Bajo las encinas y los alcornoques corretean los cerdos ibéricos, cuyas carnes figuran entre las más deliciosas de Andalucía.
El Valle de los Pedroches acoge anchas extensiones de cría porcina. Es un modo de vida.
Es una suerte de fiesta gastronómica que consiste en el sacrificio del cerdo, cuyas carnes sirven para la elaboración de embutidos y jamones.
Las carnes frescas son comercializadas en mercados a modo de lomos y solomillos que en la cocina suelen ir acompañados de sabrosas salsas y jugosas verduras.