Veinticuatro horas en la vida de un hombre afortunado de las que MacEwan se vale para retratar la actualidad política, la fisura generacional, el sentido de la vida y de la muerte. ¿Es mucho pretender? Si, pero MacEwan triunfa en la ardua tarea de dar respuesta a las preguntas existenciales más profundas sin caer en filosofías baratas o aburridas, sin caer en setimentalismos ñoños.
Una familia perfecta, una profesión de éxito, una esposa enamorada y una amenaza, una sutil incomodidad que se instala entre párrafo y párrafo y altera nuestro pacífico sábado.Un relato que podría haber sido un folletín si no fuera MacEwan un escritor de primera fila. Si no fuera un maestro que trasciende y no solo nos cuenta cómo es nuestra vida, si no que nos cuenta cómo somos, cómo pensamos, cómo vivimos...
Una novela para leer con calma y reflexionar sobre nuestro mundo. No os las perdáis.