Sábado Santo

Por Alvaromenendez
Dos textos tomados respectivamente del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia y de la Carta La celebración y preparación de las fiestas pascuales. Ambos documentos son de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Vamos con lo que dice el Directorio respecto al Sábado Santo:



146. "Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y Muerte, su descenso a los infiernos y esperando en la oración y el ayuno su Resurrección" [1].

     La piedad popular no puede permanecer ajena al carácter particular del Sábado Santo; así pues, las costumbres y las tradiciones festivas vinculadas a este día, en el que durante una época se anticipaba la celebración pascual, se deben reservar para la noche y el día de Pascua.
La "Hora de la Madre"
147. En María, conforme a la enseñanza de la tradición, está como concentrado todo el cuerpo de la Iglesia: ella es la credentium collectio universa [2]. Por esto la Virgen María, que permanece junto al sepulcro de su Hijo, tal como la representa la tradición eclesial, es imagen de la Iglesia Virgen que vela junto a la tumba de su Esposo, en espera de celebrar su Resurrección.
     En esta intuición de la relación entre María y la Iglesia se inspira el ejercicio de piedad de la Hora de la Madre: mientras el cuerpo del Hijo reposa en el sepulcro y su alma desciende a los infiernos para anunciar a sus antepasados la inminente liberación de la región de las tinieblas, la Virgen, anticipando y representando a la Iglesia, espera llena de fe la victoria del Hijo sobre la muerte.
Y la Carta La celebración y preparación de las fiestas pascuales:
73. Durante el Sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, su descenso a los infiernos 75 y esperando en la oración y el ayuno su resurrección. Se recomienda con insistencia la celebración del Oficio de Lectura y de las Laudes con participación del pueblo (cf. n. 40) 76. Cuando esto no sea posible, prepárese una celebración de la Palabra o un ejercicio piadoso que corresponda al misterio de este día.
74. Pueden ser expuestas en la iglesia a la veneración de los fieles la imagen de Cristo crucificado, o en el sepulcro, o descendiendo a los infiernos, ya que ilustran el misterio del Sábado santo, así como la imagen de la Santísima Virgen de los Dolores de los fieles.
75. Hoy la Iglesia se abstiene absolutamente del sacrificio de la Misa 77. La sagrada Comunión puede darse solamente como viático. No se conceda celebrar el matrimonio, ni administrar otros sacramentos, fuera de la Penitencia y la Unción de los enfermos.
76. Las fieles han de ser instruidos sobre la naturaleza peculiar del Sábado santo 78. Los usos y tradiciones festivos vinculados con este día a causa de la antigua anticipación de la Vigilia al Sábado santo deben desplazarse a la noche y al día de Pascua.
Por último, respecto al ayuno de este día, también dice la Carta:
39. Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según una antigua tradición, la Iglesia ayuna "porque el Esposo ha sido arrebatado" 43. El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes la abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado santo, a fin de que la Iglesia pueda llegar con el espíritu ligero y abierto a la alegría del domingo de Resurrección 44.
NOTAS[1] Cfr. Carta La celebración y preparación de las fiestas pascuales, 73.[2] Ruperto de Deutz,  De glorificatione Trinitatis VII, 13: PL 169, 155D.