Juro que tenía un vago, vaguísimorecuerdo de ésto, pero nunca lo llegué a identificar exactamente.Normal, por otra parte. 1984. Sólo hace 27 años. Por cierto, elGran Hermano, entonces, no dominaba el mundo. Chúpate esa, GeorgeOrwell. Todavía necesitaría unos años más para hacerlo. Perovolviendo a 1984 y mis recuerdos difusos, era capaz de recordar unacoplilla que decía algo así como“sabesloquepasacuadodicesquemequieres” y luego “drinking tú,drinking yo”, pero no de ponerle una cara, un nombre, unaestructura. Hasta que hace poco, muy poco, llegó a mí en la formade ese vídeo que he pegado. Lo siento, es que no pude evitarlo. Fuede casualidad, cómo di con él. Dios salve a Youtube, remendador dememorias deshilachadas, y todo el mundo sabe que para lasgeneraciones que crecieron durante los 80’s, recuerdos es igual aimágenes de la tele. Ahora tiene nombre. Y cara. Y una secuencia. Yla verdad, creo que ya estaba bien cuando quedaba almacenado en micaja de los recuerdos difusos. Ahora es tarde, ya he visto demasiado.Como diría aquél, he visto cosas que vosotros no creeríais. Laín.Por qué?
¿Sabéis cuando ves un vídeo y ya enlos primeros segundos te das cuenta de que la cosa no va bien? Pueséste es un claro ejemplo. Desde la presentación del gran JuanTamariz, esas coristas negras con vestido de flamenca de tienda dechinos, ese bajista que parece que tiene el baile de San Vito y defondo, él. Aparece ese muchacho detrás del escenario haciendo esepase de baile que Rodolfo Chikilicuatre dio en llamar “elmaiquelyason”, y se planta frente al pie de micro, como el niñoque sale a hacer un playback para su función de fin de curso... perocon esa pinta de heroinómano en potencia. Con esa camiseta. Échalela culpa al boogie.
De la canción, poco puedo decir. Lasimágenes y la música son completamente autodescriptivas. No, es queno pienso hablar. No voy a perder el tiempo en desarrollar esos coros(uh-ah), esa mezcla castellano-inglés, ese organillo que deja a losgitanos de la cabra en Stravinski… Y la letra. Tiembla, PabloNeruda.
Luego la cosa se desmadra…arriquitaun-taun-tan-tu-taun, la guitarra española que agarra esemultiinstrumentista, ora en el órgano, ora a las seis cuerdas, queluce una camisa, ojo al dato, con la espalda descubierta, y el amigoLaín agarra un walkie-talkie, precursor del megáfono que usabaEnrique Bunbury en sus conciertos con Héroes Del Silencio. A partirde ese punto, todo va en caída libre.
En fin, a veces es mucho mejor nosaber. Que la memoria, traicionera ella, nos deforma todo bajo elprisma que proporciona el tiempo y la autoprotección hacia los malosrecuerdos. Que la verdad está sobrevalorada. Que la ignorancia esfelicidad. Que todo en la vida es sueño. Buenas noches y buenasuerte.
Canciones:
Chris Cornell: "Preaching the end of the world"Redd Kross: "Dumb Angel"Fun Lovin' Criminals: "Take me back"