Cuando esto sucede, las células nasales envían impulsos al bulbo raquídeo (parte del cerebro encargada de los impuslos involuntarios), que hace los músculos de los pectorales, los abdominales y el diafragma (entre otros) contraigan los pulmones en un espasmo. Además se contrae la faringe para evitar el paso del aire expulsado por la boca y facilitar su salida por la nariz.
Es imposible estornudar a voluntad, por contra, sí se puede reprimir aunque no es recomendable. Es muy difícil mantener la cabeza quieta o los ojos abiertos durante el proceso, y el aire que expulsado puede alcanzar los 160km/h pudiendo liberar hasta 40.000 gotas de saliva y mucosa. Es en primavera cuando más se suele estornudar debido a la polinización de las plantas.
FUENTES: [1] [2]