Hellín es una importante villa albaceteña, su origen se la debemos a los árabe y hoy es especialmente conocida por su Semana Santa y por la " tamborada " que la acompaña. Aunque no es un gran referente turístico si estamos por la zona y queremos visitarlo aquí os dejamos la visita que hicimos.
¿Cómo llegar a Hellín?
Desde Madrid tomar la Autovía A-31 o de la Autopista AP-36 hasta Albacete, donde se enlaza con la Autovía A-30 dirección Murcia.
Desde Madrid tenemos la empresa de autobuses ALSA que nos lleva a Hellín con parada también en Albacete. Lo mismo pasa en tren.
Un poco de historia
El importante yacimiento del Tolmo de Minateda nos indica la presencia de humanos en el Paleolítico Superior. Nos tenemos que ir hasta la época musulmana cuando aparece la población dentro de la Taifa de Denia y con el nombre de Iyyu. Tras la conquista castellana, pasa a incorporarse al reino de Murcia, dependiente de Castilla.
En 1304 paso a manos del rey Jaime II de Aragón, pero poco después vuelve al reino de Murcia de la mano del infante Don Juan Manuel (autor de El conde Lucanor), ya con el nombre de Fellín o Montellin, continuando en la línea sucesoria de los marqueses de Villena. La derrota posterior de estos por los Reyes Católicos motivó que en 1476 volviera a la corona real.
En el siglo XVIII la villa de Hellín adquirió gran importancia por sus Reales Minas de azufre que se usaban en la fabricación de pólvora y por la elaboración del esparto que se usaba en la marina como combustible para elaborar cerámica. Esto causó problemas entre ambos negocios, por lo que la Corona llegó a prohibir el uso de esparto como combustible de hornos.
Durante el siglo XIX sufrió el asalto de grupos revolucionarios desde partidas carlistas hasta insurrectos independentistas del Cantón de Cartagena que robaron la hacienda municipal.
¿Qué ver en Hellín?
El casco antiguo de Hellín es de origen árabe, constituido por un trazado irregular de callejuelas que parten desde el cerro del castillo, de la que solo se conservan algunos restos de las murallas almohades (siglo X-XII).
Empezamos por la plaza mayor donde destaca la Iglesia de Santa María de la Asunción (siglo XVI) con elementos góticos y renacentistas en la que destaca su portada monumental que sigue el estilo del albaceteño Andrés de Vandelvira.
A un lado de la iglesia verás el Museo de Semana Santa y Tamborrada (MUSS), ubicado en la antigua casa del Conde de Lumiares, D. Antonio de Valcárcel Pío de Saboya y Moura. El MUSS acoge información sobre sus dos fiestas más importantes su Semana Santa y las tamboradas. Además de diferentes colecciones fotográficas, arqueológicas y etnográficas sobre el pasado de la ciudad. Aquí también se encuentra la oficina de turismo de Hellín, nosotros llegamos el sábado a la 13.30 y la encontramos cerrado. Y vimos que no abrían por la tarde. Sorprendente que un sábado por la tarde la oficina de turismo este cerrada pero si entre semana.
Por detrás de la Iglesia se encuentra el emblemático Arco del Salvador, lo que pudo ser una de las puertas de acceso a la muralla dentro de la ciudad musulmana.
Desde aquí nos adentramos a las callejuelas que conforman el pasado árabe de la ciudad, donde vivían y viven las familias más humildes de la ciudad. Las viviendas se componen de una o dos plantas, que suelen estar pintadas en blanco y azul y que solían disponer de patios dedicados a la cría de animales.
Por la calle El Cinto, verás la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, con una fachada bastante original y una torre.
A pocos metros tienes uno de los rincones más conocidos del casco histórico. Se trata del Callejón del Beso, considerado actualmente la calle más estrecha de Hellín y en la que destaca la Casa Mascuñán, una vivienda del siglo XVI donde, al parecer, pernoctó Carlos I.
Si tomas la Calle Bernales, llegarás a lo que antiguamente era la judería, y allí se encuentra la Ermita de San Rafael (siglo XVII), construcción sencilla que contiene en su interior la imagen del Arcángel Rafael, Patrono de Hellín.
El recorrido termina en el cerro del castillo donde se encuentra los vestigios de la fortaleza y tenemos un mirador donde se podrás ver gran parte de la ciudad de Hellín.
Fuera de la zona antigua nos dirigimos a la Plaza de San Francisco donde se encuentra el Convento de los Franciscanos. Un conjunto compuesto por el templo de nave única, un claustro renacentista y coro y capillas de estilo barroco. Lo más interesante es el camarín rococó (1760-1770) en la cabecera de la iglesia. Cuatro interesantes lienzos de tema religioso de Francisco Villanueva. Y finalmente se conserva una Dolorosa de Francisco Salzillo y una copia de la Virgen de la Concepción, cuyo original era obra de este mismo imaginero.
Otros edificios religiosos importantes que ver en Hellín son el Santuario de Nuestra Señora del Rosario, construido sobre la antigua mezquita de la ciudad, y que cuenta con un esbelto campanario y un bello camarín rococó.
A 12 km de Hellín en una de sus pedanías se el Parque Arqueológico del Tolmo Minateda, asentamiento ibero-romano, y las Pinturas Rupestres del mismo nombre, declaradas, junto con el resto de pinturas levantinas, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Antes de ir contactar con ellos ya que según su página los fines de semana están abiertos hasta las 14.00 y no necesita reserva, pero cuando llegamos nos dijeron que era con reserva.
Y aquí terminamos nuestra visita a Hellín, desde aquí nada mejor que adentras a la Sierra del Segura para descubrir su preciosos pueblo.
Más información
Turismo de Hellín: http://turismohellin.es
Dónde comer
La mejor zona para comer en Hellín se encuentra en la Gran Vía, ya que hay muchos bares y restaurantes. Nosotros comimos en el Lancelot (Calle Gran Vía, 33) y estuvo bastante bien. Otro que tiene mucha fama aquí es La Bodeguilla (Poeta Tomás Preciado 16 Bajo)
Dónde dormir
Si quieres pasar unos día en Hellín y recorrer los alrededores, aquí puede encontrar los mejores alojamientos: