También hay muchos lugares dedicados a San Roque, el santo peregrino por excelencia.
Al llegar a la Ermita de Nuestra Señora de Pereda hicimos un alto en el camino para reponer fuerzas. La lluvia nos había respetado bastante con apenas un leve calabobos pero a partir de aquí ya se pondría a llover con ganas; no era cosa de quedarse parado mucho rato.
La bajada de La Entrecisa al Pajar del Diablo es realmente bonita; pero había que andar con precaución pues las hojas de los árboles no dejaban ver las piedras y como estaba bastante resbaladizo el camino alguno se dio una buena culada.
No importa, al rato los autocares nos recogieron para llevarnos a Cistierna, la fiesta solo había dado comienzo. Mañana subiré unas fotos del Encuentro de Asociaciones.
Venta Sierra Valdoré
Daniel Paniagua Díez