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Ruta por la provincia de Ávila: ¿Qué ver en Candeleda?

Por Rutasporespana @RutasporEspana
Ruta por la provincia de Ávila: ¿Qué ver en Candeleda?

Hoy visitamos Candeleda, una de las ciudades más importantes del Valle del Tiétar junto a Arenas de San Pedro. Candeleda se encuentra a la vera de de la Sierra de Gredos por la que discurren ríos y gargantas, como las gargantas de Santa María que atraviesa el casco urbano dejando a su paso, diferentes piscinas naturales a diferentes alturas o Chillas, de aguas puras y cristalinas, que atraen a miles de visitantes en época estival.

¿Cómo llegar a Candeleda?

- En coche

Cogemos la A-5 dirección Badajoz hasta la salida 148 (Candeleda, Madrigal, Oropesa, Lagartera). En la rotonda tomamos la carretera (CM -5150) dirección Candeleda, después de atravesar el puente que cruza el río Tiétar nos dirigiremos a Candeleda a través de la AV - 910. Si no disponemos de coche, podemos alquilar uno en cualquier capital española. En Rentalcars podemos comparar los precios entre las diferentes empresas de alquiler de coche y alquilar el más económico para el viaje.

- En transporte público

El autobús de la empresa SAMAR realiza el recorrido desde Madrid (estación de Principe Pío), parando en Talavera de la Reina y terminando en Cuaco de Yuste.

¿Qué ver en Candeleda?

En esta zona se situó el castro vetón de El Raso, nombre que proviene de la palabra rasus (llanos o claros de bosque) porque estaba desprovisto de arbolado y abrigado solo por el Pico Almanzor. Los romanos obligan a los vetones a descender de las alturas y asentarse en las tierras del llano entre el 119 y 47 a. C. Posteriormente los romanos construyen una calzada que atravesaba la actual Candeleda de este a oeste.

En 1193, después de que Alfonso VIII segregara los límites civiles y eclesiásticos entre Ávila y Palencia comenzó la repoblación de Candeleda. El rey Alfonso X el Sabio transmitió los "carriles de Candeleda" (los derechos de paso por el Puerto de Candeleda utilizados por la Mesta) al caballero Velasco Gómez de Ávila. La deforestación y roturación del terreno incrementó la población desde mediados del siglo XIII.

En 1393 Enrique III el Doliente concede a Candeleda el título de Villa. La corona dona el señorío sobre la villa al condestable Ruy López de Dávalos; al caer éste en desgracia, en 1423 se le transmite el señorío a Pedro López de Zúñiga. Este señorío se mantuvo hasta la desaparición del Antiguo Régimen en 1812.

El pimentón aportó mucha riqueza desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XX. De la actividad ganadera, principalmente caprina restan majadas, chozos, queseras ahora aprovechados por el turismo rural.

Empezamos nuestro recorrido desde la estación de autobuses. Junto a un lado se encuentra la ermita de San Blas o también conocido por el Cristo de la Cañada por encontrarse junto a la Cañada de las Mesta donde los pastores se encomendaban para pasar el Puerto de Candeleda.

Encima de la ermita, dentro de un parque, encontramos la picota o rollo jurisdiccional de la villa, en la que aparecen los escudos de los Condes de Miranda.

En dirección a la carretera general veremos una gasolinera y enfrente el puente viejo (siglo XX) que cruza la Garganta de Santa María. A la entrada del puente veremos un cartel con la ruta fluvial por la garganta. La ruta tiene un par de kilómetros y nos lleva a las piscinas naturales habilitadas para el baño en verano, el charco Carreras y el charco Palomas.

Merece la pena seguir unos metros más y adentrarnos en el paisaje de la Sierra de Gredos hasta el final del camino donde llegamos a la depuradora que abastece de agua a la localidad.

Tras volver del camino fluvial, seguimos por la Avenida Aviación Española hasta la Plaza del Castillo, donde una escultura de una cabra montesa nos da la bienvenida. A partir de aquí entraríamos en lo que es el Casco antiguo, que constituyeron el núcleo primigenio alrededor del cual fue creciendo y desarrollándose la villa de Candeleda.

Si seguimos por la calle del Moral podremos ver las primeras casas típicas de los siglos XVI y XVII, en cuyas fachadas se encuentran las tradicionales solanas retranqueadas o voladas.

Seguimos en dirección a la Plaza Mayor, espacio presidido por el Ayuntamiento. En la plaza también se ubicada una de las casas entramadas más bellas y mejor conservadas que podamos encontrar, La Casa de las Flores.

Alberga en su interior el Museo del Juguete de Hojalata, espacio cultural en el que podremos contemplar tres colecciones distintas relacionadas con los juguetes con que disfrutaron los niños españoles desde finales del siglo XIX hasta el inicio de la segunda mitad del siglo XX: " Una Infancia de Hojalata" que alberga la colección privada de Luís Figuerola-Ferreti, "Otros Juguetes del Mundo", y " Objetos de otra Epoca ". La pena es que el museo es privado, y el dueño lo muestra cuando quiere y puede, como nos comentaron en la oficina de turismo, así que hay que armarse de paciencia por si no podemos verlo.

Seguimos por la calle Umbría donde se encuentra una portada gótica a la altura de la calle del Pozo, la fachada se encuentra rematada con el cordón franciscano.

Al lado encontramos el Museo Municipal, que actúa también como oficina de turismo. En su interior tenemos una exposición de la construcción del Pantano del Rosarito y algunos restos arqueológicos encontrados en la localidad y en el yacimiento del Castro Celta.

Seguimos en dirección a la iglesia, todas las calles por el camino conserva la arquitectura tradicional, por lo que merece la pena perderse entre las callejuelas para ver las diferentes casas.

Al final del camino llegamos a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico arcaico y rústico de finales del siglo XIV. Alberga en su interior, entre otras obras, el Retablo Mayor, la Capilla del Baptisterio construida en piedra berroqueña, la reja de forja de la Capilla de San Antonio del siglo XVI y un Retablo de Cerámica obra del talaverano Juan Fernández.

A las afueras de Candeleda, podemos visitar el Santuario de Nuestra Señora de Chilla. Se accede por una carretera al otro lado del puente Viejo, la distancia son unos seis kilómetros y medio por una carretera sin arcén, por lo que tuvimos que desistir de ir andando. Si vas a ir, lo mejor es que vayas en coche.

El Santuario cuenta la leyenda que su origen se debe a que sobre el año 1300, la Virgen se apareció a un joven pastor llamado Finardo que lloraba la muerte de una de sus ovejas. Compadecida, la Virgen le devolvió a la vida y le pidió, a cambio, que construyese un templo en el lugar del milagro. Finardo contó lo sucedido en Candeleda, pero sus vecinos pensaron que aquel lugar era demasiado intrincado y empezaron a levantar la ermita en otro lugar. Misteriosamente, todas las noches se destruía lo construido hasta que, finalmente, se levantó el templo en su ubicación actual.

Para terminar otro de los lugares que podemos visitar en el Castro Celta, que se encuentra en la población de El Raso. Es el asentamiento más antiguo e importante de Castilla y León. Se ha rehabilitado una gran parte de su muralla y las casas, su situación es privilegiada y se calcula que vivieron más de 2.000 personas.

Más información

Web de Candeleda: http://aytocandeleda.es

Dónde comer

  • Mesón Jara (Calle San Juan de La Cruz 6): comida casera sin pretensiones, para comer bien sin gastar mucho.
  • El Refugio de Chilla (Santuario de Nuestra Señora de Chilla Km 7): no pudimos probarlo porque estaba a 7km de Candeleda pero nos lo recomendaron mucho.
  • Los Castañuelos (Calle Castañuelos 1): tiene pocos platos pero la cocina es muy buena y bien de precio.

Dónde dormir

Durante nuestra visita a Candeleda reservamos en Escapadarural en el Hosta Yessy. Un hostal nuevo, que estaba bien de precio junto a la Plaza Mayor.


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