la costa, las ideó Carlos I como sistema defensivo ante los ataques de los piratas berberiscos.
A los pies de la torre está la playa del Tesorillo.
Ahora podemos continuar, bien por la playa (plano) o bien por la calle con una cuestecita fuerte para llegar en ambos casos a la playa/paseo de Velilla.
Las playas de esta zona son de arena muy oscura, en ocasiones de piedras. La parte más cercana al mar, donde el suelo está más duro para correr, no es muy ancha y tiene inclinación, por lo que no se corre muy bien. Preferible ir por terreno más cómodo: el paseo marítimo, ancho y con carril bici, y a tempranas horas, desértico.
La playa de Velilla es larga, tiene casi un par de kilómetros, y el paseo marítimo también. Está bien acondicionado y arbolado con algunas palmeras. Hay alguna zona con barquitas y algún pescador reparando redes.
Al llegar al final de la playa de Velilla nos encontramos con un parque acuático. En esta zona no se puede ir por la playa, hay que ir por calle sí o sí. En esta época el parque está cerrado, la calle, cera y zona de aparcamiento (hoy vacía, en verano supongo que no) es ancha por lo que se puede correr bastante bien. Es curioso, por esta zona vamos un poco encajados, a un lado (el del mar) las vallas del parque acuático y al otro lado de la calle la montaña.
Tras este tramo encajonado de unos 500 metros llegamos de nuevo a cielo abierto: playa y paseo marítimo. Primero la playa de Fuente Piedra, cruzamos el río verde, aunque hoy ni verde ni “na” y entramos en un nuevo paseo marítimo el de la playa Puerta del Mar.
Poco más adelante llegamos a una zona curiosa del paseo, curiosa porque es un paseo en dos alturas: por la parte de abajo hay una zona de garitos de copas y bares y por la parte de arriba paseo con bancos, fuentes y monumentos, algunos de ellos dedicados a los fenicios.
Como no, la zona de abajo, aún sin limpiar, con cristales y otros restos de la marcha nocturna.
Por toda esta zona de playas, según nos vamos acercando al casco antiguo de Almuñécar, vamos viendo cada vez más cerca, en lo alto del pueblo, el Castillo de San Miguel, y en el lado de costa, al final de la playa de La Caletilla, el Peñón del Santo.
El Peñón del Santo tiene un mirador, y unas “cuantas” escaleras para subir a él. Si te animas a subir no te vas a arrepentir, desde arriba hay vistas bonitas en todas direcciones:
- Al este las playas que acabamos de recorrer.
- Al oeste, el siguiente tramo que nos queda por recorrer hasta la Herradura.
- Al sur el horizonte marino y la peñas de en medio y afuera.
- Al norte las callejuelas de Almuñécar y arriba el Castillo.
- Incluso mirando hacia abajo hay espectáculo, unos pescadores y algún espontáneo sacando un red del mar.
Después de disfrutar un rato de las vistas en todos los puntos cardinales, bajamos los escalones y continuamos con la ruta.
Lo primero que nos encontramos al bajar es el monumento a Abderramán I.
Seguimos paseo marítimo adelante, ahora el de la playa de San Cristóbal, desde donde ya se ve al final las urbanizaciones de Marina del Este.
Cruzamos el río Seco y seguimos por el paseo de la playa de S. Cristóbal durante un kilómetro. Por esta zona encontramos algún sitio al que volver más tarde a reponer fuerzas.
Durante otro kilómetro seguimos por una zona donde ya no hay playas tan anchas, más bien roca, y al otro lado monte. Aun así, alguna urbanización han construido.
Tras pasar la Punta de San Jose, donde hay un enorme árbol, lugar de descanso de los jubilados andadores. Llegamos al paseo y playa de Cotobro.
Al otro lado de la playa nos encontramos con un cartel que nos habla sobre una senda de pescadores, esta es la nuestra, también se pude ir a la Herradura por asfalto, a la izquierda sube una calle con un desnivel importante a la que siguen otras con cuestas similares, además hay que pasar por un tramo de carretera poco atractivo, mucho mejor la senda.
Para llegar a la senda primero tenemos que bajar a la arena de la playa y al final de la misma veremos unas escaleras de piedra que continúan bordeando las rocas por una pasarela con pasamanos de cadena gigante.
Llegamos así a una cala y tras cruzarla y pasar de nuevo por otra pasera en las rocas salimos a la playa naturista de El Muerto.
Esta playa dicen que es naturista, pero a mí, más que naturista me pareció “rara”, y eso que estaba prácticamente vacía.
Cruzamos la playa por la arena y poco antes de llegar al final encontramos una senda (marcada con la señal blanco/amarillo) que continua por unas largas escaleras que suben hasta una casa.
Tramo 2: Senda de Pescadores – Playa de la Herradura y algunos puntos más (8 kilómetros)
Desde la playa de Muerto cogemos la senda indicada, pero después, tengo que reconocer que como no conocía la zona, desde la playa me costó un rato encontrar la continuación de la senda, subiendo y bajando varias veces por lo que yo pensaba que era la senda, pero el buen camino es el siguiente….
Hay que subir por las escaleras aproximadamente 60-70 escalones y entonces sí que se ve como a la izquierda según se sube, sale la senda. Recuerda, ni desde abajo en la playa ni al final de las escaleras.
Una vez encontrada la senda ya es muy fácil seguirla, incluso sigue habiendo marcas de senda, pero ya no hay pérdida posible.
Desde esta senda las vistas son increíbles, se ve la playa del Muerto a vista de pájaro y una panorámica increíble de toda la costa.
La senda es bastante estrecha, o sea, una senda. En algunas de las partes iniciales hay que ir con un poco de cuidado, porque es casi “aérea”, va muy al borde del acantilado y un traspié puede tener graves consecuencias. Más adelante la senda va por el interior del monte, algunos olivos, aunque no se pierden las vistas. Incluso hay alguno que parece que le gusta tanto que se ha quedado a vivir allí.
El recorrido por la senda es muy agradable, tiene como un kilómetro entre mar y monte, también se va viendo ya con más detalle el puerto deportivo de Marina del Este.
Hasta llegar al puerto deportivo hay una bajada con un desnivel de 70-80 m. Este es el primer pico: una subida de un kilómetro por la senda, aunque no se nota mucho, la primera parte es la más empinada y el resto más ligera y otro kilómetro de bajada hasta el puerto.
Al llegar al puerto y ver las embarcaciones, así como las urbanizaciones que hay a lo largo de la avenida se nota que este es un rincón refugio de pudientes, alejado de la masa turística de Almuñécar. El puerto está como escondido al resguardo del Peñón de las Caballas.
Esta zona también es asilo de submarinistas. No hay ni que sumergirse para ver en las rocas un coral naranja que llama la atención (Astroides calycularis creo que es), ¡¡Como serán las profundidades!!
Cuando salí esta mañana no tenía muy claro hasta donde llegar, ni siquiera si iba a encontrar la senda para llegar hasta aquí, pero de perdidos…. Ya que estoy aquí, voy a subir hasta el faro a sentirme vigía, a ver hasta donde me alcanza la vista desde allí.
La subida no está mal, son unos 2 kilómetros para llegar desde el nivel del mar a unos 120 m. de altura.
Subo la zigzagueante Avda. Marina del Este hasta el hotel citado antes, en una especie de plazuela que hace de entrada a la urbanización y desde aquí cojo a la izquierda el Camino de la Ermita.
Por este camino se siguen viendo chalets, pero estos parecen algo más grandes y menos fotocipados.
Ya casi en la cima, sale un camino a la izquierda al que siguen unas escaleras por donde se ataja hasta el faro, en la época nazarí torre vigía.
Pues sí, las vistas han merecido la pena, las playas de Almuñécar, la senda, el puerto por un lado; hacia el interior la sierra; y al otro lado la playa de la herradura.
Dudo si volver ya, pero me lanzo a bajar hasta la playa de la herradura como punto final de la ruta.
Otra bajada de unos 2 kilómetros y medio hasta nivel del mar. Primero entre pinos y luego por la carretera de la playa.
Esta carretera al principio es estrecha pero apenas hay circulación, y en la última parte antes de llegar al paseo de la playa tiene un “carril” peatonal.De nuevo en la playa, otra playa, ya he perdido la cuenta de por cuantas he pasado ya.
Recorro sobre un kilómetro por el paseo y decido dar la vuelta, llevo poco más de 16 km. y se me hace demasiado lejos llegar hasta la punta de Cerro Gordo, sobre todo pensando que queda volver.
Este paseo se ve más ajetreado de furgonetas reponiendo existencias en los bares/restaurantes, un mercado, paisanos, un jardinero regando al que pido agua sin darme cuenta que justo al lado hay una fuente…
Tramo 3: Vuelta, Playa de la Herradura Taramay (11 kilómetros)
Bueno, pues toca volver. Primero un kilómetro de playa para “calentar” y luego los dos kilómetros de subida que había bajado hace un momento.
La subida es fuerte, pero despacio se llega lejos, hasta me permito adelantar algún corredor (de lo que no me siento muy orgulloso porque seguramente me doblaba en edad... bueno no tanto que ya tengo casi 50).
Llegando al hotel Best Alcázar de nuevo, podría intentar atajar siguiendo en línea recta, pero prefiero volver por el camino conocido, total, ahora es cuesta abajo hasta coger la senda.
Encuentro la senda y voy bordeando a vista de pájaro el puerto deportivo y las urbanizaciones colindantes hasta llegar al Mirador Peñón del Lobo. Ahora sí me detengo a mirar. Siempre el paisaje de vuelta tiene matices diferentes al de la ida.
Y de nuevo la senda,
Observando los detalles de la naturaleza
Aunque no todo es bonito siempre
Para llegar a la playa del Muerto. Ahora toca bajar hasta ella
Cuando llegas al Peñón de San Cristóbal, si aún te quedan fuerzas, merece la pena subir (otra subida) hasta el castillo de San Miguel y bajar de nuevo callejeando por las calles blancas del pueblo pueblo de almuñecar. Yo hoy no lo hice, pero tengo las fotos de cuando sí subí unos días atrás.
Y de nuevo playas y paseos, ahora como ya los tengo más vistos, decido apretar un poco el ritmo hasta llegar de nuevo a Punta Jesús, donde en vez de subir de nuevo a las urbanizaciones de Tamaray decido acortar por las playas de El Pozuelo y Calabajío, ya debajo del hotel. Observando las diferentes capas y colores de las rocas.
Bueno, pues no ha estado mal la ruta, has salido 27 kilómetros y medio y un motón de buenas sensaciones e imágenes que llevarse de vuelta a Madrid.
Ahora toca relajarse un poco y recuperar sales.
Ay señor, jubílame pronto!!