“El concepto de privatización está absolutamente excluido como política en Cuba”
Por Atilio A. Borón*
Prieto, actual diputado y exministro de Cultura de Cuba estuvo en Buenos Aires el pasado mes de julio participando de una serie de actividades académicas.
Atilio Boron: Quisiera comenzar pidiéndote una reflexión sobre la importancia que la Revolución Cubana siempre le asignó al tema de la cultura, algo que muchas veces queda eclipsado por el énfasis casi excluyente que se pone sobre las transformaciones económicas y políticas desencadenadas desde el triunfo de la Revolución.
Abel Prieto: Atilio, recuerda aquella frase de Fidel cuando dijo que una revolución sólo puede ser hija de la cultura y de las ideas. Un concepto muy martiano y muy gramsciano a la vez, y que tiene que ver mucho con las ideas del Che acerca de la creación de un hombre nuevo, que es lo que define realmente la transformación socialista del ser humano y su entorno. Lo que realmente ha llevado a la Revolución Cubana hasta aquí -de un modo u otro, con zigzagueos, con retrocesos, con dificultades, con obstáculos a veces que parecían insalvables- ha sido la hegemonía en términos culturales de las ideas del socialismo. ¿Qué pudo hacer resistir al pueblo de Cuba aquellos años terribles, los 90, sino convicciones muy fuertes, una clarísima conciencia en términos de que teníamos que defender el espacio logrado para las ideas de justicia, para las ideas de la democracia auténtica? A mí me parece que eso tuvo mucho que ver con la campaña de alfabetización tan temprana, la creación de la Imprenta Nacional, la Casa de las Américas, el Instituto de Cine (ICAIC), es decir, todo el aparato de protección del patrimonio cultural, de la memoria cultural de la nación desde sus primeros años, y la democratización del acceso a la cultura. Con distinto énfasis y en distintas etapas, la cultura ha sido siempre una prioridad para Fidel, como lo es hoy para Raúl. Y ésta es una de las conquistas, digamos que definitorias, de nuestro socialismo.
A B: Podemos decir que es una conquista fundamental, más irreversible que cualquier otra. A mí siempre me impresionó el hecho de que Casa de las Américas o el ICAIC hubieran sido instituciones muy tempranamente creadas por la Revolución Cubana, inclusive antes que otras que tienen que ver con la vida económica, o inclusive la legislación agraria.
A P: El Instituto Nacional de Reforma Agraria, el INRA, se crea al principio de la revolución, pero la primera ley de la Asamblea Nacional, ya con la revolución institucionalizada, es la del Patrimonio Cultural.
A B: El Caribe es una región donde el impacto de la cultura norteamericana ha sido tradicionalmente muy fuerte e inmediato, y da la impresión de que en Cuba está siendo cada vez más difícil sustraerse a su influjo. ¿Hasta qué punto es cierto y, si lo fuera, hay manera de contrarrestar ese proceso?
A P: En Rosario, cuando hablaba del Socialismo y el Hombre en Cuba, del Che, recordaba que él decía que había que combatir las taras del pasado. El problema es que hoy las taras del pasado forman parte de la batalla cotidiana, y efectivamente el mensaje consumista, frívolo, el mensaje digamos proyanqui, con una cierta idealización de ese mundo norteamericano ha influido en algunos segmentos de nuestra población y yo diría que contamina el ambiente espiritual en Cuba. Pero yo tengo una fe muy grande en que, incluso bajo las peores condiciones, la identidad cultural cubana tendrá esa capacidad para resistir. Claro que no podemos dejar eso librado a un proceso meramente espontáneo. Hay que ayudar a esos procesos, hay que ayudar a crear paradigmas nuevos.
A B: Hay quienes dicen que con la actualización del modelo socialista Cuba está volviendo al capitalismo. Es algo que nos preguntan permanentemente. ¿Qué piensas?
A P: Yo creo que en primer lugar hay que recordar que los documentos que fueron al reciente congreso del partido fueron discutidos por toda la población y enriquecidos en la discusión por la gente. Y en ese documento se habla de formas de gestión no estatales; no se habla de privatización o de propiedad no estatal. Se habla de formas de gestión no estatales. Nosotros estamos arrendando tierras a cooperativas o a familias, campesinos que tienen la obligación además de poner a producir esa tierra, pero la propiedad la conserva el Estado cubano en nombre de todo el pueblo. Eso es todo lo contrario de la privatización, y un principio básico es que ninguna persona natural ni ninguna entidad que maneje la producción o los servicios con formas no estatales pueden concentrar propiedad. De todos modos, la empresa estatal socialista, ahora con más atribuciones, más libertad de acción y mayor eficiencia, sin las trabas administrativas que la tuvo maniatada, es la que nos va a sacar de la crisis. No se va a tocar, por ejemplo, el concepto de salud universal gratuita para todos los cubanos, que nos ha aportado los índices de mortalidad infantil del Primer Mundo que tenemos hoy. No se va a tocar el acceso a la educación universal y gratuita que tenemos hoy, es decir, todo cubano va a poder, según su esfuerzo, su talento y su capacidad, transitar desde la primaria hasta la universidad sin pagar un centavo. Todo esto no es negociable, no vamos a privatizar nada de esas cosas y no estamos privatizando nada. Es importante aclarar esto. El concepto de privatización está excluido como política absolutamente.
A B: La prensa de derecha le dio una enorme difusión a la versión de que un millón de personas, de empleados públicos, sería despedida, y se habló de un ajuste salvaje.
A P: Eso no es cierto. Lo que sí hicimos fue identificar, con mucha seriedad y mucho rigor, qué personas son realmente necesarias en el aparato de la administración. Es verdad que se anunció que sobraba en los organismos una masa de gente importante, pero de ahí a poner a esa gente en la calle es algo que no tiene nada que ver con las ideas nuestras y con la idea en la que Raúl insiste tanto, que es anticapitalista por definición: no vamos a dejar a nadie desamparado, no vamos a dejar a una sola familia desamparada.
A B: ¿Qué pasa hoy con la juventud en Cuba? ¿Ha habido un proceso de despolitización en vastos sectores de la juventud cubana? No en todos, porque hay un sector muy fuertemente politizado. ¿Cómo ves eso?
A P: Tú sabes que ese tema Raúl lo aborda con total crudeza. La idea es que la generación que asaltó el Moncada, que luchó en la Sierra va a desaparecer por razones biológicas, más temprano que tarde. El habló de eso en la Asamblea Nacional, en donde se eligió a Miguel Díaz Canel como vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros. Raúl ha conducido un proceso de promoción de jóvenes a cargos esenciales. Hoy muchos de nuestros ministros son muy jóvenes. Hoy en nuestro Consejo de Estado está Bruno Rodríguez también, nuestro canciller, que es un hombre también muy joven, con una larga experiencia como cuadro de la juventud. Y en el Comité Central y en la propia Asamblea Nacional hay un montón de gente joven con extraordinarios méritos. Yo creo que hay una vanguardia de gente joven que está muy politizada y que está muy comprometida con llevar adelante el proceso revolucionario. Veo que hay mucha gente joven que quiere discutir, que quiere participar, creo que esos espacios se están consolidando, y creo que ése es uno de los más grandes desafíos que tiene hoy la Cuba revolucionaria. Ahora viene el congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, porque nuestra prensa no está cumpliendo el papel que le corresponde. Hace mucho tiempo, en una resolución del Buró Político se habló de la necesidad de una prensa crítica que ayude a combatir los problemas, la burocracia, los errores. Ya se han dado algunos pasos: tú sabes que ahora Gramma tiene una sección los viernes de cartas de los lectores donde se hacen denuncias importantes, y se está haciendo un determinado periodismo de investigación para enfrentar el tema de la corrupción y el de la conducta y la mentalidad burocrática, refractaria a cualquier proyecto de cambio. Raúl está encabezando una batalla durísima frente a la burocracia.
A B: Esa juventud está queriendo poder viajar al extranjero, conocer otros países.
A P: Desde el principio de la Revolución pusimos todo el cine capitalista en Cuba, pusimos el gran cine europeo, italiano, francés, el cine norteamericano, el de más calidad y el de menos calidad. A diferencia de la experiencia soviética, por ejemplo, nosotros siempre hemos trabajado sobre la idea de que prohibiendo conocer lo de afuera no se llega a ninguna parte. Es un grave error, que sólo consigue que la gente termine por idealizar ese mundo que les está prohibido.
A B: ¿Qué ha significado para ustedes la llegada de Obama a la Casa Blanca? ¿Qué pasó en concreto en relación al bloqueo, a “Los Cinco”?
A P- El bloqueo se mantiene intacto. Y algo que no se divulga en el mundo es que la burocracia de Obama ha sido más eficiente que la de Bush para perseguir a bancos y a empresas que violen el bloqueo establecido por las leyes Helms-Burton y la Torricelli. Hay empresas a las que les han puesto multas multimillonarias. Y la administración de Obama ha sido tremendamente eficaz en ese sentido. Es decir, en el hostigamiento a Cuba, sobre todo en el campo financiero. ¿Qué de nuevo ha traído Obama? Yo te diría algunas visas para artistas y académicos. Pero los artistas que viajan a Estados Unidos lo hacen sólo en viajes promocionales. Es decir, ninguna agencia cubana que representa al artista se beneficia de esa gira. Por supuesto al artista le interesa porque es un mercado en términos de arte importante, pero ellos tampoco pueden recibir dividendos como lo hace cualquier otro artista que hace una gira por EE.UU. Le dan una especie de dieta de bolsillo. No pueden recibir dividendos, ni pueden recibir dinero por derechos de autor de sus obras que pueden interpretar otros artistas.
A B: Pero si dan un concierto y se venden las entradas…
A P: No pueden recibir un centavo de la taquilla. Está prohibido por la ley del bloqueo.
A B: Y eso sigue…
A P: Eso sigue en pie, estricta y cruelmente… Obama ha permitido a grupos de estudiantes norteamericanos, de académicos, que viajen con determinadas licencias. Ese ha sido el “gran cambio” del que se habla, que no es un gran cambio, sin duda. Por otro lado se mantiene intacta la Ley de Ajuste Cubano. Incluso el lobby de la gusanera más radical está inquieto porque dice que Cuba, con su reforma migratoria, puede estar preparando un nuevo Mariel para llenar de comunistas Miami.
A B: Explica qué es la Ley de Ajuste Cubano, porque muchos no la conocen.
A P: Es una ley increíble por la cual por el simple hecho de poner pie en Estados Unidos los cubanos reciben un permiso de estancia, por un año primero y después la residencia definitiva. Es un caso único: Estados Unidos tiene dos políticas migratorias. Una para el resto del mundo y otra sólo para los cubanos. Imagínate tú: a los mexicanos o centroamericanos los pueden matar al cruzar la frontera, pero si es cubano tiene esa posibilidad, lo que le permite al gobierno norteamericano sacarle un lado propagandístico al asunto. Pero hoy se han quedado con un argumento menos. Los cubanos antes también podían viajar; antes existía algo que era el llamado permiso de salida, que es una cosa que viene de muchos años atrás, de la época en que empezaron a irse del país en los años 59, 60, batistianos, gente con crímenes, torturadores, malversadores del tesoro público. Después la gente salía de Cuba, pero tenía que cumplir determinados requisitos: una carta de invitación del extranjero, el famoso permiso de salida. Esos requisitos se quitaron. Hoy para salir de la isla al cubano le basta con su pasaporte al día y la visa correspondiente. Y no ha habido un éxodo a partir de esa reforma, ni mucho menos. Fidel dijo una vez que “el socialismo tiene que ser una obra de hombres y mujeres libres”, es decir, no puede construirse con el sentimiento de que te tienen atenazado.
A B: ¿Y en relación a los cinco? René ha vuelto a Cuba…
A P: René regresó, tuve la dicha de estar con él y de ver cómo la gente reacciona. Alicia Alonso organizó un espectáculo de ballet por los cinco en el Teatro Mella, y fue René. Y me impresionó al terminar la función la masa de gente rodeando a René para retratarse con él, para abrazarlo. Pero Obama no hizo lo que debía haber hecho.
A B: Sí, porque si él quiere puede otorgar el indulto a los cinco.
A P- No lo hizo, aunque podría hacerlo. Claro, acuérdate de aquella cosa que dijo Fidel: “Clinton pudo devolver a Elián porque las encuestas daban que más del 60 por ciento de los estadounidenses opinaba que debía devolverse el niño a su padre en Cuba”. Y Fidel también dijo que “cuando logremos que la opinión pública en Estados Unidos favorezca el indulto les darán el indulto”. Porque los presidentes estadounidenses funcionan así: no con arreglo a principios éticos sino por lo que dicen las encuestas. Estamos ante alguien, Obama, que si tú lo comparas con Bush es un hombre inteligente, que se expresa bien. Bush es un monstruo de ignorancia y de maldad. Obama es sin duda una persona con más capacidad. Pero esto es un entramado de poder. Si se está al frente del imperio sólo será para aplicar la política imperial al pie de la letra.
A B: Obama ratificó la calificación de Cuba como país que auspicia el terrorismo.
A P: ¡Es una vergüenza! Cuba es la gran víctima del terrorismo generado por Estados Unidos: guerra biológica, atentados en hoteles, bombas, sabotajes. Todo lo ha padecido Cuba. Y ellos tienen ahí a un terrorista probado y confeso como Posada Carriles libre en Miami, y Orlando Bosch, que murió en su cama siendo un gran criminal.
A B: Un gran criminal. Hace poco se inauguró la biblioteca Bush en la Universidad Metodista del Sur (en Dallas, Texas), y allí estaban todos los ex presidentes sobrevivientes de Estados Unidos: Bush padre, Bush hijo, Carter, Clinton y, por supuesto, Obama. Alguien le preguntó a Chomsky qué le parecía ese espectáculo y dijo: “Bueno, allí tiene usted un montón de criminales de guerra”. Todos juntos sonrientes, parecen buena gente, pero son criminales de guerra.
A P: Así es, son grandes criminales de guerra.
Fuente: www.pagina12.com.ar
*Profesor Regular Titular de Teoría Política y Social, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires desde 1986. Investigador Superior del CONICET. Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales. Ex -Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales / CLACSO, 1997-2006.
Tomado de Blog Cine reverso
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Por un socialismo más eficiente
En Cuba hay un proceso de renovación generacional, dice Abel Prieto.
Abel Prieto, exministro de Cultura de Cuba y actual asesor del mandatario Raúl Castro, visita en estos días Lima, y habló con LA PRIMERA de diversos temas como los nuevos tiempos de la Revolución Cubana, el bloqueo norteamericano, la ausencia de Hugo Chávez en el panorama político latinoamericano y la crisis en Europa.—Sobre Yoani Sánchez
Son personas fabricadas, sin ninguna influencia en el país, cuya misión es crear una imagen para justificar la política de agresión y bloqueo. En Cuba nadie piensa que la solución sea el capitalismo; y una abrumadora mayoría cree en las ideas del socialismo, reclamando al mismo tiempo perfeccionemos lo que haya que mejorar. No hay una real oposición a las ideas revolucionarias.
—La crisis
Un periodista español, Santiago Alba, decía que mientras en Cuba faltan viviendas y hay gente que vive con sus suegros, en España hay viviendas vacías cerradas y gente en la calle. Esa es la irracionalidad de un sistema que tiene a las personas sin amparo alguno, que no coloca en el centro al ser humano. Es la crisis de un sistema que está encontrando su fin. Lo lamentable es que haya mucha gente que ve esto a través de los grandes medios de dominación cultural, que han hecho creer que el único sistema es el capitalismo, como un orden natural de las cosas, y que los pobres son los que fracasaron. Ese darwinismo social es de una crueldad sin límites.
—Usted ha sido ministro de Cultura durante 15 años, un tiempo bajo Fidel Castro y otro con su hermano Raúl; ahora es asesor de este último. ¿Qué cambios hay de un gobernante a otro? Hay una continuidad entre la política de Raúl y Fidel. En lo cultural, no hubo ningún cambio. Una característica sustancial de nuestro socialismo es la democratización del acceso a la cultura y protegerla de los efectos del mercado, que hace un daño implacable en el campo de lo espiritual. Mantenemos eventos como la Feria del Libro, los festivales de cine, ballet, teatro, que tienen gran impacto popular. Mantenemos la red de escuelas de arte intactas, desde el nivel elemental hasta la universidad. La educación es gratuita, para que no se pierda ningún talento. Empero, se está convocando a un análisis de las estructuras de algunas de las instituciones y ver hasta dónde se han distorsionado sus funciones por exceso de burocracia, que más que apoyar la creación y promoción de las artes, más bien la entorpece. Nuestras instituciones pueden ser más eficientes. Hoy tenemos una desproporción entre el enorme talento del país y la capacidad de las instituciones para promover ese talento dentro y fuera de Cuba.—¿Y en cuanto a las reformas políticas y económicas?
No usamos el término reforma porque se ha contaminado mucho en los últimos años y se asocia a la restauración del capitalismo. Lo que estamos haciendo no tiene nada que ver con eso. Estamos trabajando por un socialismo más eficiente, productivo, atento a las necesidades de la población, que mantenga las conquistas de la salud pública universal y gratuita, desde curar una gripe hasta poner un marcapaso; igual en la educación, nadie tiene que pagar un centavo desde la primaria hasta la universidad. Eso no es negociable. Estamos experimentando, tratando de no equivocarnos, con formas de gestión no estatales. A veces se habla en algunos medios de privatización, pero no es así. Estamos arrendando tierras a cooperativas o familias que las quieren hacer producir, y el Estado conserva la propiedad de la tierra. También alquilamos locales para que funcionen cooperativas de servicios de gastronomía, de transporte público, pero nunca privatizando. Basamos nuestro desarrollo en la empresa estatal, a las que se les va a dar más atribuciones y libertades en términos de gestión empresarial. Con eso esperamos salir de una situación muy tensa por el bloqueo de Estados Unidos, que está intacto.—Hablando del bloqueo, ¿cómo ha transcurrido esa situación durante el gobierno de Obama?
Muchos creen que porque ha permitido que algunos artistas o académicos cubanos viajen a Estados Unidos, Obama va a levantar el bloqueo. La administración Obama ha sido eficaz en perseguir y multar a los bancos que hacen transacciones financieras y empresas que hacen negocios con Cuba. Esta crisis mundial nos sorprende totalmente bloqueados por un país poderoso y con un mercado grande. Por eso, la idea es producir más alimentos, porque gastamos mucho importando, con medidas de estímulo de producción para que esa situación cambie y podamos autoabastecernos. Estamos haciendo cambios en la generación de electricidad, buscando fuentes de energía. Producimos muy poco petróleo, dependemos de la importación.
—¿Esta es una nueva etapa de la revolución? Hay una continuidad de la revolución, es un momento de transformaciones, pero no hay una fisura entre la que encabezó Fidel, la que encabeza Raúl y las nuevas generaciones que están ahora en el gobierno. Se está haciendo el tránsito de la generación histórica, con gente muy comprometida. Esta es una nueva etapa con los elementos de continuidad que he señalado: principios de socialismo, igualdad, justicia social. En nuestro sistema democrático, Raúl ha enfatizado que no hay que promover una falsa unanimidad, porque la unidad se construye en una discusión abierta entre revolucionarios. Los lineamientos del Partido Comunista han sido modificados gracias a la opinión de la gente, para democratizar más la sociedad, empezando por el partido, dejando prejuicios en cuanto a la religión, la orientación sexual, lo racial.
—¿Eso sintoniza con el socialismo del siglo XXI que pregonaba Hugo Chávez? Chávez hablaba de este concepto para dejar explícito que no podíamos repetir los mismos errores del socialismo que se derrumbó en Europa oriental. No creo que en Cuba haya la pretensión de crear un nuevo tipo de socialismo. Creemos que la revolución bolivariana de Venezuela, que dirigió brillantemente Chávez, y que con una gran laboriosidad dirige Maduro, va tener su camino. No creemos que los modelos deban ser exportables, ni que se deban copiar. Fidel criticó el “copismo”: el implantar en Cuba fórmulas de otros países socialistas. Recordemos a José Carlos Mariátegui, que dijo que el socialismo en nuestras tierras tenía que ser creación heroica, sin calco ni copia. Simón Rodríguez, maestro de Bolívar, dijo “o creamos o erramos”, refiriéndose a las nacientes repúblicas independientes de España. Todo lo hacemos desde nuestra lógica histórica, como nación soberana e independiente en las peores condiciones, porque no es lo mismo hacer todo esto sin persecuciones de un enemigo poderoso, sin los intentos de subversión que promueve.
—¿Qué piensa del nuevo panorama que presenta América Latina, con varios gobiernos progresistas y la integración en marcha?
Esta situación es más propicia para Cuba. Fuimos expulsados de la OEA, pero ahora tenemos la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), sin la presencia del imperio (Estados Unidos), algo que antes era inconcebible. Y Cuba ocupa nada menos que la presidencia pro témpore.
—¿Cuál es el papel que ha jugado Chávez en este proceso? Es una pérdida incalculable. Fue casi un hijo de Fidel, un líder excepcional. Un hombre con un carisma extraordinario. Tuve el privilegio de asistir a las honras fúnebres. Fue un líder de estatura mundial y a nivel de nuestra región; y tuvo una influencia excepcional para llegar a este momento de avance en la integración. Un gran líder anticolonial y antiimperialista. Un hombre muy conectado a la cultura popular, que aunque en el campo de la teoría era un autodidacta, conocía muchas lecturas. Sin duda, su ausencia es algo que la estamos sintiendo.
—Algunos analistas sostienen que la ausencia de Chávez puede afectar estos procesos. ¿Pueden caminar solos?
La revolución bolivariana, ahora encabezada por Maduro, ha tenido una actuación muy audaz. Aunque ya no tienen a su líder, están haciendo lo posible por cubrir esa ausencia. Creo que el principal campo de batalla son las trampas de la reacción interna, junto con los yanquis, que le tiendan a la revolución. Están dando una batalla cotidiana. Hay un proyecto muy perverso para desestabilizar a ese país. El frente principal sería que el presidente Maduro y su equipo logren sustituir ese golpe trágico de la pérdida de un líder en la plenitud de sus facultades. No creo que haya un retroceso del bloque progresista. Vamos a tener muchos peligros por delante.—¿A qué peligros se refiere? América Latina, en términos geopolíticos, siempre se consideró el traspatio de Estados Unidos. Jamás, desde el imperio, va a haber una política de tolerancia hacia una América Latina que se une de manera soberana. No se van a conformar con que estemos fuera de su control, tienen mucho poder, pese a que es un Titanic que está haciendo agua. En términos de comunicación y cultura tiene un enorme poder, manipula gran parte de la opinión publica. Son capaces de satanizar a un líder o de omitir golpes de Estado como en Honduras, sacando a Zelaya de manera brutal, y después a Lugo. De todos modos, es un momento esperanzador. Lo más interesante de lo que está pasando en el mundo de hoy, en medio de la crisis económica, ética y cultural.
—Muchos medios de comunicación critican procesos como el venezolano, suelen decir que son gobiernos autoritarios o dictaduras… Eso forma parte de una matriz de opinión. Decían que Chávez era un dictador. Pocos líderes en el mundo se han sometido a tantos procesos electorales como Chávez. La gran maquinaria mediática bautiza como dictador al que se opone a las directivas del imperio. Bolívar decía que los Estados Unidos estaban destinados por la providencia para plagar nuestras tierras de desgracias en nombre de la libertad. Ya veía cómo se iba a usar demagógicamente la palabra libertad, como el caso de la guerra contra el terrorismo, que se usó para encubrir operaciones de saqueo. En América Latina se ha creado un núcleo importante de resistencia frente a ese proyecto de dominación mundial.
—Hace poco la bloguera Yoani Sánchez estuvo en Lima y dijo que en Cuba los servicios de salud y educación estaban en mala situación… A nosotros nos fabrican una oposición desde Estados Unidos, de la que forma parte esta señora, que es financiada a través de premios y cargos. Son personas que viven de la calumnia a su país. Es interesante que cuando a esta señora le preguntaron por Julián Assange, dijo que debía ser extraditado. Alguien que es presentado como una especie de bloguera independiente, luchadora por la libertad, debía tener en su altar a Assange. Pero cumplió al pie de la letra la agenda imperial con respecto a Assange. Es un doble discurso. Son personas fabricadas, sin ninguna influencia en el país, cuya misión es crear una imagen para justificar la política de agresión y bloqueo. En Cuba nadie piensa que la solución sea el capitalismo; y una abrumadora mayoría cree en las ideas del socialismo, reclamando al mismo tiempo perfeccionemos lo que haya que mejorar. No hay una real oposición a las ideas revolucionarias. Ahora, según nuestro sistema electoral, en que la gente se postula desde la cuadra de sus barrios a la Asamblea Nacional, si en un municipio hubiera una mayoría de votantes contrarrevolucionarios, estos podrían tener diputados en la Asamblea Nacional. Pero no son mayoría.
—¿Cómo observan, desde Cuba, la crisis europea? La vemos como una crisis del sistema, no como algo coyuntural. Un periodista español, Santiago Alba, decía que mientras en Cuba faltan viviendas y hay gente que vive con sus suegros, en España hay viviendas vacías cerradas y gente en la calle. Esa es la irracionalidad de un sistema que tiene a las personas sin amparo alguno, que no coloca en el centro al ser humano. Es la crisis de un sistema que está encontrando su fin. Lo lamentable es que haya mucha gente que ve esto a través de los grandes medios de dominación cultural, que han hecho creer que el único sistema es el capitalismo, como un orden natural de las cosas, y que los pobres son los que fracasaron. Ese darwinismo social es de una crueldad sin límites. Fidel advirtió en la Cumbre V Centenario en 1992, luego del derrumbe del bloque socialista europeo: el mundo se va a hacer ingobernable, se va abrir más la brecha entre ricos y pobres. Es como la etapa en que Mussolini y Hitler ascendieron al poder: crece el desempleo, la xenofobia, el egoísmo. Es un momento de peligro y hay que estar alerta.
—¿Y el incidente con Evo Morales en Europa? Lo que pasó con Evo es una de las páginas más vergonzosas, oscuras y viles de la historia contemporánea. Incluso de toda la historia. Europa hizo un papel lamentable, humillante. Es terrible la imagen que uno tiene de esos gobiernos, porque luego de ser víctimas del espionaje, no solo evitaron indignarse con Estados Unidos, sino que se hicieron cómplices de una maniobra inaceptable contra un presidente de nuestra América, con valores excepcionales.
TOMADO DEL DIARIA LA PRIMERA
Publicado por COORDINADORA NACIONAL DE JUVENTUDES DE SOLIDARIDAD CON CUBA