Al llegar a su casa, le pidió el dinero a su madre, le dijo que lo necesitaba para comprar un pozo para los niños africanos. Susan, su madre, le dijo que tenía que ganárselos, y le puso algunas tareas domésticas a la semana. Después de un tiempo, consiguió el dinero necesario, pidió a su madre que lo
Susan le dijo a Ryan que no podía darle tanto dinero con las tareas de la casa. Aún así, Ryan no se desanimó y les dijo a los de WaterCan que volvería.
Los padres, hermanos y vecinos de Ryan colaboraron con el niño para que cumpliera su sueño y entre todos lograron juntar los 2000 dólares, entonces volvió a WaterCan para pedir su pozo.
En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. Desde entonces, Ryan no ha parado de recaudar fondos y de viajar por el mundo buscando fondos para perforar más pozos.
Cuando terminaron de construir el pozo de Angola, el colegio empezó a cartearse con los niños del colegio que estaba al lado del pozo en África.
Con gran esfuerzo económico por su parte, los padres pagaron un viaje a Uganda en el 2000, y nuestro protagonista llegó al pueblo donde se había perforado su pozo.
Cientos de niños de los alrededores coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
A día de hoy Ryan tiene su propia fundación donde llevan perforados más de 400 pozos en África. También de proporcionar educación y enseñan a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado en acabar con la sed en África.
Fundación
Fuentes:
http://reflexionesdiarias.wordpress.com