Sabían lo que ocurriría

Publicado el 27 abril 2013 por Torrens

Uno de mis amigos, que soporta sin problemas leerse las notas que escribo, me pregunta si puedo dar razones concretas para aplicar la grave calificación de estúpidas a las políticas económicas que, siguiendo las órdenes de Frau Merkel, aplica la U.E. Las hay múltiples y variadas e intentaré explicarlo.

Una de las cosas que aprendí en la Facultad de Económicas es que la buena administración pública consiste en gestionar correctamente recursos escasos de manera que se incentiven las inversiones públicas y privadas que permitan el crecimiento equilibrado de la economía. Está claro que en las últimas décadas en el sur de Europa, y en especial en España, hemos hecho casi lo opuesto a lo indicado en esta definición. Hemos olvidado que los recursos son escasos, hemos permitido la destrucción de tejido industrial y su sustitución por inversiones especulativas que han provocado un crecimiento descontrolado y desequilibrado que nos ha llevado al desastre. Pero lo malo ha sido que una vez nos hemos estrellado, la U.E. y la Frau nos han obligado a aplicar soluciones que solo tienen en cuenta la primera parte de la ecuación, la gestión de recursos escasos en forma de políticas basadas exclusivamente en la austeridad, pero olvidan la segunda parte, la referida a inversiones y crecimiento equilibrado, y lo peor es que este no ha sido el único olvido.

Por esta razón, aunque desde que empezó la crisis de la deuda en el 2010, tanto la Frau como la U.E. repiten sin cesar que el objetivo de sus medidas es disminuir el volumen de deuda pública para permitir un crecimiento realmente equilibrado, la realidad es que desde que se iniciaron estas políticas hace ya 3 años, la deuda esta aumentado sin freno y no solo no hay crecimiento sino que hemos vuelto a entrar en recesión, estamos instalados en ella, y en mi opinión vamos a mantenernos en marcha atrás mucho tiempo, a menos que se apliquen otras medidas. El resultado ha sido el contrario del que la U.E. suponía porque además se olvidaron de que la aplicación de estas medidas en plena crisis tendría efectos desastrosos, y para acabar de ensombrecer el panorama, cuando absolutamente todo el planeta y parte del espacio exterior sabe ya de sobras que Merkel y la U.E. han fracasado, estos continúan con sus políticas sin modificación de ninguna clase a excepción del aumento del techo del déficit, con una lentitud y racanería desesperantes, que para más cachondeo lo califican de “flexibilidad”.  Para partirse de risa si el asunto no fuese tan serio.

El ministerio de Economía ha publicado esta semana las previsiones de volumen de deuda pública para los próximos años. Al final de este año 2013 nuestra deuda pública ya supondrá el 92 % de nuestro PIB, pero en 2016 ya llegará al 100 %. Lo menciono porque las medidas estúpidas Merkel han sido especialmente duras con España. Cuando en el 2010 Frau Merkel decidió aplicar sus tendencias al sadismo a los países del sur de Europa, España soportaba una deuda externa que suponía solo el 62 % del PIB, mientras nuestros grandes problemas eran el paro endémico y la burbuja inmobiliaria que afectaba a la solvencia bancaria. Las burradas Merkel-U.E. no solo no han solucionado nuestros problemas sino que los han empeorado gravemente, la recesión ha escalado el paro a niveles insoportables y ha hecho caer los precios del mercado inmobiliario a niveles por debajo de los anteriores a la burbuja agravando la crisis de solvencia de la banca, y encima nuestra deuda pública ha aumentado hasta acercarse al 100 %, pero en vez de invertir ese aumento de deuda en evitar o salir de la recesión solucionando de paso nuestros problemas, hemos tenido que gastarlo en pagar los costes de la recesión provocados por la caída de ingresos del Estado. ¿Realmente alguien es de la opinión que esto no es profundamente estúpido?.

Creo que lo dicho hasta ahora basta para que si alguien tiene dudas empiece a entender porque califico las medidas Merkel-U.E. como las más estúpidas de la historia de la economía, pero es que hay más.

Las medidas de austeridad no solo no son perniciosas sino que son imprescindibles para una buena gestión pública, y uno de nuestros grandes errores fue precisamente olvidarlas, pero sí que son desastrosas en la forma en que nos las han impuesto. Si en vez de ponerse el uniforme de la Gestapo y mandarnos hacer en 2 años lo que Alemania había hecho en más de 10, Frau Merkel hubiese puesto los excelentes equipos técnicos de la U.E. a confeccionar un plan individualizado para cada uno de los países con problemas, sin límites de tiempo aunque durasen 10 años, que combinasen la paulatina pero tranquila reducción del déficit presupuestario y la austeridad con medidas orientadas al crecimiento para evitar la recesión, estaríamos ya saliendo de la crisis desde hace muchos meses.  La burrada Merkel-U.E. ha causado un inmenso perjuicio a España, a toda Europa, Alemania incluida, y a todo el mundo, y creo que no olvido a nadie. ¿No es pura estupidez lo explicado hasta ahora?.

Aquí intercalo un inciso: Estoy hasta las narices de los comentaristas que alaban la gran capacidad de previsión alemana que les permitió tomar medidas primero de austeridad y después laborales antes del inicio de la crisis y en sus comienzos. Los alemanes hacen muchas cosas bien y por eso casi siempre salen bien parados de las crisis, pero si en los 90 empezaron ya a aplicar medidas duras de austeridad no es porque sean capaces de predecir el futuro sino porque la reunificación les costó 10 veces más de lo previsto y no les quedó más remedio que apretarse el cinturón. Las medidas laborales son otra cosa, ahí si se lucieron.

Merkel, la U.E., la Troika, los hombres de negro o como les queráis llamar, en sus propuestas siempre hacen hincapié en medidas que se cargan sobre las espaldas del pueblo llano sea mediante recortes o subida de impuestos, pero muy raramente plantean y mucho menos insisten en cambios estructurales que no estén relacionados con el maldito liberalismo salvaje. Esta incomprensible actitud es especialmente grave en el caso de España. Si empezamos a salir de la crisis, aunque sea muy lentamente, sin haber llevado a cabo la inaplazable reforma a fondo de la desastrosa e ineficaz Administración Pública española (aunque el Sr. Rajoy se pase el día aplazándola), si para entonces no hemos acabado con los trabajos y funciones propias de la Administración que los ciudadanos y las empresas están obligados a hacer, si no hemos  reformado una burrocracia que hace que constituir una empresa en España sea casi tan difícil como obtener permiso del Vaticano para una nueva orden religiosa, si no se ha montado el sistema que asegure que se persigue sin piedad el fraude fiscal pequeño, mediano y grande, si no se han modificado las leyes para que los corruptos reciban su merecido, si no se ha acabado con subvenciones a religiones, sindicatos y otros, para obligarles a buscarse la vida y tomar decisiones a su propio riesgo y no desde la barrera, etc. habremos pasado por un inmenso calvario sin que haya servido para nada porque seguiremos arrastrando los defectos que nos han llevado al desastre y tarde o más bien temprano volveremos a caer en él.

Pero lo más estúpido de las medidas Merkel-U.E. es que la lista de precedentes donde también se aplicaron es larguísima, plagada de tremendos fracasos y sin ni un solo éxito. Es decir, no solo el tiempo transcurrido desde que se inició la aplicación de las medidas estúpidas con desastrosos resultados es razón suficiente para rectificar, es que mucho antes de que a Frau Merkel se le atascasen todas las neuronas en esa obsesión ya habían montones de ejemplos donde esas mismas medidas habían provocado desastres desde Argentina a Japón. Este tipo de estupidez sería equivalente al que fumiga un edificio quemándolo y después dice que no sabía que el fuego lo destruye todo. La obsesión de Merkel y compañía por aplicar y mantener estas medidas desastrosas, y los precedentes de fracasos continuos de las mismas, me han llevado a pensar que sabían perfectamente donde nos mandaban cuando nos obligaron a cumplirlas. Aquí no ha habido error sino acción premeditada.

He dado muchas vueltas a las razones de Frau Merkel y sus compinches del gobierno y el banco central alemán para insistir con tanta obsesión en una medidas que nos hunden, y que aplicadas de otra forma darían los mismos resultados de refuerzo a largo plazo de la economía del continente sin hundir varios países y millones de personas por el camino, y aunque puede haber razones basadas en la intención de voto y en intereses alemanes, la desproporción entre lo que ganan y el daño que causan es tal que he llegado a la conclusión de que las razones solo pueden ser ideológicas. Frau Merkel y sus chicos son partidarios juramentados del liberalismo furibundo, y para ellos cualquier intervención del Estado en la economía es pecado capital, aunque sea para fomentar las inversiones privadas. Su obsesión forma parte del gran engaño que lleva al mundo a un sistema basado en la libertad económica total, que ni se estremece porque hay países como Bangladesh donde no solo se pagan miserias a los trabajadores sino que se les obliga a trabajar en un edificio que se está hundiendo. Hace tiempo que pienso que los que imponen el liberalismo furibundo son marxistas porque finalmente van a conseguir demostrar que Karl Marx tenía razón en lo del colapso final del capitalismo.

Hablando de liberalismo furibundo, hace unos días en un artículo de La Vanguardia sobre el tema de esta nota decían que Nicholas Ridley, que fue ministro de industria de Maggie Thatcher, opinaba que la entonces planeada unión monetaria europea no era más que una conjura alemana para tomar el poder en Europa. Caray con el Sr. Ridley, eso sí es prever el futuro, lástima que su privilegiada visión no alcanzase a ver también que la ideología de su jefa y la desregulación de los mercados financieros que impuso nos mandaría al desastre.