Este sábado de junio, tan próximo a las deseadas vacaciones, se presenta ecléctico, pues lo mismo provoca un ensimismamiento que nos aísla del fragor callejero, que nos entregamos a compartir compañías y charlas con amigos y familia. Todo depende de estados de ánimo que a veces lucen radiantes como un sol de playa o apagados como un día gris en medio de la sierra. Pero siempre responden a una voluntad que distingue entre la soledad o el alboroto según le apetezca. Este día a las puertas del verano, revoltoso de viento y nubes, se presta vivirlo de forma ecléctica, a mi manera. La única manera de poder disfrutarlo con placer. Y escuchando a Nina Simone, que también canta a su manera.