Pero, mire de cerca; la misma tormenta que abrió grietas en la tierra alrededor del tronco ha ayudado a que las raíces se profundicen más. Ahora el árbol puede alcanzar fuentes de nutrición y de aguas nuevas y más profundas. Y todas sus ramas muertas han sido podadas. Puede que los brotes ya no estén, pero otros volverán a crecer con mayor plenitud. Le digo que dicho árbol es ahora más fuerte y crece en formas no vistas. Y sólo espere la siega, ¡porque dará mucho fruto!
Puede que usted se encuentre en una tormenta ahora mismo. El viento sopla con furia, lo sacude con violencia y usted piensa que caerá. Amado, ¡no entre en pánico! Debe saber que en medio de la tempestad, usted está echando profundas raíces espirituales. Dios está desarrollando en usted una profunda humildad, un mayor dolor y gemido por el pecado, una gran hambre de su justicia.
Dios está haciendo de usted, un experimentado soldado de la cruz, marcado por la batalla, pero sabio y valiente en ella. A veces, puede sentirse decepcionado de usted, pero el Señor nunca. El hecho es que Él pudo haber actuado soberanamente en cualquier momento para arrebatarlo de su batalla. Pero no lo hizo, ¡porque vio que ésta estaba produciendo en usted una mayor sed de Él!
Romanos 5:3 dice: “La tribulación produce paciencia”. El verbo “producir” significa: “lograr”.
En 2 Corintios 4:17, leemos: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. El verbo “produce” en este verso es el mismo que el de Romanos 5:3.
(David Wilkerson, Fallecido)