Tenemos que decidir si seguimos apretando hasta la asfixia total porque creemos que todos estos pasos son un mero ardid y (de nuevo) seremos engañados, defraudados... o si creemos que de verdad todo se ha acabado. Si creemos que, finalmente, hemos ganado.
Porque entiendo que quienes piensen que esto no es más que una treta hagan fuerza para que continúe la presión policial, la exclusión política; que no se les acepte de nuevo en instituciones más o menos respetables, como son las nuestras. Eso mismo defenderán también quienes hayan basado gran parte de su discurso político de los últimos años en deslegitimar la opción independentista vasca por estar apoyada en la violencia. Pero quienes piensan que esto se ha acabado, deben abogar por una victoria justa, ecuánime, respetuosa; victoria sí, humillación, no.
Porque en el momento en que de verdad creamos que la independencia vasca se ha convertido en una opción defendida meramente en las urnas, ayuntamientos o parlamentos, se habrá convertido automáticamente en una opción legítima. Tal vez no mayoritaria, tal vez no del gusto de todos, pero sí perfectamente legal y con el derecho a representación en las instituciones.
Personalmente no tengo claro si habrá más atentados; en el estado lamentable en que se encontraba ETA en los últimos años, todo puede ser posible (matar es demasiado fácil). Pero sí creo que el paso dado por la izquierda abertzale condenando la violencia de ETA ha sido definitivo; y también creo que el terrorismo sin sustento político y social no es más que mera violencia, mera delincuencia organizada, y debería ser tratada como tal (por la policía y los jueces, pero también por los medios de comunicación).
Personalmente creo que ya hemos ganado.
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