Por Bernardo Villar
Ayer alguien me dijo que todo lo que se ve en los talleres de transformación puede encontrarse en internet, entonces, ¿por qué pagar por este entrenamiento?
Por supuesto, nada de lo que hay en los entrenamientos de transformación es un secreto, ni siquiera es nada nuevo. Hay mucho escrito sobre responsabilidad personal, integridad, zona de confort, marco de referencia, ser-hacer-tener desde incluso muchos años antes de que estos talleres existieran. No hay nada nuevo, eso es cierto. Sin embargo ese no es el punto. El asunto es la diferencia entre saber algo y ser ese algo.
Veámoslo de este modo: puedes leer todo lo que hay escrito sobre nadar, puedes conocer los movimientos de cada tècnica de nado, puedes saber cómo debes respirar cuando nadas, puedes tener el mejor traje de baño, puedes tener los más sofisticados goggles, una gorra de nadar hidrodinámica, puedes afeitar tu cuerpo como los nadadores profesionales y sin embargo, nada de eso te convierte en un nadador y mucho menos en un experto nadador. Te conviertes en nadador cuando te lanzas al agua y nadas. A nadar se aprende en el agua, no en los libros o en internet.
Así es esto, puedes saber todas las distinciones de transformaciòn, de liderazgo. Puedes repetirlas de memoria, hablar de ellas e incluso puedes discutir sobre ellas por horas, pero si no las has experimentado, si no las has hecho tuyas, si no te conviertes en ellas, si no permites que se conviertan en una conversación que te use, entonces nada ha ocurrido contigo.
Los entrenamientos están diseñados de un modo experiencial para que tú puedas encontrar tus propias respuestas. Las respuestas no te las da el taller. Las distinciones de transformaciòn no son la respuesta sino un vehículo para que tu encuentres las tuyas.
Es la diferencia entre conocer la Capilla Sixtina en fotos y haber estado en ella y visto los frescos en persona, respirado el aire y sentido el olor particular del lugar. Es la diferencia entre comerte el menù y la hamburguesa. Nomás no es lo mismo y la diferencia entre saber la distinción y ser la distinción es el secreto de este asunto.