El día del concierto de Arizona Baby, el viernes pasado, mientras degustábamos una mariscada, una persona afirmaba, aunque después lo negará, que, en su opinión, un grupo que llena un estadio, es mejor que uno que no lo hace... y a continuación, aseguraba que ya no hay músicos virtuosos, como los de antaño. Pues bien, me dió pena que esa persona, a la noche, no asistiera al concierto de los Arizona Baby. Tres músicos, que, no se si calificarlos como virtuosos o no, pero que saben lo que hacen, y lo hacen muy bien, pero nunca llenarán un estadio. Destacar con mención especial al señor Marrón, a los mandos de una guitarra acústica, a la que le saca todo lo que se puede, y más. Pero los otros dos miembros del grupo no se quedan atrás, tanto la percusión de Marcos Ubeda, como Javier Vielba a la voz, y liderando el concierto, animando a la gente, y pidiendo aplausos entre canción y canción. Y pese a los problemas de sonido, la verdad, que fue un concierto muy bueno. Intercalando canciones de su segundo y exitoso disco Second to None, con algunas del primero. A mí, este último me gusta mucho más, todo sea dicho, al primero le falta algo, no sé el que... Quizá faltó alguna canción como Runaway, una de las que más me gustan, pero bueno, el repertorio estuvo completo. Y después del concierto, una excelente persona me regaló el vinilo de ese último disco, para ampliar mi pequeña colección. Que más se puede pedir...
(iaGo, elblogdeiago.blogspot.com)