Pues les quedó una actriz virtual muy apañada, si.
El cirujano de Belén Esteban en el preoperatorio (luego se puso pedo)
Viktor Taranski es un director del montón, al que no le van muy bien las cosas en el estudio para el que trabaja y sus películas no funcionan demasiado bien. Cuando es despedido (su jefa es su ex-mujer), Viktor encontrará a un misterioso tipo al que le falta un ojo que le ofrecerá una solución para evitar trabajar con actrices estúpidas y caprichosas... una actriz virtual que no se quejará por su sueldo, ni tendrá caprichos ni dolores de cabeza.
La película arranca bien y con cierto sentido y más o menos hasta la mitad tiene algún interés, pero conforme avanza el director va derivando la cinta en una comedieta con tintes románticos que según pasan los minutos pierde puntuación hasta quedar en una película normalita para engordar el curriculum de Pacino.
Evan, antes de conocer a Marilyn Manson
Tal vez lo que destaque un poco sea un pequeño palo al divismo (y sobre todo el poder) de los actores y actrices que abusan de su condición de estrellas para imponer sus condiciones -a veces estúpidas- para aparecer en tal o en cual películas.También trata un poco por encima el tema de la privacidad de las personas públicas y hace un guiño a aquello que se pronostica como un futuro más o menos lejano en que no habrá actores, sino que las producciones contarán con intérpretes virtuales.
Pero vamos, que es una peli bastante corrientita que no tardaré en olvidar.