Saber escuchar también es una aptitud profesional

Por Lorena White @lorenagwhite

Hay muchas aptitudes profesionales que podrían formar perfectamente parte de nuestro CV o nuestro ‘elevator pitch’ y que no solemos “promocionar” de cara a buscar un nuevo empleo o a mejorar el puesto que ya tenemos porque creemos que son cosas comunes, que todo el mundo puede hacer, o simplemente porque no creemos lo suficiente en nosotros mismos. Así, de la misma forma que te expliqué que ser curioso podría ser una de tus mejores aptitudes para crecer como profesional, hoy te traigo una capacidad profesional, a simple vista muy común, pero que puede ayudarte a la hora de mejorar profesionalmente: tu capacidad de escuchar a los demás.

¿Cómo se te da escuchar a los demás? ¿Eres capaz de leer entre líneas y adivinar qué se esconde a veces tras sus palabras? ¿Escuchas de verdad o simplemente oyes? ¿En qué facetas crees que tu aptitud de saber escuchar puede ayudarte profesionalmente? Hoy te traigo algunas claves para dar respuesta a todas tus preguntas y atisbar Por qué saber escuchar hará que seas mejor profesional. Afina el oído ;)

1. Escuchar no es sólo oír: 

Muchas veces nos creemos que por oír aquello que alguien nos dice, estamos escuchándole. Pero escuchar es más que eso: escuchar es identificar algo que alguien nos dice o nos explica, procesarlo en nuestro cerebro y hacer que forme parte de nuestro propio aprendizaje. Cuando en un empleo, por ejemplo, alguien te esté explicando algo nuevo, intenta poner todos tus sentidos en procesar la información que tu interlocutor te está transmitiendo y haz que tu mente la almacene en un lugar valioso. Guarda silencio mientras te están hablando, no te distraigas con otras cosas como el ordenador o el móvil (o una mosca que pase delante de ti) y apoya tu escucha con notas que tomes, para poder echar mano de ellas siempre que quieras.

2. Las necesidades o expectativas de una persona, se pueden escuchar:

Cuando alguien te pide algo en el trabajo o cuando hay un problema y te lo comenta, tienes que saber identificar si, indirectamente cuenta con que le des una solución o la forma en la que valorará que se la des. Generalmente, en cualquier trabajo, siempre que hay un contratiempo, es necesario aportar una solución, y una forma fácil de acercarnos a ésta es saber qué necesita nuestro interlocutor o qué espera de nosotros. Escuchando su forma de dirigirse a nosotros o las palabras que utiliza, podemos intuir qué espera que hagamos.

3. Escucha las ideas de tus colaboradores:

Muchas veces, sobre todo cuando trabajamos en equipo, tenemos que estar predispuestos a escuchar las ideas de los demás. Dejar de pensar  en lo buena o mala que sea la idea o en lo que se nos hubiera o no ocurrido a nosotros, y ponerse a colaborar para que de una idea inicial salga otra cosa mucho más elaborada y desarrollada, es el primer paso hacia que esa idea termine bien al final. Por ello, es importante escuchar a los demás. Cuanto más profundamente hagamos el ejercicio de escuchar y asimilar aquello que nos dice, mejores ideas complementarias u opciones de mejora o de desarrollo, ofreceremos.

4. En las conversaciones, muéstrate activo:

No sólo tienes que saber escuchar, sino hacer ver a la otra persona que le estás escuchando. Para ello, presta atención a todo lo que tu interlocutor te esté diciendo, haz preguntas si hay algo que no entiendes o pide que te repita la última información si consideras que es importante. Haz que la otra persona sepa que le estás escuchando, asintiendo, por ejemplo, y evitando las interrupciones. Cuéntale una síntesis de todo lo que te ha dicho, verificando que has almacenado bien el mensaje, para conseguir una comunicación óptima.

5. La escucha también forma parte del lenguaje corporal:

No es lo mismo asentir a algo que alguien te cuenta mirando tu móvil o la pantalla de tu ordenador, que estableciendo un contacto visual con la otra persona. Tampoco es igual estar a su lado que en la otra punta de la oficina y, por supuesto, poner cara de póquer cuando no entiendas algo, no es lo mismo que preguntar e interesarte porque te lo explique de nuevo. Muchas veces tememos que preguntar delate que somos torpes o que no hemos entendido algo, y que eso nos haga parecer peores profesionales. Pero es mucho mejor verificar que lo hemos asimilado todo correctamente y trabajar sobre un concepto sólido.

 ¿ESTE POST TE HA SABIDO A POCO? ¡ACCEDE A CONTENIDO EXLCUSIVO AQUÍ!